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La puntualidad se desploma: el 10% de los Regionals del sur, con más de 30 minutos de retraso

Cuando se cumple un año del inicio del macrocorte ferroviario entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders, los usuarios no han recuperado la confianza en el servicio

Usuarios en la taquilla de la estación de trenes de Tarragona.

Usuarios en la taquilla de la estación de trenes de Tarragona.ÀNGEL ULLATE

Núria Riu

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Hoy se cumple el primer año del inicio de las obras en el túnel de Roda de Berà, que interrumpieron durante más de cinco meses el servicio ferroviario entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders. Y tanto las cifras como los usuarios ponen de manifiesto que todavía queda un largo camino para recuperar una normalidad que permita a muchos viajeros, que en aquellos momentos se plantearon una alternativa a los Regionals, para que vuelvan a confiar en el tren para el día a día.

«No hay día en que me levante sin incidencias», asegura la portavoz de la plataforma Dignitat a les Vies, Ana Gómez Llauradó. Desde que finalizaron los trabajos el pasado 3 de marzo, la infraestructura ha seguido con obras en diferentes puntos, lo que ha causado afectaciones y nuevos cortes puntuales durante todos estos meses. A esto hay que sumar las incidencias de la red lo que, según las plataformas, ha provocado que la fuga de viajeros que registraron los servicios de Media Distancia todavía no se haya recuperado.

En su momento, esta pérdida se cifró en un 20%. Renfe no ha ofrecido datos actualizados que permitan ver la evolución. El operador argumenta que el actual contexto de obras hace que el servicio todavía esté «estresado». La compañía tampoco ofrece información sobre los niveles de puntualidad, a pesar de que desde julio el operador publica los datos generales a nivel de España. Pese a ello, ahora estos pueden conocerse a través de Puntual.cat, la nueva página web que este lunes lanzarán de forma pública Dignitat a les Vies y la Associació per a la Promoció del Transport Públic (PTP), con cifras sobre los retrasos reales.

Las plataformas ponen negro sobre blanco en cuanto a la puntualidad. En el mes de agosto, casi el 10% de los convoyes de Regionals del sur de Catalunya –es decir, R-13, R-14, R-15, R-16 y R-17– circularon con más de treinta minutos de retraso. En concreto, el promedio es del 9,54%, lo que representa una mejora si lo comparamos con el mes de marzo, cuando el restablecimiento del servicio fue atropellado y esta cifra se disparó hasta el 15%. No obstante, si miramos la evolución de los meses posteriores, este 10% ya se ha convertido en estructural.

«Entendemos y defendemos que se hagan obras, pero con juicio, porque ahora mismo hay mucha rabia y tristeza», argumenta Gómez Llauradó, quien lamenta que la situación ha caído del foco, mientras la «resignación» y la «impotencia» se han instaurado entre los viajeros. Muchos de los que se han pasado al Avant todavía lo siguen utilizando, al menos, hasta el 31 de diciembre, mientras se mantendrán las bonificaciones del 50% en los abonos.

Por su parte, el gerente de la empresa de transportes Plana, Josep Albert Vallcorba, asegura que el promedio diario de viajeros que utiliza la tarjeta T-10/120 para el autobús directo desde Tarragona a Barcelona es de unas 250 personas. Lamenta de que «no conseguimos que haya una estabilización». La semana pasada, coincidiendo con el corte por las obras en la estación de Castelldefels, el número de usuarios se disparó, llegando a los 600 al día. El lunes, el número volvía a bajar.

«Tenemos que ver si la gente se fideliza y que vean que el servicio se mantiene, porque no sé si podremos mantenerlo», indica Vallcorba. Mientras en los municipios del Penedès «la gente nos sale por las orejas», en el Camp de Tarragona la situación es muy variable.

Una escuela de aprendizaje

La inestabilidad ha sido causada por los vaivenes de unas obras que hace menos de un mes todavía seguían en la estación de Sant Vicenç de Calders. De hecho, la R-13 que enlaza Barcelona y Lleida a través de la línea de Valls, todavía no ha recuperado su recorrido. Según Renfe, lo hará este mismo mes de octubre, cuando está previsto que se haga efectiva la reconfiguración del servicio ferroviario que Renfe y la Generalitat están acabando de cerrar.

El de Roda de Berà per el primer macrocorte de esta hornada de grandes obras que está haciendo Adif, con más de 15.000 usuarios afectados al día. Este sentó una escuela y tanto las plataformas, como los alcaldes de los municipios afectados participaron de la toma de decisiones, junto a Renfe y la Generalitat. La experiencia adquirida supuso un «Pla Alternatiu de Transport de aprendizaje para todos», según afirma el presidente de la PTP, Adrià Ramírez.

Los usuarios piden que se les tenga en cuenta de cara a las obras del Garraf

Ramírez considera que la actuación –que sirvió para la adaptación de la infraestructura al ancho internacional– «abre muchas preguntas sobre la forma en la que estamos coordinando las obras, con las afectaciones que estas comportan y el impacto en el servicio». «Cuando un corte expulsa a los usuarios es difícil recuperarlos si no hay una mejora y, en este caso, estamos hablando de una obra para las mercancías no para los pasajeros, por lo que estos no han vuelto y se han acostumbrado a las alternativas».

Estas últimas semanas los viajeros del corredor sur vuelven a tener viejas sensaciones, ya que mentalmente están empezando a prepararse para el nuevo corte ferroviario que tiene que hacerse dentro de poco. Este afectará al ámbito de los Túnels del Garraf, lo que obligará a circular en vía única. En los chats y las tertulias de los usuarios se está empezando a hablar de nuevo de si habrá autobuses o de las alternativas que se plantean. Unas cuestiones que estos días aún están en un segundo plano, ya que la semana que viene arranca el corte de la R-3, que obligará a interrumpir el servicio entre Mollet del Vallès y La Garriga durante diecisiete meses.

Las plataformas de viajeros piden poder estar en las mesas, con Adif, Renfe y la Generalitat, para poder plantear las distintas alternativas y que estas tengan «la menor afectación posible de cara a los usuarios». «Hay que plantear hacer las obras en las temporadas en las que no haya picos de demanda y que se trabaje durante los festivos para acortar los plazos», indica el presidente de la PTP, quien espera que el calendario se fije para después de las obras de la R-4, para poder desviar trenes por la vía de Vilafranca.

Las fechas definitivas todavía no se han fijado. Todo apunta a que los trabajos no arrancarán hasta principios del año que viene

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