Tarragona

Comercio

La famosa tienda de moda de Tarragona que ha encontrado nuevo propietario

Neus Montcusí, propietaria de Madonna Moda, consigue traspasar el negocio a una familia de Valencia que siente el comercio del mismo modo que ella

Neus Montcusí entrega simbólicamente las llaves a Borja Ávila, quien será el nuevo propietario de la tienda de moda.

Neus Montcusí entrega simbólicamente las llaves a Borja Ávila, quien será el nuevo propietario de la tienda de moda.ANGEL ULLATE

Carla Pomerol

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¿Saben aquella sensación que se siente cuando dejas a tu hijo en las mejores manos? Pues así nos lo explica Neus Montcusí, la propietaria de la tienda de moda Madonna, que abrió en la Plaça Ponent hace 53 años. Tras tres años de búsqueda incansable, ahora, por fin, Montcusí ha encontrado el relevo definitivo que le va a permitir jubilarse. «Durante todo este tiempo, he tenido ofertas, pero ninguna que me convenciera tanto como esta», explica la empresaria, quien añade que «yo quería jubilarme y traspasar el negocio. Pero quería hacerlo bien, que se lo quedara alguien con quien me sintiera identificada. Lo he encontrado y no puedo ser más feliz».

Madonna Moda abrió puertas en el año 1972, provocando un revuelo importante a nivel comercial para la ciudad. Montcusí, desde un primer momento, fue pionera en hacer desfiladas de moda. Incluso tiró adelante una asociación comercial de la Plaça Ponent. El embrión de lo que ahora es la Via T. Todo ello es importante nombrarlo porque demuestra el carácter y la personalidad de Montcusí: una empresaria comprometida con la ciudad y, sobre todo, con unas clientas que lo han sido todo para ella. «Y he tenido suerte. He encontrado alguien que quiere quedarse la tienda y que entiende la moda y el comercio de la misma manera que yo», explica Montcusí.

Se trata de Borja Ávila Zárate, con quien contactó gracias a una de las marcas de moda con las que trabajan ambos. «Yo di voces a todos los proveedores de que quería jubilarme. Una de las marcas nos intercambió los teléfonos», sigue explicando.

Ávila viene de una familia de comerciantes destacados de la ciudad de Valencia. Tiene cuatro tiendas de moda al estilo Madonna en el centro de la ciudad. La primera abrió de la mano de su padre en 1969. «Fue muy fácil. Casualidades de la vida, Neus lleva años haciendo lo que hacemos nosotros en Valencia. Exactamente igual», explica Ávila. Ambos trabajan con proveedores de proximidad y van a la fábrica a conocer de primer mano el género. Además, dan un trato personalizado a las clientas, que acaban convirtiéndose en amigas.

Montcusí tenía claro que no quería que la ciudad perdiese la única tienda de moda de mujer multimarcas que hay en la actualidad. «Enseguida conectamos. Lo que más me gustó de Borja y de su padre es que han valorado desde un primer momento nuestra clientela», explica Montcusí.

Ahora están trabajando para encontrar nuevas dependientas, ya que Montcusí tiene previsto jubilarse. «No me importa seguir aquí cuatro o cinco meses, o más, al frente. Lo que me interesa es que encontremos a alguien que valga para este trabajo», dice Montcusí, quien reconoce que le costará mucho aprender a vivir sin su negocio. «Lo llevo dentro. Son muchos años y me siento muy bien con las clientas», explica, emocionada.

Todo seguirá igual

Los nuevos propietarios no quieren cambiar nada.Ni el nombre, ni los proveedores, ni la manera de hacer. Lo único que añadirán son diez nuevas marcas, con las que ya trabajan en Valencia y que les va a permitir que haya rotación entre las tiendas.

Borja Ávila tiene 38 años y es el presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y Ensanche de Valencia. Explica lo mucho que le ha gustado Tarragona.«Me ha sorprendido muy gratamente tanto la clientela como el potencial de la tienda y de la ciudad», dice Ávila.

La previsión es que el traspaso se haga definitivamente efectivo en febrero. Mientras tanto, Neus seguirá al frente del negocio, despidiéndose poco a poco, tanto de la clientela como de los nuevos propietarios. «Eso sí. Me han dicho que esto siempre será mi casa», acaba Montcusí.

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