Condenado un comandante del Ejército por extorsionar a un tarraconense

Exigió a la víctima  el pago de 60.000 euros a cambio de no hacer daño a su esposa, a su hija y a su nieta

14 enero 2019 19:21 | Actualizado a 14 enero 2019 19:25
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«Pertenezco al crimen organizado de la mafia rusa», «si no paga atentaremos contra la integridad de sus familiares» y «llevamos años estudiándole y siguiendo sus movimientos» Son fragmentos de las cartas amenazantes que recibió un vecino de Sant Salvador por parte de una supuesta banda que exigió a la víctima el pago de 60.000 euros. El extorsionado lo denunció a los Mossos, que detuvieron al autor cuando recogía el dinero. Ahora, un Juzgado de Tarragona lo ha condenado a cuatro meses de prisión –sustituidos por una multa de 720 euros– y el pago de una indemnización de 5.000 euros después de que el procesado se conformara. La pena está muy lejos de los cuatro años y medio de cárcel que solicitaba la acusación particular. El procesado es un comandante del Ejército destinado en Barcelona pero que vive en el barrio tarraconense.

Los hechos se remontan a 2015. El 24 de mayo, el acusado dejó una carta en casa de la víctima. Se indicaba que «pertenezco al crimen organizado de la mafia rusa» y le exigía el pago de 60.000 euros si no quería que «atentaran contra la integridad de sus familiares». Y para atemorizar más, añadía: «Llevamos años estudiándole y siguiendo sus movimientos, costumbres y hábitos y muchas cosas más. Hemos compartido aparthotel en Portugal con ustedes. Y lo último: hemos estado muy cerca de su hija y nieta en la India. Tenemos fotografías, conocemos sus costumbres. Conocemos su situación económica, sus cajas, sus bancos...».

Las amenazas

La nota añadía: «Si no quiere sufrir algo que no olvidará nunca, pague y cumpla al punto todo lo indicado. Contra usted no actuaremos nunca, será contra su familia». Y seguía: «Si alguien de nuestra organización es detenido en un plazo de cinco años, las consecuencias serán horribles para su hija y nieta, o su mujer y su hermano. Está todo controlado».

Finalmente, el comunicado daba las instrucciones pertinentes para hacerse efectivo el pago: »Si lo ha entendido bien, el domingo deberá estar pintado de color negro con una ‘X’ grande el contenedor primero de la basura que hay subiendo la calle. Verá que nosotros hemos puesto una ‘X’ amarilla. El viernes 29 deberá tener el dinero preparado en 12 paquetes de 100 billetes. Cada paquete tendrá 100 billetes de 50 euros». Finalmente señalaba que «recibirá otra carta o una llamada para indicarle el lugar de la entrega. Si no cumple exactamente esto, lo lamentará el resto de sus días». 

El mismo día, la víctima denunció los hechos a los Mossos d’Esquadra y el caso pasó a manos de la Unitat d’Extorsions i Segrestos, con base en Sabadell. El inspector Jordi Domènech, jefe de la unidad central, explicaba ayer al Diari que la persona responsable tenía que ser alguien muy cercano a la familia o una persona que la hubiera estado siguiendo e investigando durante mucho tiempo. «Desde un principio teníamos claro que se trataba de una sola persona, que no tenía cómplice». 

Los agentes de la unidad se desplazaron a Sant Salvador e instalaron cámaras y también un apostadero en la zona boscosa para controlar la entrada de la vivienda de la persona amenazada. 

Apostadero

Desde su puesto de observación, los agentes vieron el día 28 que una persona dejaba una carta. En la misma se indicaba que «ya hemos comprobado varias cosas. De momento cumple con lo pactado. Hoy estamos cerca de su hija, bonita tienda, lástima que pueda arder», «cuando tenga el dinero marque con un círculo grande el contenedor de color rojo», «queremos ver la pintura, no lo que usted ha marcado», «el viernes será la entrega y es donde usted se juega las vidas de sus familiares o quizás algo peor, si algo sale mal. El círculo estará marcado el viernes por la mañana, antes de la una». 

Los policías apostados en el bosque vieron y fotografiaron el momento en que el sospechoso dejaba el carta. Y enseñaron las fotografías al extorsionado, quien reconoció el autor: era su vecino, un amigo que había estado muchas veces en su casa y que por ello sabía de sus movimientos. 

Las últimas instrucciones

Finalmente, el 29 de mayo el acusado dejó la última carta, en la que se establecían las instrucciones de pago: «Hemos terminado el trato. Hoy es el momento más crítico. Le recuerdo lo que juega su familia. Usted quedará con nosotros en paz y olvidado, recibirá una clave que en caso de que lo necesite acuda a nosotros y le ayudaremos».

Añadía que «el dinero vendrá envuelto en papel de aluminio y después en una bolsa negra y encintada. Se dirigirá al campo de tiro que hay en el barrio, se colocará dentro con el coche amarillo y aparcará al lado de un árbol, el tercero entrando. Bajará del coche y se colocará mirando de frente. Verá dos árboles grandes y en el suelo un trozo de muro con tres boquetes. Coloque el paquete detrás de un tronco grande que hay justo detrás del trozo de muro». Y siguieron las advertencias: «Le recuerdo que estará vigilado todo el tiempo y usted no verá a nadie. Queremos verle dentro el párking a las 10 en punto de la noche. Vigile que nadie le vea. Coloque el paquete en su lugar, monte en el coche y márchese. Le vigilaremos, acusa solo y esté muy tranquilo».

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