Si vive en Tarragona es probable que le sobren dedos de las manos si le preguntan cuáles son las especies de aves más frecuentes que ve en la ciudad. Pero Abel Julien, de la unidad de divulgación del InstitutCatalà d’Ornitlogia (ICO), es capaz, en un momento, de sacarle del error. Cuenta que recientemente en el curso de una observación contaron más de 40 especies cerca del Parc Francolí.
Justamente con la intención de tener una visión más ajustada de la realidad de las aves que viven en los entornos más urbanos el ICO organiza este sábado y el domingo el censo de invierno del programa ‘Ocells dels Jardin’. La intención es que sean los propios ciudadanos los que ayuden a hacer el recuento.
Para participar en el censo basta con registrarse en la página www.ocellsdelsjardins.cat. En la misma hay que introducir los datos del tipo de jardín desde el que se hace la observación. Puede ser un jardín particular, pero también cualquier parque público o hasta el balcón de casa. Hay que introducir datos generales como la superficie aproximada o si hay algún tipo de vegetación.
La idea es que se observe, preferiblemente durante al menos media hora, los pájaros que hay en el sitio (aunque el tiempo puede ser menor) y se apunte su cantidad. No hace falta tener conocimientos de ornitología porque la página web muestra dibujos de las especies más frecuentes según la zona y basta con clicar sobre la imagen.
Además de recibir los datos, la página permite a los usuarios profundizar sobre la información que se ha ido recogiendo y saber, por ejemplo, dónde hay mayor concentración de una especie que le llama la atención.
Termómetro ambiental
La finalidad, explica Julien, es hacer una especie de «foto de los pájaros que tenemos más cerca en estos momentos y ayudar en el diagnóstico del medio natural más cercano». Y es que, precisamente, muchas de las aves más comunes son las especies que más han sufrido los cambios en las prácticas agrícolas, la urbanización, la industrialización y el maltrato, en general, al medio natural. Explican desde el ICO que «paradójicamente, en términos porcentuales, las especies en grave peligro de extinción hace dos o tres décadas se han recuperado notablemente, mientras que pájaros comunes abundantísimos en época de nuestros abuelos han experimentado preocupantes descensos poblacionales, como el gorrión común, el ejemplo más tristemente emblemático».
Durante el mismo censo el año pasado los participantes proporcionaron datos de más de 44 especies diferentes de pájaros en más de 50 jardines y con la participación no sólo de voluntarios aficionados, sino de escuelas y colectivos diversos. En total se enviaron más de 23.500 observaciones.
El valor de la colaboración ciudadana, apunta Julien, es incalculable. Las observaciones ayudan a los científicos a comprender cuándo y por qué los pájaros visitan los jardines y otros pequeños espacios verdes de los pueblos y ciudades y permiten responder preguntas como: ¿Llegan antes las aves migratorias cuando la primavera llega antes de tiempo? ¿Vienen más las aves granívoras a comer en los jardines cuando escasea el alimento natural en invierno? ¿Cómo afecta el desarrollo urbano a la capacidad de las aves para vivir en la ciudad?...
Para ver pájaros, remata Julien, no hace falta irse a paisajes remotos o sitios inaccesibles.