Tarragona

Solimar recupera su parada de bus tras dos años de lucha

En abril de 2017, la EMT decidió eliminarla porque, según la empresa, se trataba del punto más peligroso de la carretera N-340. Los vecinos siguen reclamando mejoras en la zona

Localización actual de la parada de autobús Solimar, cerca de la gasolinera Jaume I.FOTO: CEDIDA

Carla Pomerol
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La urbanización Solimar de Tarragona recupera su parada de autobús, tras dos años de lucha con el Ayuntamiento. Los vecinos se mostraban ayer contentos con la puesta en marcha del nuevo servicio, aunque siguen reclamando que se acondicione el paso soterrado que les permite llegar hasta el barrio. La nueva parada se encuentra a pocos metros de distancia de la original. Antes estaba justo a la altura de la gasolinera Jaume I, en la carretera N-340.

En abril de 2017, la Empresa Municipal de Transports (EMT) –liderada por la socialista Begoña Floria–, decidió eliminar la parada de autobús de la urbanización, después de analizar un informe técnico que constataba que ese era el punto más peligroso de la N-340. Los vecinos se alzaron en pie de guerra contra el Ayuntamiento. Y es que justamente unos días antes, la Associació de Veïns Solimar-Molnàs había pedido al consistorio que se arreglase el paso soterrado que permitía cruzar sin peligro la carretera hasta la urbanización. Pero la petición no solo fue denegada, sino que la EMT decidió suprimir la parada.

A partir de entonces, los vecinos tenían dos opciones para llegar a su casa en transporte público. «Si bajábamos del bus en la parada de Bosques, teníamos que armarnos de valor para hacer la subida. Y si preferíamos bajar en el Camping Les Palmeres, nos jugábamos la vida andando unos cien metros por la cuneta», explica Elvira Vidal, vecina de la urbanización y también concejal del Ayuntamiento por el grupo municipal de Junts per Tarragona. Vidal añade que «en invierno la cosa empeoraba, ya que a las seis de la tarde ya se hace de noche».

Los vecinos han luchado para recuperar la parada durante más de dos años. La entidad presentó al Ayuntamiento más de 400 firmas mostrando su malestar. «No recordamos ningún accidente en la zona», explica Vidal, quien añade que «en épocas pasadas el tráfico era mucho más intenso que ahora, ya que no existían ni la AP-7 ni la A-7». Durante dos años, los vecinos de Solimar solo podían coger el autobús de la línea 13, en el Balcó del Mediterrani.

Ahora parece que todo volverá a la normalidad, aunque los vecinos prefieren la antigua localización de la parada. «Nos conformamos, pero seguimos pidiendo que se arregle de una vez por todas el paso soterrado para garantizar la seguridad», concluye Vidal.

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