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Las familias que matriculen a sus hijos para comenzar la escuela en P3 el próximo curso lo harán en base a una zonificación escolar distinta a la que ha estado vigente en la ciudad en las últimas tres décadas. La principal novedad consiste en que se pasa de siete a cuatro zonas escolares: Ponent, Llevant, Nord y Centre.
La trascendencia del cambio tiene que ver con que este es el mapa que se utiliza para determinar la cercanía de la vivienda o el trabajo de los padres a la hora de optar a matricular a los alumnos en una determinada escuela. Y es que la proximidad es el criterio que da más puntos (después de tener un hermano en el mismo centro) en el caso de que haya más solicitudes de admisión que plazas.
Nuevos equilibrios
El anuncio de la nueva zonificación escolar lo hacía ayer el concejal de Educació, Manel Castaño, quien recordaba que reestructurar el mapa era un compromiso de gobierno para evitar la segregación escolar o, lo que es lo mismo, la concentración de alumnos vulnerables en los mismos centros escolares.
De hecho, un informe del Síndic de Greuges de Catalunya en 2016 ya colocaba a Tarragona como la tercera ciudad con más segregación escolar de Catalunya. Otro estudio de 2020 de la Fundació Jaume Bofill también la colocaba en cuarto lugar entre municipios de más de 10.000 habitantes.
Hay, además, un dato significativo: en la ciudad más del 70% de los alumnos con una «situación socioeconómica o cultural desfavorable» reconocida estudian en la escuela pública.
Así, uno de los objetivos de la nueva zonificación, explicaba Castaño, era equilibrar la oferta de plazas públicas y concertadas en determinadas zonas.
Algunas de las zonas apenas sufren cambios. Es el caso de Ponent, la Zona 1, donde la única diferencia respecto al mapa anterior es que deja de estar dividida en subzonas.
Donde sí se observan cambios es en la Zona 3, que contempla el centro de la ciudad y la Part Baixa, que antes estaba dividida en dos. La diferencia hace que ahora en la misma área haya seis escuelas concertadas y cuatro públicas. Hay además, dos escuelas públicas más, El Miracle y Saavedra, que están en la ‘frontera’ y recibirán indistintamente a alumnos de esta zona y de la Zona 4 (Llevant).
Con ello se corrige la situación que se daba hasta ahora especialmente en el centro donde la oferta era mayormente concertada. Y, por otra parte, también hay cierta permeabilidad para que acudan a estudiar a alguna de estas dos escuelas fronterizas los alumnos de Llevant, la zona de la ciudad con mayor proporción de nacimientos.
Otra de las novedades es que se integran en una sola gran zona Sant Pere i Sant Pau, Rodolat del Moro y Sant Salvador.
Producto de un acuerdo
La propuesta para la nueva zonificación ha sido elaborada por el Observatori per l’Equitat (antes comisión de mapa escolar) del Consell Escolar Municipal. Las propuestas con más consenso fueron las de reducir las zonas a tres y a cuatro. Finalmente los miembros del Consell apoyaron mayoritariamente el de cuatro.
La redefinición de las zonas también era una exigencia del Decreto de la programación de la oferta educativa y del procedimiento de admisión en los centros del Servei d’Educació de Catalunya de febrero del año pasado para los municipios de más de 10.000 habitantes.
Consultado respecto al nuevo mapa, Pablo Muñoz, director de la Escola Sant Pau e interlocutor de las escuelas concertadas de la ciudad, explica que, aunque creen que un mapa de tres zonas era mejor para evitar la segregación escolar, entienden que el de cuatro es un avance respecto al anterior.
No obstante, señala que para el curso que viene esto apenas supondrá ningún cambio, porque «tenemos un problema muy grave con la bajada de la natalidad y será extraño que las familias no encuentren plaza en la escuela que desean».
Efectivamente, los datos señalan que el 2019, el año en que nacieron los niños que entrarán a P3 el curso que viene, nacieron en la ciudad 1.108 niños (Idescat). Fueron exactamente 100 menos (un 9% menos) de los que nacieron el año anterior.
Harán falta más medidas
Por su parte, Josep Queraltó, director de la Escola Torreforta y representante de la junta de directores de Tarragona, explica que revisar las zonas escolares era importante, pero difícilmente tendrá un efecto por sí mismo para luchar contra la segregación, «que es un tema complejo». En su opinión quedará por ver cuánto se concreta en la resolución que debe sacar Educació para el curso que viene y que será la que detalle cuáles de las medidas que contemplaba el decreto contra la segregación entrarán realmente en vigor. Tocará, además, hacer posteriormente una valoración de impacto.
El decreto habla, por ejemplo, de una reserva de plazas para niños con necesidades educativas especiales (también socioeconómicas) en todas las escuelas públicas y concertadas, así como de una «mochila económica» para estos alumnos.
Aunque se trata de una decisión de Educació, a este respecto Manel Castaño señala que «estamos en una fase de análisis para ver cómo va la preinscripción». Apunta que es la comisión de garantías de admisión la que se encarga de la detección las familias de alumnos con necesidades específicas. Explica, eso sí, que se espera que con el nuevo decreto se pase de detectar un 5% a un 25% de estas familias.
Lo que sí adelantó es que, para el curso que viene, las ratios en P3 han quedado en 23 alumnos por aula en la escuela concertada y en 20 la pública, «lo que nos permitirá dejar margen hasta las 25 plazas que se pueden completar legalmente y reservarlas para alumnos con estas necesidades.
El concejal, que apeló «a la responsabilidad de la concertada», señalo que en el caso de que un alumno sea ubicado en una escuela que, a priori, no concuerda con su nivel sociocultural o con su zona de residencia, el Institut Municipal d’Educació (IMET) en colaboración con Serveis Socials municipales, cuenta con programas y profesionales que se ocupan del acompañamiento de estas familias.
