Tarragona

Viñuales deberá negociar con ERC o los no adscritos para sumar mayoría hasta 2027 en Tarragona

Con el PP desmarcado del PSC desde 2023, la marcha de Elvira Vidal de Junts obligará al alcalde a intentar un deshielo con Esquerra o a estabilizar la relación con los ediles del grupo mixto para lograr 14 votos... manteniendo a juntaires y ECP

Viñuales deberá aplicar la geometría variable para aprobar los grandes temas.Foto: Marc Bosch

Octavi Saumell
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La marcha de la concejala Elvira Vidal de Junts para ir al grupo de no adscritos puede cambiar el tablero político del Ayuntamiento de Tarragona. Durante la primera parte del mandato, el alcalde Rubén Viñuales (PSC) ha gobernado con nueve concejales, tejiendo una sólida alianza –por separado– con Junts per Catalunya (tres ediles) y En Comú Podem (2 concejales).

Este particular tripartito de amplio espectro ha sumado 14 de los 27 concejales del Saló de Plens durante 23 meses, aprobando, por ejemplo, dos presupuestos (uno sumando también a ERC) y dos ordenanzas fiscales.

Juntaires y progresistas han sido los aliados más fieles para el PSC, toda vez que desde el primer momento del mandato el PP se ha desmarcado por completo del gobierno socialista, ejerciendo como la voz más crítica del Saló de Plens.

Frialdad con Esquerra

Despejando, pues, de la ecuación a los populares y, lógicamente, a Vox, al PSC le quedan cuatro grupos que suman 13 ediles (6 ERC, 3 no adscritos, 2 Junts y 2 ECP) para atraer a los cinco votos que le faltan para llegar a la mayoría absoluta de 14 que requieren los grandes temas.

Sin lugar a dudas, la suma más fácil serían los 15 apoyos que, directamente, suman los dos principales partidos de la Plaça de la Font: PSC y ERC. En 2023, y tras acordar un plan de acción valorado en 4,2 millones de euros, los republicanos avalaron las cuentas de Viñuales. Pese a ello, desde entonces la relación se ha deteriorado. Además, todavía está muy presente el caso Inipro: Esquerra ha recurrido la retirada de la acusación municipal, sin que de momento se haya resuelto. Con todo ello, a día de hoy no hay vías de diálogo para el deshielo.

«Es trabajo del gobierno encontrar las mayorías para aprobar las cosas», indicaba esta semana la portavoz de Esquerra, Maria Roig, en declaraciones a la Agència Catalana de Notícies (ACN).

Sin ERC, la única vía útil para el PSC para no depender de los tránsfugas sería un pacto a tres entre socialistas, PP y Junts per Catalunya, que sumaría 15 votos. La frialdad entre PSC y populares, así como entre Junts y PP, descarta también esta opción.

Con todo ello, todos los caminos que quedan para el «pleno al 14» pasan por alguno de los tres concejales del grupo de no adscritos: los dos ex de Vox Javier Gómez y Jaime Duque, o la exjuntaire Elvira Vidal. ¿Por qué? Con la marcha de Vidal, el PSC solo suma 13 votos con los dos ediles de Junts y de ECP, y 11 con solo alguno de los dos socios fieles. Cualquier opción para sumar mayoría requerirá, como mínimo, de alguno de los tres no adscritos. Viñuales deberá estabilizar, pues, los contactos con el grupo mixto, siempre manteniendo a Junts y Comuns. ¿El equilibrio imposible?

Fuentes del PSC apuntaron a la ACN que, pese a los cambios en el pleno, la estrategia seguirá siendo llegar a acuerdos con todas las formaciones, «excepto con Vox», y que «tan solo se ampliará la ronda de contactos». ERC o no adscritos. Este será el sino de Viñuales hasta mayo del 2027. El PSC no tiene otra alternativa.

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