Internacional

Contra la almendra amarga

Las sociedades agrarias Crisol de Frutos Secos y Arboreto investigan un sistema de detección en colaboración con la URV y un centro de investigación del País Vasco, con financiación del CDTI

Josep Àngel Benaiges, técnico agrónomo de Crisolar, en la finca experimental de almendros de que disponen en Valls.Foto: Pere Ferré

Núria Pérez
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Las almendras amargas suponen un grave problema de calidad para el sector. Una pequeña cantidad de las mismas tiran atrás toneladas de producto y los transformadores pierden la confianza en el origen de este producto y buscan alternativas. Consciente de ello, las entidades agrarias Crisol y Arboreto (Crisolar) están trabajando en un proyecto de investigación para desarrollar un sistema de detección de la almendra amarga. Se trata de un proyecto a dos años vista, que Crisolar desarrolla con la Universitat Rovira i Virgili (URV) y un centro de investigación del País Vasco, y que cuenta con financiación (480.000 euros) del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).

No se trata, sin embargo, del único proyecto de I+D+i en que se halla inmersa esta sociedad. Crisolar dispone de nueve campos experimentales distribuidos por toda España (Extremadura, Andalucía, Valencia, Aragón y Catalunya) donde analiza el comportamiento de ocho variedades de almendro en diferentes condiciones climatológicas y de riego en colaboración, entre otros, con el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) o el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA).

Variedades tardías y ecológicas

El objetivo es obtener variedades cada vez más productivas y rentables y retrasar la formación de la almendra con variedades más tardías para evitar así la pérdida del fruto en épocas de heladas. Según Crisolar, el futuro pasa por rejuvenecer las fincas utilizando nuevas variedades de almendra auto-fértiles y por introducir el riego (que puede llegar a multiplicar por diez la producción). En el caso de fincas de secano de poca producción, Miquel Borràs, gerente de Crisolar, apuesta por la reconversión de los campos a producción ecológica, factor que da un valor añadido a la producción y facilita su comercialización dada la alta demanda.

Borràs asegura que fincas españolas con las mismas condiciones de agua con que cuentan las plantaciones de frutos secos en Estados Unidos son ya igual de productivas o incluso más que las americanas.

Por eso buena parte de su labor pasa por la formación de sus socios. Disponen de un departamento técnico con 35 agrónomos, que asesoran en la gestión de las plantaciones con programas de abono y riegos ajustados a las necesidades, cursos de poda en función de la variedad y el sistema de cultivo elegido (vaso convencional, libre o plantación ultraintensiva) y servicios de pelado y secado. Además, ayudan a los agricultores en la solicitud de ayudas de la Política Agraria Común (PAC) o en la presentación de la Declaració Única Agrària (DUN).

La sociedad, por su parte, ha automatizado y mejorado sus procesos productivos, entre otros, para detectar mejor cualquier defecto. De hecho, son una de las sociedades agrarias con un menor índice de partículas por tonelada de producción tanto a nivel español como europeo, tres partículas por tonelada. En este sentido, acaban de obtener la IFS Food, una norma de seguridad alimentaria reconocida por la Global Food Safety Initiative (GFSI) para auditar empresas que fabrican alimentos o a empresas que empaquetan productos alimentarios a granel.

Crisol y Arboreto ha iniciado los trámites para convertirse en una Entidad Asociativa Prioritaria (EAP), una figura impulsada desde el Ministerio de Agricultura para fomentar la cooperación y la fusión de sociedades agrarias. La entidad resultante, Crisolar, agrupará a cerca de 24.000 agricultores de toda España dedicados al cultivo de frutos secos que suman 140.000 hectáreas, de las cuales más del 90% son de almendros, 4.800 hectáreas de avellanos (en este caso exclusivamente de Catalunya y en su mayoría del Camp de Tarragona), 2.200 de pistachos, 1.800 de nueces y 1.400 de algarrobas. Lo que representa el 32% de la superficie de campos dedicadosa frutos secos que se tramitan pra la PAC en España y el 23% de la producción. Además, también venden más de un millón de plantones de almendro.

India y China, próximos objetivos

La sociedad exporta cerca del 75% de la producción de sus socios a 35 países principalmente de Europa, Estados Unidos y el norte de África aunque también venden a Canadá o Brasil. Su apuesta pasa ahora por Asia, en concreto por India y China.

Todo ello y, en particular el aumento de la producción, les hace prever un buen cierre de la campaña 2015-2016, en la que confían alcanzar los 100 millones de euros de facturación frente a los 80 millones de la anterior.

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