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Previsiones

El turismo en la Costa Daurada: estancias cada vez más cortas y reservas sin antelación

El sector del alojamiento afronta el pico de la temporada todavía con mucha venta de última hora. La previsión es tener ocupaciones similares al año pasado, por encima del 80% en julio y próximas al 90% en agosto

Una pareja de turistas, en el paseo Jaume I de Salou.Alba Mariné

Iván Alcalá Rubio
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Cada vez se hace más difícil hacer una previsión de la ocupación turística, incluso para los meses de verano. Las tendencias actuales, donde los turoperadores y las agencias pierden peso en favor de la venta directa a través de canales on line, hace que la gente se espere cada vez más para reservar sus vacaciones y que haya más volatilidad en los precios de las habitaciones.

Aun así, la tendencia de la temporada está siendo similar al año pasado y los hosteleros de la Costa Daurada y las Terres de l'Ebre confían en superar el 80% de ocupación en julio y acercarse al 90% en agosto

Así lo explica Xavier Guardià, portavoz de la Federació Empresarial d'Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT), que reúne el 90% de plazas de alojamiento en la provincia. «Desde la pandemia, a la gente le cuesta más reservar con antelación. Antes había que hacer ofertas para acabar de llenar las últimas habitaciones en verano. Ahora no hace falta. Con las redes actuales, los precios son muy vivos y van subiendo a medida que suben las reservas», señala. 

«Los mercados más importantes en temporada alta, que son el nacional y el francés, son de reservas a ultimísima hora y eso genera una incertidumbre de saber cómo irá. Pero al final la gente quiere hacer vacaciones y acabarán viniendo», apunta Albert Savé, presidente de la Associació Hotelera Costa Daurada i Terres de l'Ebre.

Otro de los fenómenos a los que se han adaptado los alojamientos del territorio es a estancias que cada vez son más cortas. Lejos quedan aquellos viajes de una quincena con toda la familia. «La media en verano es reservas de una semana, pero encontramos también gente que reserva dos o tres noches e incluso una, básicamente entre clientes de proximidad», asegura Savé.

«Hemos notado un recorte en los días de reserva. Aquellas personas a las que económicamente no les ha ido tan bien el año, no dejan de hacer vacaciones, pero las acortan», cuenta Guardià, que apunta otro factor: «La gente hace más vacaciones durante el año, no solo en verano y eso también hace medir más el gasto».

«Si antes en temporada alta la estancia mínima era de 7 noches, ahora se ha rebajado a entre 4 y 5 noches. Si quedan huecos entre reservas, también se permiten reservas de 2 noches para intentar llenar», coincide Olena Tokarenko, presidenta de l'Associació d’Apartaments Turístics (AAT) Costa Daurada i Terres de l’Ebre

En apartamentos y pisos turísticos, las estancias en julio todavía se concentran en los fines de semana y de cara a agosto ya están prácticamente llenos. «Nuestro cliente es sobre todo familias e intentamos cada vez poner más restricciones a los viajes de jóvenes. No nos interesa ni a nosotros como gestores y propietarios ni a la imagen familiar de la Costa Daurada», sostiene Tokarenko, que reclama que no se criminalice a esta tipología de alojamiento. «El sector se ha movilizado para hacer las cosas bien y es necesario para muchas familias que no pueden viajar de otra forma», expone.

Donde trabajan con algo más de antelación es en el sector del camping. «Estamos con unas ocupaciones muy buenas y tendremos un verano bastante animado, aunque todavía quedan algunos huecos para llenar con reservas de última hora», cuenta Mireia Sans, presidenta de la Associació de Càmpings de la Costa Daurada i Terres de l’Ebre. «Tenemos clientes muy previsores, con vacaciones muy cerradas que ya hace tiempo que tienen las fechas reservadas», afirma. Según Sans, los campings de interior tienen más dependencia del cliente nacional y cuesta más llenar entre semana, mientras que en la costa hay más turista internacional y reservas más largas.

Más meses con vuelos en Reus

El sector turístico de la demarcación ha tenido una Semana Santa y unos meses de mayo y junio «muy positivos», algo que confían en trasladar también a septiembre y octubre, con el objetivo de desconcentrar la actividad turística

«Tenemos algunos inputs que nos ayudan a pensar que vamos en la buena dirección, como es la programación de vuelos en el Aeropuerto de Reus, que comenzó pronto, en abril, y se alargará hasta finales de octubre. Tenemos que hacer la máxima presión para que las compañías intenten alargar al máximo los vuelos, en la misma línea de que los hoteles», expone Savé.

En cuanto a mercados, la previsión es mantener el 50/50 entre cliente nacional e internacional. De turismo exterior, el británico y el irlandés han tenido un gran comportamiento esta primavera y siguen siendo un seguro para el sector del alojamiento, ya que es la excepción en cuanto a reservas anticipadas. El francés volverá a ser el turista con más peso después del español. Detrás se sitúan otros clientes centroeuropeos como el holandés, el alemán, el belga o el suizo.

Un verano «récord» en el interior

Mientras, la Associació Hotelera de la AEHT también subraya la tendencia a recibir reservar cada vez con menos antelación en los hoteles urbanos y de comarcas de interior. Aun así, sus previsiones son buenas y esperan mantener las cifras de ocupación que se registraron el año pasado, con un ligero aumento del gasto por persona.

En territorios como la Terra Alta, la Conca de Barberà o el Priorat, la estacionalidad de la ocupación no es tan pronunciada como en destinos de costa, lo que invita a pensar en una temporada estival estable. Aunque el cliente nacional cada vez reserva más tarde, de siete a diez días de antelación, los hosteleros de la otra Costa Daurada esperan cifras récord en el mes de julio. En el interior de las Terres de l’Ebre, las reservas se centran en los fines de semana, con alojamientos prácticamente llenos ya hasta el mes de agosto.

«La venta directa a los hoteles va en aumento, lo que indica que en los establecimientos de la otra Costa Daurada cada vez hay menos dependencia de la turoperación en verano, y esto repercute positivamente en el destino por el tipo de cliente que llega y el mayor gasto que realiza", destaca Jordi Ferré, presidente de la Associació Hotelera de la AEHT.

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