Patrimonio
Salou: Una muestra permanente sobre Antoni Bonet Castellana, el arquitecto que amó el Mediterráneo
El Hotel Cala Vinya, uno de los edificios que el urbanista ideó, acaba de reabrir tras 20 años de abandono y albergará fotos, planos y una maqueta de su obra en Cap Salou. Su hija, Victoria Bonet, ha inaugurado la exposición, comisionada por la URV: «Esta fue, para él, una tierra muy querida»

La hija de Antoni Bonet Castellana, Victoria Bonet; el rector de la URV, Josep Pallarès; el alcalde de Salou, Pere Granados; el director de SunClub, Albert Savé; y el investigador Fernando Ródenas.
Fotografías en blanco y negro, antiguos planos, una maqueta de Cap Salou en la que emergen los edificios a los que dio forma, recortes de periódico y una serie de plafones para asomarse a su biografía y a su trayectoria profesional. Es el material que integra el Aula d'Arquitectura Antoni Bonet Castellana de Salou, la nueva muestra permanente dedicada a este arquitecto que dejó una profunda huella en el skyline de la provincia de Tarragona y en la capital de la Costa Daurada.
El montaje, comisionado por investigadores de la URV —Fernando Ródenas, Carlos Gonzalvo y Gilermo Zuaznabar, de la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura (ETSA), y con fotos de Manolo Laguillo—, se ubica en el vestíbulo del Hotel Cala Vinya de Salou, una de las obras más destacadas de Bonet Castellana (Barcelona, 1913-1989) en la zona. El complejo turístico se levantó en 1962 y acaba de reabrir al público tras 20 años de abandono y una profunda reforma. Ha mantenido la estructura original y un aire retro.
En Salou, Bonet Castellana ideó la Casa Rubio, diversos equipamientos para el entorno de Cala Crancs y los apartamentos Xipre, Reus y Madrid, entre otros. Pero su legado de este referente de la arquitectura moderna es vastísimo y abarca desde viviendas y la escuela del poblado de Hifrensa (Vandellòs i L'Hospitalet de l'Infant) hasta La Ricarda, la Torre Urquinaona o el Canódromo Meridiana.
«Mi padre quiso mucho esta tierra»
Su hija, Victoria Bonet, afincada en el Vendrell, ha asistido este 25 de julio a la inauguración de la exposición, ha trazado un perfil de su protagonista y ha ahondado en el vínculo con Salou. «Mi madre era de Reus y era ella quien venía aquí en verano, más que papá», ha precisado. Y ha detallado que el arquitecto «empezó a tener amigos y gente que le ofrecía trabajo» en la Costa Daurada, así que «donde trabajaba era donde tenía arraigo».
Además, «los olivos, el Mediterráneo», eran para Bonet Castellana «algo preciado, algo mágico». «Su inspiración venía de los paisajes, del lugar, de sus gentes. Esta fue, para él, una tierra muy querida», ha añadido.
Sobre el reconocimiento al arquitecto, su hija ha señalado que «muchas veces, la gente en su propia tierra es poco valorada» y ha celebrado que «se vuelve a trabajar su nombre». El Hotel Cala Vinya de Salou tiene el valor de «un edificio que vuelve a sus orígenes».
Edificios 'caídos del cielo'
El rector de la URV, Josep Pallarès; el alcalde de Salou, Pere Granados; y el director de la cadena SunClub Hotels —al frente del Cala Vinya— Albert Savé, han recorrido a primera hora la muestra, acompañados de la arquitecta que ha rehabilitado el edificio, Meritxell Solé, y los investigadores de la ETSA.

La muestra estará siempre abierta a la ciudadanía en el Hotel Cala Vinya.
«Recogemos en una sala todas las misiones de la universidad: estrenamos una aula, aunque no dentro de un ámbito académico puro y duro, pero sí un lugar en el que se puede aprender mucho», ha destacado Pallarès. Granados, a su vez, ha subrayado el esfuerzo municipal por dar a conocer el patrimonio histórico y cultural salouense. «Este es un ejemplo de la riqueza a través de un arquitecto que empezó a trabajar aquí en los comienzos del turismo y la nueva sala difundirá su obra», ha dicho.
Fernando Ródenas, miembro del grupo de investigación PATRIARQ-CAIT de la URV, ha entrado en el detalle de lo que puede verse en el Aula d'Arquitectura Antoni Bonet Castellana, que estará siempre abierta a la ciudadanía. «Estar en un hotel de sol y playa y tener justo al lado este espacio cultural y didáctico ya es una sorpresa», ha indicado. Y ha precisado que la exposición se ha esforzado en buscar la relación con la arquitectura popular.
Una de sus piezas clave es «una maqueta donde se puede ver la sensibilidad de depositar los edificios en el territorio, la virtud de la escasez de calles y la relación entre el paisaje agrícola y las construcciones, que están colocadas como caídas del cielo». La muestra también incluye mobiliario: una de las icónicas sillas BKF, también llamada de 'mariposa', que diseñaron Bonet Castellana, Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy, el Grupo Austral.