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Un hotel de Salou aloja a familias vulnerables en vacaciones pagadas

Un proyecto solidario de Grupo Blaumar y la Creu Roja ofrece estancias con pensión
completa toda la temporada. Una usuaria: «Para mí fue una bendición. Pude descansar y mis hijos desconectaron»

Teresita Bueneke, que ha participado en el programa ‘Vacances Solidàries en Família’, en el comedor del Hotel Blaumar de Salou.

Teresita Bueneke, que ha participado en el programa ‘Vacances Solidàries en Família’, en el comedor del Hotel Blaumar de Salou.Alba Mariné

Mónica Pérez

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Teresita Bueneke tiene 44 años, es madre, ejerce de trabajadora familiar en Tarragona y es usuaria de la Creu Roja. Este verano ha pasado una semana de vacaciones en Salou, en el Hotel Blaumar: «He podido descansar y mis hijos han desconectado», señala. La suya ha sido una de las primeras experiencias del programa Vacances Solidàries en Família: Grupo Blaumar, en alianza con la Creu Roja, ofrece, durante toda la temporada, estancias pagadas con pensión completa para familias vulnerables de la provincia que, de otra manera, no tendrían esa oportunidad.

Los perfiles son muy variados, desde mayores en situación de soledad no deseada hasta mujeres víctimas de violencia machista u hogares con pocos recursos, entre otros. La Creu Roja se encarga de seleccionarlos. Y la intención es que el proyecto, que ha nacido este 2025, crezca e involucre a más establecimientos, llegue a empresas de otros sectores –como el del transporte– y se expanda fuera de Tarragona. A lo largo de esta campaña habrán podido acceder a él unas 50 familias.

«A veces, se nos llama banalmente ‘la industria de la felicidad’, pero hay verdad en eso. Las vacaciones tienen un impacto positivo en el bienestar de cualquier familia y, en ocasiones, no se empatiza con una parte importante de la población que no tiene acceso a ellas», reflexiona el director general de Grupo Blaumar, Albert Canadell. Y entra en el detalle de la iniciativa: «De manera ininterrumpida, ponemos cuatro habitaciones a disposición de la Creu Roja. Aquí tratamos a todo el mundo por igual, evidentemente. Y queremos que disfruten de lo que son unos días libres: alojamiento, comidas, algunas consumiciones fuera de lo que sería el agua del restaurante... Resulta clave, también, tener mucho cuidado para no cargar a estas familias con otros gastos añadidos, como el hecho lógico de que, estando en la piscina, al niño le apetezca tomarse un helado».

Vacances Solidàries en Família ha emergido como un paso más en el capítulo de responsabilidad social y sostenibilidad de Grupo Blaumar, que acumula una larga trayectoria en ese aspecto. «Queremos dignificar el oficio y nuestro producto, que son las vacaciones, y hacerlo llegar a las familias sin subterfugios porque encontrar un momento para parar y dejar a un lado los problemas es necesario, aunque no todo el mundo se lo puede permitir», añade Canadell. 

Este primer año, el proyecto echó a andar en Semana Santa, se retomó en verano y abarcará toda la temporada. El formato es «un test», pero de puertas adentro el balance ya es «buenísimo» y deja el «gran orgullo» de la «aportación positiva la sociedad».

La experiencia

Bueneke cuenta lo que ha vivido en primera persona, junto a sus hijos de 15 y 24 años: «Estuve alojada siete días. Aproveché para dormir mucho, que lo necesitaba, y para pasarlo bien junto a mis hijos. Ellos, sobre todo, desconectaron. Especialmente al pequeño, estar sin pantallas le sirvió para hacer amigos. Disfrutamos de la piscina, del spa. El personal fue muy amable». Acogerse a Vacances Solidàries en Família ha sido «una bendición», cuenta. «Hay que reconocer que yo, honestamente, no me podría permitir una semana en un hotel así. Y fue como decir ‘¡guau, qué pasó, cómo a mí!’», añade la cabeza de familia.

Desde la Creu Roja, la técnica Elena Ferrer precisa que el acompañamiento al proyecto a la hora de facilitar las vacaciones se inició con personas vulnerables y fue más allá. «Vimos que, con las cuatro habitaciones, podíamos acercar esta propuesta a bastante gente y pedimos a los distintos departamentos que aportasen perfiles», indica. Y añade que el planteamiento es «ir despacio con las familias, con confianza, que lo disfruten» y «no ofrecer esto como unas vacaciones gratis, sino como algo que las personas con las que trabajamos semanalmente puedan aprovechar de verdad». Hacer un paréntesis para uno mismo «influye para bien en la salud mental», concluye Ferrer.

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