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Salou

Paco, 'okupado' por su hija y yerno en Salou, ve cómo se van de la casa: "Tenía miedo de salir del balcón"

Con 79 años y un 76% de discapacidad, denunció a ambos por, presuntamente, residir en su vivienda sin su permiso. El agente de los Mossos d'Esquadra que intervino explica cómo ha vivido el caso

Paco, en la comisaría de los Mossos junto al sargento y a su sobrina Lorena.

Paco, en la comisaría de los Mossos junto al sargento y a su sobrina Lorena.Alba Mariné

Joel Medina

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La llamada entró una tarde, hacia las siete. Al otro lado del teléfono estaba una agente del Grup d’Atenció a la Víctima de los Mossos d’Esquadra. Había un aviso urgente: una persona conocida del servicio –un anciano de 79 años con discapacidad reconocida del 76%– volvía a estar en peligro. "Recibí una llamada directa del grupo", explica el sargento responsable del turno operativo en la comisaría de Salou.

"Nos avisaban de que había amenazas y coacciones dentro de un domicilio. Era un caso que ya conocíamos. Paco Tomàs ya figuraba como víctima en nuestro grupo, con antecedentes por un conflicto familiar previo". Paco denunció a su hija y a su yerno por, presuntamente, estar residiendo en su casa contra su voluntad

El sargento recuerda que acudió al lugar consciente de que se trataba de una situación delicada: "Sabíamos que era un caso complejo. Pero hasta ese día no habíamos intervenido en un delito flagrante", señala.

Paco habla con Isaac González, su abogado principal, y con José María Benito y Andrea Guzmán, que también llevan su caso.

Paco habla con Isaac González, su abogado principal, y con José María Benito y Andrea Guzmán, que también llevan su caso.Marc Bosch

"Un comportamiento agresivo"

La escena con la que se cruzaron fue tensa: "Al llegar me encontré con el yerno en el rellano", relata el sargento, que habló también con vecinos para tener todas las versiones sobre el caso. "Es una persona con un perfil marcado: agresivo y una actitud desafiante. Hablaba mal de Paco, lo insultaba, lo llamaba ‘el puto viejo este’... Era imposible razonar".

Mientras trataban de calmar la situación, los agentes detectaron algo más grave: "Empezó a decir ‘lo voy a matar’, ‘le voy a pegar dos tiros’, ‘voy a comprar una pistola’. No lo negó en ningún momento. Aquello no era un conflicto cualquiera, era un delito de amenazas y coacciones. Y eso no se puede dejar pasar", subraya.

Paco, en la comisaría de los Mossos junto al sargento y a su sobrina Lorena.

Paco, en la comisaría de los Mossos junto al sargento y a su sobrina Lorena.Alba Mariné

Ante el riesgo, decidieron detenerlo: "Pedí una segunda patrulla porque veía que podía ponerse violento. Lo estaba verbalmente y lo detuvimos. No ofreció resistencia física, pero fue tenso". Tras la detención, los Mossos acompañaron a Paco y a su sobrina Lorena, a interponer una denuncia y pedir una orden de alejamiento. El juzgado la aceptó por seis meses.

"La situación era insalubre"

El sargento recuerda la vivienda de Paco como un espacio degradado, símbolo de la convivencia rota: "Cuando subimos al piso, había montones de ropa, un olor fuerte, suciedad acumulada... Me dio mucha pena", describe.

Los agentes comprobaron que Paco apenas salía de una pequeña habitación del fondo del pasillo y que vivía prácticamente recluido: "Me di cuenta de que este hombre tenía miedo incluso de entrar al comedor", cuenta. "Me decía que prefería quedarse en la terraza porque no se sentía seguro dentro. Hacía su vida en el balcón, siempre allí, como si el resto de la casa fuera territorio hostil".

A lo largo de la investigación, los Mossos constataron también un progresivo deterioro emocional y físico: "Había maltrato psicológico. Lo veías en su forma de hablar, en cómo evitaba ciertos temas, en el miedo constante...". Los informes coinciden en describir a Paco como una persona vulnerable, que depende de ayudas externas para su higiene y movilidad.

"Ahora vive más tranquilo"

La situación ha cambiado recientemente. Su yerno y su hija ya no viven allí. Se marcharon hace unos días y, desde entonces Paco está más tranquilo, según el agente: "Siempre lo vemos en el balcón. Aún le cuesta dormir y sigue afectado, pero ya no hay ese clima de violencia". "Como un poco más y tengo menos problemas para dormir desde que se fueron", reconoce él.

Sus abogados –Isaac González, José María Benito y Andrea Guzmán, del despacho 8Penal Advocats– subrayan que el procedimiento penal sigue en instrucción. Un juzgado de instrucción investiga al yerno de Paco por presuntos delitos de maltrato y amenazas. En el ámbito civil, la sentencia que ordenaba el desalojo del piso continúa pendiente de resolución en apelación.

Además, los Mossos han presentado recientemente una nueva denuncia contra el yerno tras la difusión de un vídeo en redes sociales en el que insultaba a los agentes y a los servicios sociales. Por otro lado, a través del Grup d’Atenció a la Víctima, se mantiene contacto para garantizar que Paco no quede desprotegido. Argumentan que es vital acompañarlo en su recuperación emocional porque el miedo sigue presente.

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