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Los intentos de segregación de Salou

Historia. La localidad inició ayer la celebración del 32 aniversario de la independencia de Vila-seca. Pero la victoria en los tribunales de 1989 había tenido sus precedentes

Las celebraciones por la segregación duraron varios días.FOTO: LLUÍS MILIÁN/DT

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PEDRO OTIÑA

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Salou conmemora estos días el 32º aniversario de la segregación de Vila-seca. Un proceso largo y lleno de anécdotas que poco a poco se van publicando en diversos libros y artículos redactados por personas que vivieron y/o participaron de los hechos. Pero para hacer justicia debemos divulgar que la sentencia conseguida el 30 de octubre de 1989 es el resultado final de varios intentos fallidos de segregación durante el siglo XX.

En 1936, cuando se inicia la Guerra Civil y al amparo del Comité Central de Milicias Antifascistas de Catalunya, se constituyeron los comités locales antifascistas.

En Salou, desde el primer momento, funcionó un comité local. El 15 de agosto de 1936, este Comité fue un poco más lejos constituyéndose, efectivamente, como Comité Antifascista de Salou con funciones de Ayuntamiento.

A la constitución de este Comité asistieron los representantes salouenses del Partit Obrer d’Unificació Marxista (POUM), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Unió de Rabassaires, Unió Feroviària, UGT y la CNT.

El 24 de agosto de 1936 el Comité declaró la independencia de Salou respecto de Vila-seca, asumiendo la presidencia Andreu Pàmies i Dolcet (ERC). Entre las primeras medidas que adoptó el autonombrado nuevo consistorio estuvo la de poner en conocimiento de la ciudadanía de Salou que se debían de abstener de pagar impuestos, contribuciones o recargos a ningún otro ayuntamiento que no fuese al recién creado de Salou.

La reacción no tardó en llegar

Razonablemente la reacción desde Vila-seca no tardó en llegar. En una reunión extraordinaria del pleno municipal se acordó la constitución de una comisión gestora que debía recoger toda la información posible y presentar las quejas y denuncias correspondientes ante la Generalitat de Catalunya.

La disolución de los Comités Antifascistas provocó que el Comité de Salou se constituyera en Junta Vecinal, igualmente bajo la presidencia de Andreu Pàmies. Este intento de segregación finalizó a principios de abril de 1937 cuando la Generalitat devuelve la jurisdicción administrativa de Salou a Vila-seca.

Segunda solicitud

Pero poco tiempo después de acabar la Guerra Civil, nuevamente los habitantes del barrio de Salou decidieron volver a solicitar la segregación de Vila-seca. Con ese objetivo, el 18 de abril de 1941, 77 habitantes, representados visiblemente por Agustín Bertomeu Rosario, pescador de profesión y Ramon Blasi Milà, comerciante, presentaban la instancia ante el Ayuntamiento de Vila-seca.

La petición de segregación giraba en torno al florecimiento de Salou en las primeras décadas del siglo XX, poniendo de manifiesto el establecimiento de población forastera que habitaba de una manera permanente en el barrio lo cual ayudaba a incrementar el vecindario. Pero este vecindario no confiaba en el Ayuntamiento de Vila-seca puesto que no se invertía de acuerdo a las nuevas necesidades que se demandaban de acuerdo al incremento poblacional.

En aquel momento Salou contaba con una industria pesquera que vendía su producto en Tarragona pues no había Pósito local, un balneario, dos panaderías, dos peluquerías, una carpintería, dos tiendas de comestibles y en verano, cinco cafés con venta de platos variados.

Esta nueva petición dio origen a un nuevo expediente, que como es conocido, se resolvió de una manera negativa para los habitantes de Salou en base a leyes de 1924 y 1935. En aquel momento Salou tenía una población de unos 335 habitantes, por lo que las 77 personas firmantes de la petición resultan ser casi el completo de las familias que vivían a Salou.

Situación de crisis

La actividad industrial y comercial citada anteriormente, ponía de manifiesto las carencias de un vecindario que en aquel momento, saliendo de una Guerra Civil y en una situación de crisis permanente, a buen seguro no hubiese podido hacer frente a las necesidades económicas para el mantenimiento de los servicios básicos, tal como se indicaba desde Vila-seca en su alegato de rechazo a la segregación.

Este intento de segregación no fue el último, como es conocido. Finalmente el 30 de octubre de 1989 el Tribunal Supremo concedió al entonces barrio de Salou la independencia administrativa de Vila-seca, culminando de esta manera una histórica demanda de los habitantes de Salou.

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