Ruta por la Bahía del Fangar: naturaleza y sabores del Delta del Ebre

El Delta del Ebre es uno de esos lugares que atrapan. Respira agua, naturaleza y tradición. Declarado Parque Natural y Reserva de la Biosfera por la Unesco, es un enclave imprescindible para quienes buscan experiencias auténticas, vinculadas al mar y al territorio.

Hoy proponemos vivir una jornada que combina tres elementos esenciales: la navegación por la Bahía del Fangar, la visita a un museo del mar que revela la esencia del Delta y una degustación de ostras y mejillones directamente extraídos de sus aguas en el Mirador de la Badia. Una experiencia que conecta paisaje, historia y gastronomía, especialmente al atardecer, cuando la puesta de sol tiñe el horizonte de tonos dorados, rosados y anaranjados, reflejándose sobre las aguas tranquilas de la bahía del Fangar y el Delta, creando una atmósfera mágica en plena naturaleza.

Zarparemos de l’Ampolla y bordearemos la Playa dels Capellans, la Cala María, pequeño refugio de pescadores y bañistas. El itinerario continúa hasta Cap Roig, con su acantilado rojizo, para contemplar el Faro del Fangar, icono del Delta. Su silueta blanca y roja, rodeada de dunas, ofrece un escenario único, Ya en la batea se abre el telón. Conoceremos el arte de cultivar ostras y mejillones: técnicas, cuidados y la importancia de esta actividad para la economía del territorio. Una tradición que combina innovación y respeto al medio ambiente.

En la mejillonera podremos visitar un pequeño museo puente entre el pasado y el presente del Delta. Paredes de madera llenas de imágenes históricas: fotografías de pescadores y escenas de faenas marineras. Una memoria colectiva que ayuda a entender la identidad del Delta.

Degustación de ostras y mejillones

Y como toda experiencia que se vive intensamente, el final llega con un momento para los sentidos: la degustación de ostras recién abiertas: cuatro piezas por persona, acompañadas por una copa de vino o cava. Su frescura es tal que cada bocado parece una inmersión en el mar. Textura carnosa, sabor salino y notas que recuerdan al Delta. Los mejillones, presentados en generosas raciones, completan el festín. Criados en la misma batea, poseen una particularidad que los distingue: su origen en la simbiosis de río y mar. El agua dulce del Ebre se encuentra con el Mediterráneo, generando un hábitat ideal que les aporta un sabor equilibrado y un reconocido prestigio. 

Esta no es una excursión más. Es un itinerario para quienes buscan algo auténtico: navegar por paisajes únicos, aprender de la historia y la ecología del Delta y, finalmente, saborear su gastronomía más preciada. Más información en nauticparc.com