Narrativa
'Teoría y práctica', o cómo Michelle de Kretser propone novelas que no parezcan novelas
La obra xplora las relaciones entre las cosas en abstracto y su correlato en la práctica, aplicado especialmente a las relaciones personales

La narradora del libro estudia en la Universidad de Sídney.
La escritora Michelle de Kretser, nacida en Sri Lanka en 1957 y residente en Sídney, en cuya universidad es profesora, escribe en Teoría y práctica (Muñeca infinita, traducción de Regina López Muñoz) una aparente novela de campus que es también una reflexión sobre las diferencias entre pensar las cosas en abstracto y enfrentarse a ellas en cuanto son acto. Un ejemplo: los celos. Otro ejemplo: las relaciones afectivo-sexuales. Otro más: ¿Qué pasa cuando la narradora descubre que su ídola Virginia Woolf tenía comportamientos que hoy identificamos como racistas? La narradora esperaría de Woolf que hubiera estado por encima del contexto, como lo supo hacer con otros asuntos, como la emancipación de la mujer, o como supo hacerlo su propio marido, Leonard Woolf, en los asuntos de las colonias.
Teoría y práctica se abre en falso: empieza como una novela situada en Australia en 1957 con un narrador en tercera persona, y de pronto se interrumpe: “Llegados a este punto, la novela que estaba escribiendo se estancaba”, leemos. Y un poco más adelante: “Yo estaba descubriendo que ya no deseaba escribir novelas que pareciesen novelas. En lugar de proporciones armoniosas y disfraz, quería una forma que diera cabida a la informidad y el caos”; lo que puede leerse como una advertencia sobre la naturaleza del libro que estamos leyendo. La narradora abandona esa novela estancada para dejarse llevar y contar lo que quiere.
La parte central del libro transcurre durante el año en el que la narradora estudia en la Universidad de Sídney, se ha trasladado desde Melbourne, se enreda en una relación un poco desigual, el chico tiene una novia bastante establecida. Teoría y práctica es una novela de formación: intelectual, escribe una tesis sobre las novelas del último periodo de Virginia Woolf; en las relaciones personales, amigos y novietes, y hasta ciclista: ¡la narradora aprende a ir en bici! Pero ese corazón de la novela viene envuelto por capas, desde esas páginas de una novela que se abandona hasta un episodio de la infancia de la narradora, cuando practicaba piano, y, al final, también el relato de prolonga contando qué ha sido de los personajes, también de la narradora.
Es una novela de formación: intelectual, escribe una tesis sobre las novelas del último periodo de Virginia Woolf, en las relaciones personales, amigos y novietes, y hasta ciclista: ¡la narradora aprende a ir en bici!
Hay muchos ecos que dan un ritmo peculiar al libro: está Virginia Woolf, también vía poster presidiendo el despacho de la narradora y el de su profesora; está Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes y está el poema “Cirque d’hiver” de Marianne Moore cuyo último verso se cita al final de la novela. Es un eco porque aparece también al principio: cuando la narradora encuentra “una postal del edificio del Cirque d’Hiver, en París, marcando la página de un poema de Elizabeth Bishop titulado ‘Cirque d’Hiver’” en una antología de poesía estadounidense que compra de segunda mano. La editorial incluye también una postal del edificio, quién sabe si la misma que podría haber encontrado la narradora.
Podemos prolongar el juego del título a otro asunto central de la novela: la madre. Está la madre teórica, Virginia Woolf, y la madre práctica, la madre de la narradora, a la que, una vez que se queda viuda, la narradora siente como madre e hija al mismo tiempo. Desde Melbourne, la madre le llama o le deja mensajes que van salpicando la novela y recuerdan un poco a las cartas que la madre de Chantal Akerman le envía a su hija a Nueva York y que aparecen en News from home.
Teoría y práctica es una novela compleja en su composición, pero no en su lectura, no da ninguna respuesta contundente sobre cómo hacer con la teoría y la práctica –la respuesta es que no hay una sola respuesta–, pero acierta a hacer las preguntas que obligan a cuestionar las verdades asumidas.