Resumen
2025, el año de Rosalía
También ha sido el de Bad Bunny con otro fenómeno musical como ‘Debí tirar más fotos’

Rosalía hace una aparición por sorpresa en la plaza de Callao con motivo del lanzamiento de su último álbum "Lux", en Madrid.
Este 2025 podría haber tenido muchos protagonistas musicales posibles en España, con Bad Bunny a la cabeza, de no ser por el éxtasis místico en el que sumió al país entero ya en el tramo final del año, casi por sorpresa, el cuarto disco de estudio de Rosalía, Lux, un fenómeno fuera y dentro de sus fronteras.
A todas sus conquistas previas en términos de composición e interpretación, la catalana sumó en este caso la fuerza de la música clásica para gestar un álbum que habla de decepción, pero sobre todo de reconexión y transformación personal, con muchas santas empoderadas de la historia como inspiración y en 13 idiomas diferentes. Si su irrupción en plena Gran Vía de Madrid generó titulares (y hasta una investigación por si debía incurrir en multa), tras el estreno del disco parecía no haber nadie que no hablara desde la admiración, de Pedro Sánchez a Madonna.
Público y crítica
La aupó el público, tanto en España (donde lleva cinco semanas inamovible del número 1, inasequible a los nuevos discos de Pablo Alborán o Alejandro Sanz), pero también fuera, en la lista global de Spotify e incluso en mercados tan complejos como el británico, donde llegó más alto que ningún otro español, al puesto número 4, igual que en EEUU o Italia. También lo hizo la crítica, que se ha rendido a Lux, apareciendo como el segundo mejor disco del año para la revista estadounidense ‘Billboard’ y el tercero para ‘Rolling Stone’, mientras Berghain fue para el diario británico ‘The Guardian’ la mejor canción que ha visto la luz en 2025 en el mundo, por citar algunos.
Si su gira prevista para 2026 ha sido un pequeño terremoto en ventas en los últimos días, no puede olvidarse tampoco lo que sucedió con la taquilla del puertorriqueño Bad Bunny, que vendió diez estadios en España para el próximo año con facilidad pasmosa y provocó hasta una denuncia de la OCU contra Ticketmaster.
Porque otro fenómeno indudable en el mundo ha sido su disco Debí tirar más fotos, la reivindicación de sus raíces musicales convertida en un alegato contra la gentrificación de su país y la migración forzosa que provoca. España no fue ajena a su efecto y el conejo malo ha sido otro año más el artista de mayor éxito comercial, tanto con el disco (seis veces platino) como en reproducciones en Spotify.
No ha sido el único en saborear las mieles de llenar un estadio. En este año, varios artistas españoles han probado y aprobado esa gesta, con el hip hop de Dellafuente entre ellos y dos solistas femeninas, algo que no era tan común. Aitana y Lola Índigo vieron además cerrarse al fin la larga crisis abierta por la imposibilidad de celebrar más eventos musicales en el reformado Santiago Bernabéu.
Hubo otra exalumna de Operación Triunfo 2017 que encandiló al país. Fue Amaia, que se hizo con cuatro galardones en los II Premios de la Academia de la Música de España, entre ellos, «compositora del año» y «canción del año» por Tengo un pensamiento, en una gran noche para otras mujeres como Valeria Castro, Nathy Peluso o una emocionadísima Rozalén, «artista del año». «Yo pensaba que ya había pasado mi momento», reconoció muy sorprendida y entre lágrimas.
Se confirmó por fin un secreto a voces: el regreso de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh, 18 años después de su partida y transcurrido uno del comunicado con el que Leire Martínez quedaba fuera del grupo, tiempo en el que esta artista dio su réplica con el tema Mi nombre y comenzó a construir su carrera en solitario. Otra mujer que dio que hablar fue Melody, tanto por su victoria en Benidorm Fest 2025 como por su espantada de la prensa después de su antepenúltimo puesto en Eurovisión. Pero si por algo destacó este festival fue por apuntalar los recelos de RTVE contra la presencia de Israel, pidiendo «paz y justicia para Palestina» en un mensaje previo a la final que ganó fuerza con los meses. Así, por primera vez desde 1961, será España la que no esté en 2026.
Que ha sido un año con muchos nombres femeninos a la cabeza lo demostraron más hechos, por ejemplo el Primavera Sound, por primera vez con tres mujeres como cabezas de cartel (Charlie XCX, Sabrina Carpenter y Chappell Roan) y la entusiasta respuesta del público a ello, en un año de festivales marcado por la polémica a causa del fondo de inversiones proisraelí KKR, dueño de muchos de ellos, como el Sónar, probablemente el más afectado. Hubo retornos gloriosos a los escenarios tras algunos años de ausencia, como Fito & Fitipaldis o Dani Martín, y una despedida en mayúsculas, la de Joaquín Sabina.
De negro se tiñó la música para decir adiós a Manolo de la Calva, la «sonrisa del Dúo Dinámico», pero también en el rock con dos inesperadas muertes consecutivas, la de Jorge Martínez, de Ilegales, y la de Robe Iniesta, el poeta a ras de suelo que fue el alma de Extremoduro.