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Mar Molné, doble campeona del mundo: "Los últimos cinco platos decidieron el campeonato"

La tiradora del Morell, doble campeona del mundo en Atenas 2025, relata para el Diari cómo vivió su histórica jornada de oro individual y por equipos

Molné tras conquistar el Mundial femenino.

Molné tras conquistar el Mundial femenino.Cedida

Juanfran Moreno

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Apenas un día después de cumplir 24 años, Mar Molné subió a lo más alto del podio mundial en Atenas, conquistando dos medallas de oro en trap femenino, individual y por equipos. La tiradora de El Morell, que había sido cuarta en los Juegos Olímpicos de París 2024, comparte en esta entrevista cómo vivió aquel día inolvidable, la emoción de la victoria y sus planes de futuro.

Ya ha pasado casi una semana desde su doble campeonato del mundo. ¿Cuáles son sus sentimientos tras esta hazaña?

Ahora empieza a ser creíble. Nunca me hubiera imaginado ganar un campeonato del mundo, y menos con 24 años. Poco a poco voy siendo consciente de todo lo que he conseguido. He vuelto a ver la final y me vi muy fuerte desde el principio, algo que a veces cuesta percibir desde dentro. Estoy contenta, emocionada y feliz por haberlo disfrutado tanto.

¿Hubo un momento en la final en el que dijiste «soy campeona del mundo»?

Cuando acabé, fui consciente de que había ganado, pero no de lo que significaba. Tener el título de campeona del mundo no es lo mismo que ganar una Copa o un Campeonato de España. Cuesta asimilarlo. Pero cuando ves a tu equipo, a tu entrenador, a todos felicitándote, empiezas a creértelo. Es una sensación enorme.

Fue un día muy especial, además, con dos medallas: una individual y otra por equipos. Si tuvieras que quedarte con un momento de aquel día, ¿cuál sería?

Siempre lo digo: los últimos cinco platos de la final. Fueron los que decidieron el campeonato, pero también un símbolo de todo el sacrificio y el esfuerzo. Estaba temblando, las piernas me fallaban y hasta veía el arma doblada. Fue un momento de superación absoluto, una sensación que nunca había vivido. Más que por ganar, por resistir hasta el final.

En el deporte siempre se dice que los campeones se forjan en los momentos decisivos. ¿Sientes que demostraste estar hecha para eso?

No fue suerte, fue trabajo, dedicación y voluntad

Sí. Mucha gente me lo decía, pero yo no pensaba que llegaría ese momento. Creía que si alguna vez ganaba un Mundial sería sufriendo, por poco o con algo de suerte. Pero al verlo después me di cuenta de que no fue suerte, fue trabajo, dedicación y voluntad. Si hubiera sido suerte, habría ganado por un plato, pero la diferencia fue grande. Eso demuestra que fue fruto del esfuerzo.

Además, lo hiciste con una actuación casi perfecta. Supongo que eso hace que la felicidad sea aún mayor.

Totalmente. No solo gané, sino que lo hice compitiendo al máximo nivel y sintiéndome muy segura. Fue una satisfacción enorme.

Cumplías 24 años justo el día antes de la final. ¿Te pasó por la cabeza que podías celebrarlo de esa manera?

Siempre lo piensas un poco, ¿no? Antes de competir me dije: «Va, es mi cumpleaños, que salga bien». Pero jamás imaginé llegar a la final, y mucho menos ganar un campeonato del mundo compitiendo contra las mejores. Ni se me pasaba por la cabeza. Pensaba que estaría nerviosa, y lo estuve, pero no me esperaba nada de esto.

Hace poco más de un año quedaste cuarta en los Juegos de París, rozando el podio. ¿Qué ha cambiado desde entonces hasta convertirte en campeona del mundo?

Más que un cambio, ha habido aprendizaje. Este deporte se basa en eso: en la experiencia. En París cometí pequeños errores que, en ese nivel, pesan mucho. En Atenas, gracias a lo que aprendí en los Juegos, pude corregirlos y afrontarlo de otra manera. Esa experiencia fue clave.

De hecho, sin París quizás no habría llegado este oro.

Exacto. Estoy convencida de que sin aquella experiencia no habría sido campeona del mundo este año.

¿Cómo viviste el momento con tu equipo técnico y tu familia? Sé que tu padre es tu gran seguidor.

Nada más acabar la final, fui corriendo a abrazar a mi entrenador

Nada más acabar la final, fui corriendo a abrazar a mi entrenador. Fue muy emocionante. Luego, en cuanto pude, llamé a mi padre, a mi madre y a mis tíos. Estaban orgullosísimos, gritaban y se abrazaban entre ellos desde casa. Me lo contaron después y fue muy bonito.

Más allá del oro individual, también fuiste campeona del mundo por equipos. ¿Qué te supuso ese logro compartido?

Muchísima felicidad. A lo largo del año competimos muchas veces juntas, y compartir ese podio con Fátima Gálvez y Bea Martínez fue un orgullo. Además, es la primera vez en la historia que España gana a Italia por equipos en un Mundial. Así que fue doblemente especial.

¿Qué sentiste al verte en portadas, entrevistas, redes sociales… con toda esa repercusión?

No me lo esperaba en absoluto. Sí, cuando ganas hay un poco de boom mediático, pero siendo un deporte como el tiro olímpico no imaginaba tanta repercusión. Verme en portadas importantes, en radios, en medios nacionales… fue una sorpresa enorme y un orgullo.

¿Y ahora qué toca, descansar o seguir compitiendo?

A corto plazo tengo la final de la Copa del Mundo en diciembre, donde compiten las 12 mejores del ranking. Y a largo plazo, el año que viene empiezan las plazas olímpicas, así que el objetivo es conseguir una.

Su gran reto, como ya dijo, sigue siendo Los Ángeles 2028. ¿Lo ve ahora más cerca?

Sí, sin duda. Ahora sé que puedo. En París conseguí la plaza casi al final, y esta vez creo que puedo ganarla antes. La experiencia me da confianza.

¿Y se ve capaz de ser campeona olímpica?

Sí, lo creo. Falta tiempo, pero las rivales son las mismas que en el Mundial. Haber vivido esto me hace pensar que puedo conseguirlo.

Sería el sueño definitivo.

Totalmente. Es el sueño de cualquier deportista de élite. Ganar un oro olímpico sería el mayor logro, la culminación de todo. Es lo que todos deseamos algún día.

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