Hockey patines
La crónica del Igualada-Reus: Sin premio al pundonor (3-2)
El Reus peleó hasta el último suspiro, pero el Igualada impuso su solidez en un duelo áspero y sin concesiones

Jordi García en un tiempo muerto en Les Comes.
No pudo el Reus salir con vida de la guerra vivida en Les Comes. Allí el Igualada le sometió pese a que los rojinegros lo intentaron hasta el final pese a ir siempre a remolque (3-2).
El partido dibujó claramente dos planes parecidos en ambos equipos. Los dos buscaban la portería rival, pero siempre con un ojo detrás. En este tipo de duelos no se regala nada y se juega con grilletes. La alegría y la anarquía para otros momentos.
Mal inicio rojinegro
No habían pasado ni cinco minutos cuando el Reus parecía tener controlado un ataque del Igualada al que se le agotaba la posesión, pero encontró premio. Roger Ibars detectó un espacio y sacó un disparo con poco ángulo que fue directo a portería y sorprendió a Càndid Ballart (1-0). Los locales se encontraban con un plan de partido perfecto para ellos. Resistir está en su ADN.
El Reus pudo empatar casi de inmediato, pero el larguero frenó a Jansà y luego Martínez hizo lo propio con una gran mano a un tiro venenoso de Salvat. Había reaccionado bien el Reus al primer golpe encajado, pero se topó con el segundo. Matías Pascual, que acababa de salir del banquillo, perforó la grieta y le cedió la bola a Bars en boca de gol. El capitán del Igualada, tocado por la varita, no perdonó de nuevo (2-0).
El Igualada disfrutaba con el contexto que había dibujado. Su jaula defensiva tenía todo el sentido del mundo porque los minutos caían y el Reus no hallaba premio a su insistencia. Había un rival que sabía en todo momento cómo sujetarlo y, cuando no podía, tenía a un portero que lo paraba todo.
Una segunda mitad de locura
En la segunda mitad, ambos equipos se sometieron a un duro intercambio de golpes en el que los ataques hicieron más daño a las defensas, sobre todo en el caso rojinegro. Jansà redujo distancias (2-1) cuando solo habían pasado dos minutos de la segunda mitad. El Igualada no se amedrentó y puso el 3-1 a falta de 14’ para el final con una directa en la que Rovirosa no falló. Ahí parecía morir el partido, pero el Reus se volvió a meter en élcon un gol de puro killer de Martí Casas cuando faltaban todavía once minutos por delante.
El Reus lo intentó hasta el final, incluso acabó sin portero, pero el Igualada demostró porque llegaba como colíder. No dio chance.