Dulce resaca copera para el Reus

La fanzone previa al partido de Copa mostró claramente que hay nuevas generaciones que se han sumado a la causa del fútbol en Reus. Bajo el estruendo de la música, los hinchas lucían con orgullo sus camisetas y bufandas, algunas de ellas diseñadas especialmente para el partido ante la Real, una noche para la historia. «Mi última visita aquí fue cuando ascendimos a Segunda A ante el Racing, he vuelto porque siento que hay ganas de fútbol», reflejaba uno de los jóvenes entre cerveza y cerveza.

El recimiento al autocar del equipo, una hora y media antes, entre bengalas y fuegos de artificio, confirmó que el sentimiento rojinegro se ha reivindicado ante la adversidad. Subsiste. Ha vuelto. «Ahora no se nos puede escapar, porque el Reus ha vuelto de verdad», aseguró Marc Carrasco en la rueda de prensa posterior al compromiso. Esa sensación en caliente, después de la derrota, la corroboraron cada una de las 4.200 almas que llenaron el Estadi municipal de Reus. El «hemos vuelto», resonaba en cada rincón del recinto. Más allá del resultado, la cita simboliza la recuperación de una propuesta que se había quedado huérfana en 2020, con la desaparición del antiguo CF Reus por causas financieras. «Pase lo que pase, hoy ya hemos ganado», gritó Carrasco en la charla previa con sus jugadores.

Una actuación convincente

Todo el envoltorio simbólico de la noche quedó refrendado con una actuación convincente del equipo, que se sumó a la fiesta con una de las mejores versiones de la temporada. No le dio para ganar el partido, tampoco estuvo demasiado lejos de una Real Sociedad muy discreta, que en algunas fases se vio sometida por la destreza con la pelota que el Reus acostumbra a mostrar, con sus tres centrocampistas, Folch, Xavi Jaime y Sandro Toscano en plan estelar. Dieron un clínic.

Barrenetxea y Sadiq se encargaron de solventar la eliminatoria para los donostiarras, que salieron indemnes de una noche en la que también padecieron el tradicional vent de Reus, que heló a los 4.200 entusiastas que se animaron a llenar el estadio.

En el paisaje se contemplaron imágenes esperanzadoras, distintas sagas familiares con la rojinegra puesta defendieron el orgullo de un proyecto que precisó de una transformación a nivel de ciudad para salvar la pelota en la capital del Baix Camp. Con el Reddis como germen, Reus se ha catapultado hacia la Segunda RFEF, su actual categoría, de manera supersónica. Tres ascensos en cuatro años dictaminan un trabajo brutal, con el líder Marc Carrasco como cabeza de cartel.

Ahora toca preservar todo lo conquistado, y determinar, más pronto que tarde, hacia dónde se quiere ir. Conformismo o ambición. Crecer o guardar la ropa. Se trata de una decisión también de ciudad, no solo de un puñado de personas. En todo caso, noches como la de este miércoles invitan a crecer, porque el gentío anda repleto de deseo, de recuperar aquello que les quitaron de repente y sin explicaciones: el fútbol profesional.

Llega el Terrassa

La velocidad de crucero con la que viven los futbolistas les impide degustar demasiado los momentos. En este caso, el Reus vuelve a tener examen el domingo, con al visita al Estadi del Terrassa. Un duelo que sí cuenta con una importancia descomunal en los puntos, ya que los rojinegros necesitan regresar al éxito para sostener su posición de privilegio en la zona de play off.

De ahí que los cambios ante la Real Sociedad miraran mucho a esa cita, se programaron para no desgastar demasiado a los futbolistas más cargados físicamente. Tras una noche idílica, el Reus volverá a su realidad.