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El 38% de los jóvenes emancipados siguen necesitando ayuda económica

Según el IV Observatorio Cofidis de Economía Sostenible en el Hogar 2025, el 45% de los jóvenes entre 18 y 31 años siguen vivendo en casa de sus padres

Dos jóvenes miran anuncios de viviendas en un escaparate en Tarragona.PERE FERRÉ

Aleix Solé
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Vivir fuera de casa de los padres no siempre es sinónimo de independencia económica para muchos jóvenes. Según el IV Observatorio Cofidis de Economía Sostenible en el Hogar 2025, el 38% de los jóvenes emancipados entre 18 y 31 años siguen necesitando de ayuda económica. La mayoría proviene de los padres (26,3%), aunque también reciben apoyo de otros familiares (7,6%) o de otras personas cercanas no familiares (4,4%). Sí, están emancipados, pero siguen dependiendo de un tercero para poder sufragar los gastos esenciales del día a día.

Además, una buena parte de los jóvenes de esta franja de edad no están independizados. Concretamente, el 45% no lo están. El estudio señala los datos de renta media anual que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) como posible explicación a estas dificultades para independizarse, ya que las rentas medias más bajas las encontramos en las franjas de edad más jóvenes. Los menores de 24 años perciben una renta media anual de 15.364 euros, mientras que en el tramo de 25 a 29 años, el salario promedio asciende a 21.039 euros. Para el grupo de 30 a 34 años, —que incluye parcialmente al colectivo del informe— el ingreso medio es de 25.222 euros.

Dificultades para ahorrar

El estudio también muestra las grandes dificultades que tienen los jóvenes para ahorrar. De hecho, más de la mitad de los jóvenes (52,5%) ahorran como mucho el 10% de su salario. Es decir, si una persona cobra 1.300 euros, como mucho consigue ahorrar 130 euros al mes. De estos, el 37,33% no consiguen ahorrar nada durante el mes. Por otro lado, el 38,3% consigue ahorrar entre un 10% y un 30% de su salario y el 19,3% de los jóvenes sus ahorros mensuales supera el 30% de su salario.

Estos pobres ahorros mensuales conllevan una baja resiliencia financiera. El informe revela que el 42,3 % de los jóvenes emancipados no podría hacer frente a un gasto imprevisto de 10.000 euros, y además, un 31,3 % adicional no lograría afrontar siquiera un gasto de 5.000 euros. Es decir, casi tres de cada cuatro jóvenes que ya viven por su cuenta están expuestos a un elevado nivel de vulnerabilidad económica en caso de imprevistos de cierta magnitud.

Respecto a los que todavía viven con sus padres, el 24,1 % no puede ahorrar nada, es decir, están por encima de la media (19,6%) , y el 35,5 % no podría cubrir un gasto de 10.000 euros. Aunque tienen menos cargas económicas directas, su capacidad de ahorro no mejora sustancialmente respecto a quienes ya se han emancipado. Esta diferencia puede explicarse porque las personas que han logrado independizarse suelen partir de una mayor estabilidad laboral o de ingresos. Sin embargo, también son quienes enfrentan un mayor nivel de exposición a gastos cotidianos e imprevistos, lo que los coloca en una situación de mayor vulnerabilidad económica.

Por su parte, quienes aún no han dado el paso de emanciparse cuentan con menos presión financiera directa, pero no por ello gozan de mayor seguridad económica: su capacidad de ahorro sigue siendo limitada y su autonomía, aplazada. En ambos perfiles, los datos reflejan una realidad común: la precariedad económica continúa condicionando las decisiones de vida de la juventud española y limita sus posibilidades de planificación a medio y largo plazo.

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