Industria
Noxifer: de un pequeño taller de pueblo en Sarral a una empresa con casi 100 trabajadores
Dos familias, dos generaciones y 35 años transformando el metal en la Conca de Barberà

Las dos generaciones de esta empresa familiar, junto a la actual dirección.
El Grupo Noxifer, con sede en Sarral (Conca de Barberà) y centros de producción en Sarral, Santa Coloma de Queralt (Conca de Barberà) y Valls (Alt Camp) es hoy líder en España en la fabricación y comercialización de soluciones técnicas para la industria del prefabricado de hormigón. Con una facturación de 12,5 millones de euros y 95 empleados en 2025, estos son sus 35 años de historia. De cómo un pequeño taller metalúrgico de pueblo ha pasado hoy a una empresa que encara hoy una estrategia de expansión internacional.

Robot soldador en Sarral.
En 1990, Josep Rull y Josep Maria Moix fundan en Sarral (Conca de Barberà) un taller dedicado a trabajar el metal para el sector agroindustrial y particulares. Eligen la primera sílaba de ambos apellidos para darle nombre: Rumix. Al mes ya tenían un empleado. A los dos meses, el doble. En 1994 se trasladan desde el centro del pueblo hasta una nave de 700 metros cuadrados a las afueras de Sarral. Abandonan la actividad agrícola y de particulares y se centran en la industria, donde se dedican principalmente a dar servicio a las industrias de prefabricado de hormigón y alimentaria.
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Cuatro años más tarde, en 1998, pasan a denominarse Noxifer (de ‘Inoxidable’ y ‘Ferro’), al no poder registrar Rumix como SL. Dos años después, en el año 2000, deciden concentrar toda su actividad en la industria del prefabricado de hormigón, donde ofrecen las dos líneas de negocio (accesorios de conexión en serie y moldes y maquinaria personalizados) que hoy mantienen.
Son años buenos, en los que el sector de la construcción tira del crecimiento económico de España. En 2008 todo se derrumba. Aguantan hasta 2010, cuando los clientes desaparecen y los constructores no pagan. De cuarenta empleados se quedan en seis, esquivando el concurso de acreedores. "Cuando has tocado fondo, lo único que puedes hacer es crecer", explica Josep Rull, cofundador de este grupo. Eso es lo que hacen. En 2012, la competencia en España ha desaparecido, y la que hay fuera no quiere venir, por miedo a los impagos. El mercado español es de Noxifer, que cobra por adelantado. Los que siguen trabajando, pagan al día.

Piezas producidas por Noxifer en Sarral.
Llega el año 2022 y ambos socios constituyen Rumix 22, para diferenciar las dos grandes líneas de negocio. En Rumix 22 irán los moldes y los trabajos a medida, en Noxifer la producción en serie. Siempre, en el mundo del prefabricado de hormigón.

Control de una máquina de corte láser en las instalaciones de Noxifer en Sarral.
Lo inesperado sucede un año después. En 2023 fallece Josep Maria Moix, con el nuevo plan estratégico (en vigor hoy) recién acabado y en plena incorporación de la segunda generación a la empresa. Antoni Carreras entra como gerente. Él dirigirá Noxifer, Josep Rull lo hará con Rumix 22. Aceleran el protocolo familiar. Se incorpora la segunda generación, con Laia Moix y Albert Rull. Se prepara la futura incorporación de Núria Moix y Júlia Rull. Hay un plan ambicioso. En cinco años, esperan alcanzar los 30 millones de facturación, pasando de un 5% de exportaciones a un 25%.