El elevadísimo precio de la electricidad se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para las empresas, que en los últimos meses han visto como se disparaban los costes de producción de manera exagerada. Para intentar hacer frente a este problema han nacido algunas iniciativas, como la compra colectiva de energía por parte de las empresas de los polígonos de Reus, un proyecto que nació en 2020 de la mano de la Associació Empresarial dels Polígons Industrials de Reus (APIR) y de la empresa Energestic, Consulting & Enginyering.
Vicenç Ferré, presidente de APIR explica que «el alto coste de la energía es una de nuestras preocupaciones. Cuando se hizo la primera compra colectiva de energía, en 2020, no había una problemática del precio, pero vimos una serie de ventajas en el servicio. Más allá de lo que te podías ahorrar, también estaba el tema de la gestión por parte de una empresa externa, tanto a la hora de buscar una comercializadora como por el conocimiento y la experiencia que tenían al haber hecho otras compras colectivas de energía en otros polígonos industriales».
Javier Sin, de Energestic, Consulting & Enginyering, explicaba esta semana en una jornada empresarial organizada por APIR en la Cambra de Comerç de Reus que «hay varias claves en la compra colectiva de energía. Por un lado está la competitividad, ya que si nos unimos tendremos mayor poder de negociación con las comercializadoras para conseguir mejores precios. También está la objetividad, ya que se estudian todas las ofertas en igualdad de condiciones y solo nos fijamos en el precio y vamos al mejor postor. Sin olvidarnos de la seguridad, porque si vamos todos juntos a quejarnos a la comercializadora, ésta sabrá que detrás hay una treintena de suministros con el mismo contrato».
Gracias a la compra colectiva hemos tenido precios de finales de 2020 hasta finales de 2022
Vicenç Ferré (Presidente de APIR)
Tanto Sin como Ferré califican esta primera compra colectiva de energía por parte de los polígonos industriales de Reus como un «éxito». La operación se cerró en octubre de 2020 y tuvo vigencia desde el 1 de diciembre de ese año hasta el 30 de noviembre de 2022, con la participación de 11 empresas con una veintena de suministros y con un consumo anual agregado de 1,4 G/Wh (por 2 años, 2,8 G/Wh). Sin comenta que «en estos dos años con el precio cerrado, el precio de la energía se ha disparado en el mercado. Viendo lo que ha pasado y los precios excepcionales que ha habido estos dos años podemos decir que la compra colectiva ha sido un éxito brutal».
Cuando se adjudicó la primera compra, los futuros marcaban un precio en el mercado OMIP de entorno a los 43,59 euros megavatios/hora. Durante los dos años de la vigencia del contrato, éste cerró de media en 156,62 €. Por lo tanto, los consumidores que han formado parte de la compra colectiva se han ahorrado 316.484 euros en dos años respecto a un consumidor que estuviese en el mercado indexado.
Vicenç Ferré recuerda que «sobre la media que pagaban las empresas, el precio de salida de la subasta ya era un 3% más barato. Además, en 2021 el precio de la electricidad empezó a subir y en 2022 se disparó por la guerra. Durante los dos años de compra colectiva hemos tenido precios de finales de 2020 hasta finales de 2022». Tal ha sido la buena acogida de esta primera convocatoria, que desde APIR han apostado por abrir una segunda convocatoria de compra colectiva de energía. Sin está convencido de que «el 2023 es un buen momento para hacer otra compra colectiva, porque empieza a haber ofertas mejores que en 2022».