La comisión de investigación de la ONU acusa a Israel de genocidio en Gaza
Culpabiliza a Netanyahu “de incitar” los ataques y sostiene que los hechos del 7 de octubre fueron precedidos de “décadas de ocupación”

La sede de la ONU en Nueva York.
La comisión de investigación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha acusado este martes 16 de septiembre a Israel de cometer un genocidio en Gaza. En un informe hecho público, el organismo sostiene que existen “pruebas razonables” de que las autoridades israelíes y sus fuerzas de seguridad “han cometido o continúan cometiendo actos que constituyen un genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza”.
El documento señala directamente al primer ministro Benjamin Netanyahu, al ministro de Defensa Yoav Gallant y al presidente Isaac Herzog, a quienes acusa de incitar a cometer estos actos y de no haber adoptado medidas para impedirlos.
El informe, elaborado por una comisión encabezada por la ex alta comisionada Navi Pillay, identifica al menos cuatro de los cinco actos que define la Convención de 1948 sobre el Genocidio: el asesinato de miembros del grupo, causar graves daños físicos o mentales, someter intencionadamente al grupo a condiciones de existencia que puedan llevar a su destrucción y medidas destinadas a impedir nacimientos. Entre las pruebas recogidas se incluyen el bloqueo de ayuda humanitaria, desplazamientos forzosos masivos, ataques contra infraestructura civil —incluidos hospitales y escuelas— y bombardeos en zonas densamente pobladas. Según datos de Naciones Unidas, más de 64.000 personas han muerto en Gaza desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, la mayoría de ellas civiles.
La comisión subraya que los hechos del 7 de octubre, cuando Hamás atacó a Israel causando alrededor de 1.200 víctimas mortales, “no fueron un hecho aislado”, sino que estuvieron precedidos por “décadas de ocupación ilegal y represión bajo una ideología que promovía la eliminación de la población palestina de sus tierras y su sustitución”. En este sentido, el informe contextualiza la ofensiva israelí en un marco de larga duración, marcado por violaciones sistemáticas de derechos humanos y políticas de exclusión.
El gobierno israelí ha rechazado de inmediato las conclusiones del informe, al que tilda de “infundado y sesgado políticamente”. Netanyahu y otros dirigentes insisten en que la operación militar en Gaza busca garantizar la seguridad nacional y destruir las capacidades de Hamás, organización considerada terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional ya habían advertido anteriormente que las acciones del ejército israelí en Gaza apuntaban a una intencionalidad genocida, al combinar bombardeos masivos, restricciones extremas de ayuda humanitaria, destrucción de servicios esenciales y el colapso del sistema sanitario. Para la ONU, estos elementos encajan en un patrón de conducta que supera la categoría de crímenes de guerra y de lesa humanidad, situándose en el terreno del genocidio.
El informe será remitido al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y a otros órganos internacionales competentes. Se espera que intensifique el debate diplomático sobre la rendición de cuentas en Oriente Próximo, en un contexto en el que la presión internacional sobre Israel crece mientras la situación humanitaria en Gaza continúa deteriorándose.