Fue el sueño de los hermanos Trillas. Joan (1885-1977), Sebastià (1890-?) y Andreu (1893-1973). Tras llegar a Coma-ruga procedentes de Bellver de Cerdanya cuando quedaron huérfanos.
Joan comenzó a trabajar en el negocio familiar de su tío, Buenaventura Trillas, que era propietario del bar de la estación de tren de Sant Vicenç de Calders y del Gran Hotel Balneario Oriental Miramar, por el que incluso pasó Picasso, en una época en la que la zona ya era apreciada por sus aguas termales y comenzaba a atraer a visitantes.
De los hermanos Trillas, Sebastià se quedó en Francia y Andreu emigró a Argentina, donde hizo fortuna con negocios como la sala de fiestas Tabaris o la avicultura con la granja Dolores, una de las más grandes de pollos de Latinoamérica. Aunque fue aquel cabaret el que le dio éxito y contactos. Allí el presidente argentino Juan Domingo Perón tenía un palco.
Andrés Trillas llegó a Argentina en 1908 con 15 años y comenzó a trabajar en hoteles a cambio de alojamiento y comida. En 1913 ya era gerente de cabarets y en 1924 se hizo con el legendario Tabaris, uno de los locales con más prestigio de Buenos Aires.
El regreso
Regresó a Coma-ruga en 1933 tras un viaje en barco desde Argentina a Nueva York. Se instaló de nuevo en 1956 tras perder casi todo en Argentina. «Se dice que cuando murió (1973) no tenía nada». Está enterrado en Argentina, pero no se ha encontrado su tumba ya que se desconoce la fecha exacta de su muerte.
Sin embargo junto a sus hermanos lograron esa transformación de una franja del litoral de El Vendrell. Aquella zona de marismas pasó a ser un conjunto residencial con balneario, piscina termal, iglesia... y acogió a muchas familias acomodadas de todo el Estado también argentinas que se instalaron en la zona por el contacto que tuvieron en su país con Trillas. Incluso en alguna época la zona llegó a acoger al mismísimo presidente Perón y a su segunda esposa, Isabel.
Parte del dinero ganado en los negocios de los hermanos Trillas se destinó a impulsar el proyecto de urbanizar esa zona de Coma-ruga para lo que se creó la sociedad Brisamar en 1946. Andreu fue el presidente, Joan el gerente y Sebastià el administrador. El sueño comenzaba a ser una realidad y se ponían los cimientos de una gran transformación.
Como en Mar de Plata
Brisamar SA se dedicó a urbanizar los terrenos con el asfaltado, alumbrado y dotación de equipamientos y a poner a la venta de las parcelas. La estructura del barrio estaba inspirada en las zonas residenciales de Mar de Plata argentina. Se cree que alguna de las casas era obra de Brodsky, el arquitecto del cabaret Tabaris.
Se exigía que el comprador debía levantar casas aisladas como máximo de una altura y no construir más del 50% de la superficie de cada solar y como máximo se permitían dos casas en cada una. Ello permitía una zona con espacios abiertos, una escasa densidad de población y muy verdes.
La empresa construyó chalets de estilo californiano como los de Mar de Plata
La empresa construyó algunos chalets modelo para incentivar a la compra. Presentaban porches de arquería, cubierta inclinada con teja árabe, paredes encaladas y un extenso jardín a su alrededor. Similares a los chalets californianos que se construyeron durante la época peronista en Argentina.
Sólo en la conocida como parcela 30, paralela a la vía del tren, estaba permitido levantar apartamentos. A principios de la década de los sesenta, la mayor parte de los terrenos ya estaban vendidos y edificados.
Todavía quedan algunas construcciones de la época y se mantiene esa estructura de lugar tranquilo y esponjado con casas con jardines .
Reivindicados
Sin embargo poco ha reivindicado Coma-ruga la figura de aquellos hermanos que fueron los que no sólo transformaron la zona sino que la colocaron como referente de turismo internacional de categoría. Sólo la plaza que hay frente al puerto de Coma-ruga tiene el nombre de los hermanos Trillas y poco más.
Hace años una calle de la zona llevó el nombre de Buenaventura y el paseo marítimo llegó a denominarse de la República Argentina. Ahora se ha colocado un plafón en la plaza Trillas que recuerda a los tres hermanos con su historia y que reconocen su impulso.
La de los Trillas fue una de esas aventuras de arrojo y visión. Como señala el alcalde de El Vendrell, Kenneth Martínez, «no se entiende la historia de Coma-ruga ni siquiera la de El Vendrell sin la participación empresarial de los hermanos Trillas. Hay que recuperar esa historia, ponerla en valor y darla a conocer».
Hace unos años Mélanie Chaluleau, sobrina de Andrés Trillas, acudió a Coma-ruga para intentar recopilar datos de su tío. Porque todavía hay muchas historias en el entorno de los Trillas por descubrir.
