PortAventura mantiene cerrado el Tomahawk aunque tiene autorización para abrirlo

La semana más difícil del parque temático de la Costa Daurada. La intrahistoria de un accidente con 14 heridos de diversa gravedad que nadie pudo predecir

16 febrero 2024 21:38 | Actualizado a 17 febrero 2024 11:00
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PortAventura reabre hoy sábado sus instalaciones con la intención de pasar página de la pesadilla vivida el pasado domingo día 11 con el accidente en la atracción Tomahawk. Lo ha hecho con la montaña rusa cerrada y dejando para más adelante su reapertura.

La atracción está en condiciones de operar y de hecho el parque tenía la última palabra para abrirla al público. Sin embargo, la dirección de PortAventura ha considerado que era un poco pronto ponerla en marcha teniendo en cuenta de que todavía hay heridos críticos del accidente del día 11. La información oficial es que se abrirá más adelante sin poner fecha.

Con la apertura del resort este sábado 17 de febrero, ya es el segundo fin de semana de la temporada, PortAventura quiere centrarse en su 30 temporada y pasar página lo antes posible de lo ocurrido hace siete días. Esta es la cronología de una semana aciaga para el mejor parque temático de España y uno de los top de Europa.

Los responsables del parque emitieron un comunicado el domingo a última hora de la tarde y dieron por terminada las explicaciones públicas del accidente, dejando en manos de los Mossos d’Esquadra la investigación pertinente de lo ocurrido aquella mañana soleada. El comunicado remarcaba que era un incidente y no un accidente. Que fue fortuito y que “el suceso es completamente ajeno al mantenimiento y operativa de nuestras atracciones”.

Sin embargo, esa falta de concreción de lo ocurrido motivo preguntas y más preguntas en los días posteriores.

La ausencia de información ha derivado esta semana en un goteo constante de noticias difícilmente contrastables y de seguimiento de la evolución de los pacientes, sobre todo dos de ellos que siguen en estado crítico.

Fue el subjefe territorial del SEM en Tarragona, Juan Antonio Escorcia, el que ese mismo domingo confirmaba el balance de heridos: 14 en total, de los cuales 2 críticos y 5 ilesos o heridos leves. Todos sufrieron politraumatismos y en función de la zona del cuerpo, las heridas fueron más o menos graves. Los dos críticos tienen los traumatismos situados en el cráneo y cara.

Y precisamente las dos pasajeras más graves por lo ocurrido han sido los que han mantenido en vilo estos días las consecuencias finales del accidente. Sus partes médicos son privados (por la Ley de Protección de Datos), y las únicas informaciones confidenciales que van apareciendo es que siguen en estado crítico y con pronóstico reservado.

Una semana después de lo ocurrido, PortAventura ha abierto este sábado de nuevo sus puertas y lo hará sin la montaña rusa de la que más veces se ha hablado esta semana: Tomahawk. El parque ha decidido mantenerla parada de momento, aunque la decisión es de los responsables de PortAventura, puesto que la montaña rusa está libre de toda sospecha.

El Tomahawk cumple todos los requisitos para volver a operar. Esta atracción pensada para un público familiar y con un recorrido de unos 50 segundos sin demasiados sobresaltos, está en el foco de la actualidad permanente tras lo ocurrido el pasado día 11.

La investigación que ha llevado esta semana Mossos d’Esquadra está más que terminada. Se han seguido todos los pasos para que las diligencias informativas que lleguen al Juzgado de Instrucción número 4 de Tarragona, de guardia el pasado día 11, estén suficientemente claras para tomar una decisión: o bien el archivo de la causa (por la vía penal) o bien el magistrado considere que se debe ampliar la investigación.

Fuentes policiales señalan que todas las pruebas recopiladas y las declaraciones (afectados, testigos, trabajadores y responsables del parque temático) sustentan la teoría de que el accidente fue por causas meteorológicas: el viento. La misma información que el parque dijo en sus comunicados oficiales.

Una racha sostenida de viento (aparentemente sin suficiente fuerza para ser un riesgo en ese punto del parque) ladeó un árbol situado en la zona interior de los raíles, a medio camino del recorrido, al lado de un edificio blanco que se utiliza en Halloween para espectáculos. No fueron los árboles del final del trayecto como se especuló estos días. (En el vídeo, a la izquierda, se ven las ramas que provocaron el accidente).

El árbol empezó a tumbarse justo antes del paso del primer tren con pasajeros del día, unos 30 minutos después de la prueba inicial obligatoria que verificaba que todo estaba en orden. El árbol no quedó tumbado en los raíles pero estaba en la trayectoria dle tren, por lo que los pasajeros se lo encontraron de frente, aseguran.

El árbol fue golpeando a todos los usuarios con mayor o menor afectación. En el primer viaje del día iban 17 personas (solo había un asiento vacío). El resultado final fue de 14 heridos y hasta hoy, tres siguen hospitalizados.

Se trata de tres adultos, dos mujeres y un hombre. Las dos pasajeras están con pronóstico reservado en la UCI de Bellvitge y Joan XXIII respectivamente. Y el tercer hospitalizado es un hombre que está ingresado en el hospital Clínic de Barcelona tras un paso puntual por el Sant Joan de Reus. El resto de pasajeros, con más o menos secuelas, tienen el alta médica desde el mismo domingo o las horas posteriores a lo ocurrido.

Los usuarios y su enfado

Aunque no parece que se abra una causa penal de lo ocurrido, existe otra vía paralela a la investigación oficial: una demanda civil que puede activarse a raíz de lo ocurrido.

Los pasajeros heridos tienen intención de reclamar al parque temático indemnizaciones por las lesiones sufridas en el accidente en el Tomahawk. De hecho, así se ha hablado ya entre ellos en el grupo de Whatsapp que se ha creado para la ocasión y esta es una de las opciones que han afirmado públicamente algunos de los heridos. Más allá de las lesiones, el tema central de esta queja colectiva, está también el trato recibido por el parque temático, que consideran que debería haber estado mejor y a la altura de las circunstancias.

Una semana intensa

Desde el domingo por la tarde, al cierre del parque, PortAventura empezó a trabajar para mejorar o corregir aquello que no estuviera en condiciones en sus instalaciones. Remarcando lo dicho en los comunicados oficiales: “nuestras atracciones cumplen con los más altos estándares de seguridad y son sometidas a rigurosas revisiones diariamente”.

El árbol derribado por el viento en el Tomahawk se taló, la vegetación susceptible de causar un riesgo a trabajadores o usuarios, se podó. El objetivo ha sido evitar cualquier nuevo incidente con la clientela del parque y minimizar cualquier circunstancia que pudiera manchar la imagen en un año simbólico: el 30 aniversario de la inauguración, en 1995.

En cuanto a la montaña rusa del área del Far West, cerrada y vigilada desde el accidente, el tren estuvo precintado hasta que se autorizó una limpieza a fondo (había sangre todavía en los vagones, asientos y sujeciones) dos días después. Esta limpieza es sinónimo de que el Tomahawk estaba lista para volver a circular. Por ello, se estudió si se abriría o no este sábado, aunque finalmente se ha decidido posponer su reactivación.

La ‘seta’ y la velocidad

La montaña rusa infantil Tomahawk no sufrió daño alguno, ni mecánico ni humano, a causa del accidente. Esto quedó claro desde el primer minuto. Es más, se apretó el botón de emergencia, la ‘seta’ como se conoce en el argot técnico, al percatarse los trabajadores de que algo había ocurrido a mitad del recorrido. La acción frena el tren y luego se puede reactivar la marcha para que llegue hasta el final.

Con la ‘seta’ activada, el tren se paró antes de llegar a la estación y los equipos médicos del parque, y dos de los pasajeros (de profesión medicó y enfermera), atendieron a los usuarios más graves a pocos metros del final del recorrido. Luego llegaría el SEM con ambulancias y el helicóptero medicalizado para poder evacuar a los heridos de forma rápida y ágil.

Los afectados y familiares dudan de la activación del botón de emergencia argumentando que uno de los responsables del parque vio la sangre y preguntó qué había pasado.

La suerte, por decirlo de alguna forma, fue la poca velocidad que coge el Tomahawk en todo su itinerario. En los 50 segundos de recorrido, la velocidad punta no alcanza los 50 km/h y son únicamente en bajadas y metros posteriores.

En el tramo donde estaba el árbol, la velocidad de paso del tren es muy baja. Y ello posiblemente evitó una tragedia mayor, ya que como explica el ingeniero Vicenç Veses, si el árbol hubiera caído antes del tren, en los raíles, el descarrilamiento hubiera provocado un final más grave para los pasajeros.

Al coincidir la caída de las ramas al paso del tren, éstas fueron impactando con mayor o menor contundencia con el pasaje. Las dos personas críticas estaban situadas en la zona media del tren.

Volver a la normalidad

El parque temático mantuvo las puertas abiertas todo el domingo y no cambio el calendario establecido ni el lunes ni el martes. Los protocolos de seguridad ya contemplaron el cierre de las grandes atracciones por las rachas del viento, pero no consideraron que el Tomahawk pudiera verse afectado por ese árbol interior que terminó siendo el ‘culpable’ de lo ocurrido.

Tras cerrar el martes por la tarde, la intención de PortAventura ha sido siempre el de pasa página cuanto antes para recuperar la normalidad de su funcionamiento. Eso sí, sin olvidarse de los clientes heridos.

La comunicación interna entre el resort y las familias afectadas ha sido constante para conocer de primera mano su estado de salud, un cuadro clínico que tiene todos los focos en las dos madres internadas en las UCI. Ellas sufrieron la peor parte del accidente fortuito de PortAventura.

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