Como afectan las subidas de tipos al ahorrador particular

El gran dilema de los bancos centrales es encontrar la forma de poner coto a la inflación sin provocar un freno del consumo que lleve a una recesión económica

25 septiembre 2022 13:00 | Actualizado a 25 septiembre 2022 13:00
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El Banco Central Europeo (BCE) ha tomado la decisión histórica de subir los tipos de interés 75 puntos básicos en su reunión de septiembre, celebrada hace escasos días, hasta alcanzar un tipo de interés en sus operaciones de refinanciación del 1,25%, en un escenario de subida de precios completamente disparada, que alcanzó en agosto el 9,1% en la zona euro.

Esta decisión persigue contener la demanda, para tratar de reducir en un plazo razonable la inflación al objetivo del 2%, y retornar así a una economía estable y controlada. El organismo europeo no hace otra cosa que seguir la estela del resto de bancos centrales, como demostró esta misma semana la Fed americana, con la quinta subida de tipos en el último año, consolidando así un cambio de rumbo en la política monetaria.

El gran dilema al que se enfrentan los bancos centrales es encontrar la forma de poner coto a la inflación, que acumula demasiados meses en niveles intolerables, sin provocar un freno del consumo que termine de empujar a la economía comunitaria a una recesión económica en los próximos meses.

Cuando el BCE toma la decisión de acometer una subida de los tipos de interés, provoca el encarecimiento de las hipotecas a tipo variable y otro tipo de préstamos, y aumenta la rentabilidad de los depósitos a plazo fijo. Una subida de tipos tiene una correlación directa con la subida del Euribor, el indicador que mide el precio al que los bancos se prestan dinero entre sí, la referencia para este tipo de hipotecas variables, que provoca una consecuencia directa en forma de subida de la cuota mensual.

Una de las soluciones que se pueden plantear para los que vayan a comprar un inmueble pasa por apostar por contratar una hipoteca a tipo fijo o incluir un periodo de carencia o un seguro que cubra las subidas de tipos. Para los que ya tengan una hipoteca, resulta conveniente renegociar las condiciones o explorar la opción de subrogación de la hipoteca en otra entidad que ofrezca condiciones más favorables.

Además, los propietarios pueden plantearse la posibilidad de elevar la cuota mensual que pagan, dentro de sus posibilidades, para amortizar más rápido ese préstamo y minimizar el pago de intereses.

En el lado positivo, un escenario de subida de tipos abre la puerta a la obtención de rentabilidad en las cuentas remuneradas y los depósitos, después de unos años donde estos productos solo permitían la custodia de nuestros ahorros, pero a unos tipos congelados en el 0%. Ahora bien, cualquier inversor particular debe tener en cuenta que la apuesta por este tipo de productos le seguirá reportando una pérdida de poder adquisitivo, mientras la inflación se mantenga en niveles tan elevados.

Este contexto de inflación y subida de tipos que puede desembocar en un parón del consumo, que repercuta en una caída del empleo y una situación de inestabilidad, puede empujar a los ahorradores e inversores particulares españoles, ya de por sí conservadores en sus decisiones de ahorro, a inclinarse por ese tipo de productos.

El objetivo de lograr rentabilidades que superen una inflación disparatada supone un reto añadido al trabajo de los profesionales que tienen que diseñar estrategias de inversión con carteras diversificadas. En este contexto, es más necesario aún recibir asesoramiento financiero para lograr una buena combinación de estrategias, apostando por una combinación de productos con tasa libre de riesgos pero, en el largo plazo, invertir en otros productos con una mayor asunción de riesgos que permitan obtener rentabilidades más elevadas.

Lo que conviene reiterar es que sigue siendo imposible la obtención de grandes rentabilidades sin asumir grandes riesgos. Y que un ahorrador debe tener claro que quien le prometa rentabilidades mágicas, sin asumir ningún tipo de riesgo, simplemente le estará mintiendo.

El escenario actual es complicado pero, en todo momento de crisis, aparecen oportunidades y, sin duda, es una situación propicia para apostar firmemente por el asesoramiento financiero y por fomentar la educación financiera entre los particulares, como antídoto ante la desconfianza y en favor de la libertad financiera.

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