La Comissaria Externa de Proximitat que la Guàrdia Urbana de Reus instaló en el Aeropuerto en mayo de 2016 permanece, a menudo, cerrada y sin agentes pese a que haya intensa actividad de vuelos en la infraestructura. Este mismo sábado, 4 de mayo, al mediodía, mientras se registraba el mayor pico de movimientos del puente –con hasta 42 aterrizajes y despegues–, la persiana estaba bajada.
La misma situación se dio, al menos puntualmente, durante la Semana Santa, cuando el aeródromo salió de su hibernación y empezó a recibir pasajeros. Y, por ejemplo, también hoy a primera hora de la tarde.
La última comunicación oficial que realizó el Ayuntamiento sobre las condiciones de este servicio especificaba que el punto de atención policial debe estar abierto al público, exactamente, «coincidiendo con los horarios de vuelos». En verano de 2023, y a consultas de este rotativo, las mismas fuentes precisaron que la previsión se refería a «cuando hay muchos vuelos». Sin embargo, también en jornadas, de alta afluencia la comisaría se ha podido ver vacía.
El gobierno, consultado este 6 de mayo de nuevo sobre esta Comissaría Externa de Proximidad, insistió en que sí «continúa prestando servicio», aunque «puede ser que algún día no abra si coincide con otros servicios –de la policía local– previstos», e incidió en que «sigue abierta». Con datos de septiembre del año pasado, el cuerpo de seguridad contaba con 160 agentes, el dato más alto de los últimos años aunque aún por debajo de las ratios recomendadas. La idea es crecer.
Fuentes del sindicato CSIF preguntadas por el funcionamiento de la oficina policial del Aeropuerto sostienen que esta «lleva años sin abrir», y que el servicio se limitó debido a lo ajustado de los efectivos, que no permiten cubrirlo. La actividad de este espacio se había centrado sobre todo en la recogida de denuncias –mayoritariamente por hurtos o pérdidas– y la aportación de información, además de «contribuir a generar sensación de seguridad» entre el turismo.
Los agentes sí acuden a la infraestructura, señala CSIF, en las ocasiones en las que se les da aviso, y «generalmente por cuestiones relacionadas con vehículos de transporte con conductor (VTC) que están ocupando el lugar de los taxis o similares».
Por su parte, fuentes de CCOO indican que la Guàrdia Urbana no ocupa habitualmente la comisaría porque atiende las labores más relevantes de su competencia, en el exterior y vinculadas al tráfico, presentes cuando hay vuelos. Y que el cuerpo igualmente responde siempre que recibe alertas, por ejemplo, relacionadas con indisposiciones o con objetos perdidos. Y recuerdan que, junto a uno de los accesos, la infraestructura tiene también una comisaría de Mossos d’Esquadra en la que se recogen denuncias. Por el Aeropuerto pasaron 1.044.479 viajeros en 2023.
Cuando la inauguró, el Ayuntamiento presentó la oficina policial del aeródromo como «punto de referencia donde la gente, si se le plantea un problema o duda, pueda recurrir al asesoramiento de un profesional de la policía de manera más accesible y rápida que en una comisaría convencional», in situ en el Aeropuerto.