Tarragona

Los bomberos denuncian suciedad, cucarachas y falta de material

La empresa de la limpieza no cumple y ayer un bombero de guardia no pudo salir por no tener los pantalones de trabajo

Imagen de la cocina del parque, vieja, sucia y ´que se cae a pedazos´.Foto: Pere Ferré

Norián Muñoz
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Ayer, durante un turno entero, hubo un bombero menos entre los nueve que debían cubrir las emergencias de la ciudad de Tarragona. El motivo: un par de pantalones. El bombero en cuestión sólo dispone de uno de los tres con los que debería contar y la única prenda que tiene está rota. Apunta que la ha pedido, sin obtener respuesta, desde antes de verano. Ayer el jefe del parque, José Núñez, decidió dejarle sin acudir a ningún servicio. Explica que es, en principio, un tema de seguridad, porque se trata de una prenda innífuga, pero, además, porque le parece «degradante», para el efectivo.

El problema, apunta el jefe del parque, que habla en nombre de sus compañeros, es que temas como el del pantalón no son, precisamente, puntuales. Pone otro ejemplo: después de semanas pidiendo guantes de látex, necesarios para atender a víctimas en ciertas circunstancias, han recibido varios paquetes, todos de la talla S (demasiado pequeños para todo el personal) y con la fecha de caducidad borrada. Un bombero apunta que les han informado que «están caducados, pero no importa».

También enseñan unos zuecos nuevos, dentro de la caja; son los que, en teoría, deben llevar dentro del parque. Con sólo rascar un poco la suela se cae a trozos. Otro bombero asegura que ha terminado por comprase unos de los chinos, «que duran más».

Y la lista continúa: hace meses que no llevan reposición para las mangueras que se rompen y no tienen suministro de sepiolita, el productos absorbente que se lanza a la carretera cuando hay un accidente de tráfico en el que se han vertido combustibles.

Pep Antón Calaf, representante sindical, apoya íntegramente la denuncia del jefe del parque. Varios bomberos que se van acercando durante la entrevista no dudan en expresar su malestar. Dicen que la falta de insumos comenzó con el inicio de la crisis, pero ha ido empeorando en los últimos 2 a 3 años.

Hasta diez días sin limpiar

Además de la falta de material, la gota que colmó el vaso fue el incumplimiento, por enésima vez, de la empresa contratista de la limpieza. En esta oportunidad la última vez que habían ido a limpiar fue el miércoles de la semana pasada. En otras oportunidades han estado hasta diez días sin acudir a limpiar. La concesionaria de la limpieza en todos los parques de Catalunya es Klüh, que ya ha sido noticia por problemas laborales. El servicio de limpieza ya es, sin contar con los fallos, bastante justo, pues sólo acude una trabajadora cinco horas, tres veces a la semana (antes de los recortes lo hacía a diario) para limpiar todo el parque. Cuando la trabajadora falla porque está enferma o tiene horas sindicales, nadie la cubre. Además, los días de fiesta tampoco se trabaja, como sucederá, por ejemplo, mañana. Deberán esperar, si todo va bien, hasta el viernes. Recuerdan que la situación es particularmente delicada teniendo en cuenta que en el parque trabajan 54 bomberos (en teoría deberían ser 57) que ocupan las dependencias las 24 horas de todos los días del año, comen y duermen allí.

Plaga de cucarachas

Sumado a los problemas de limpieza, el parque hace frente desde hace por lo menos cuatro años a una plaga de cucarachas. Explican que, aunque han fumigado en varias oportunidades, ha sido imposible acabar con los insectos. Las cucarachas están a la vista en todas las dependencias, incluso en el dormitorio, para malestar de los bomberos que quieren descansar. Una está apostada justo a los pies de una estantería donde se exponen cascos de bomberos de diferentes épocas.

Más allá de estos problemas coyunturales, los bomberos apuntan que la edificación, que tiene 30 años de construida, se ha quedado obsoleta y con graves deficiencias. En el taller, por ejemplo, una tabla tapa un gran agujero en el suelo. Lo mismo pasa en el terreno de la entrada, donde los propios efectivos han intentado tapar los agujeros con sus propios medios. También luce destartalado un pequeño parque infantil ubicado a la entrada del parque. Un bombero ha llevado una desbrozadora de casa para recortar la hierba. La falta de inversión salta a la vista por todas partes. A la pregunta de por qué en la sala de visitas las sillas son de distinto color y modelo, explican que algunas son recicladas del Hospital Sant Joan de Reus.

Los bomberos se han visto obligados a suspender las visitas de grupos de escolares por falta de las mínimas condiciones de seguridad e higiene. «No nos podemos permitir que un niño se caiga en uno de los agujeros dela entrada, o llevarle a uno de los baños de visitas tal como los tenemos», se lamenta el jefe del parque. De momento propondrán a las escuelas ir a los centros si tienen oportunidad.

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