Tarragona mejora en reciclaje pero se queda lejos de los objetivos europeos

La ciudad ha dado tímidos pasos en recogida selectiva y reducción de residuos pero, como otros municipios de su tamaño, necesita mucho más para cumplir las directrices de la UE

01 agosto 2023 19:28 | Actualizado a 02 agosto 2023 07:00
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Según los datos aportados por el departamento de Acció Climàtica de la Generalitat de Catalunya, Tarragona destinó 23.278 toneladas de sus residuos del año pasado a la recogida selectiva. Esta cifra supone un 37,37% de las 62.693 toneladas de residuo municipal que se generaron durante todo 2022. Una cifra que, en primer lugar, queda lejos de la media catalana, la cual supera el 45%, pero aún queda más lejos del objetivo europeo que obliga a las ciudades a tener un 55% de recogida selectiva.

Aun así, la ciudad ha conseguido mejorar levemente su nota respecto a 2021, cuando el porcentaje de recogida selectiva se situaba en el 35,82% del total. El informe detallado por Acció Climática, sitúa los mejores resultados en los municipios más pequeños, que mejoran en casi siete puntos este tipo de tratamientos. Sin embargo, las poblaciones que superan los 50.000 habitantes solo han aumentado en 3,5 puntos este porcentaje.

De hecho, poblaciones como Mataró o Santa Coloma de Gramanet, que generan una cantidad de residuos similar a la de la capital del Tarragonès, han variado también alrededor de un punto y medio su reciclaje. No obstante, hay ejemplos peores, la ciudad de Lleida, con la misma generación de residuos que Tarragona en 2022, ha disminuido la cantidad de basura reciclada respecto al 2021. Entre estos cuatro municipios, de población similar, Tarragona contaría con la mejor posición en cuanto al porcentaje de recogida selectiva respecto al total.

Contenedores abiertos

El gran cambio que vivió la ciudad durante 2022 en cuanto a reciclaje fue la prueba piloto de contenedores cerrados en los barrios de Bonavista, el Serrallo y Cala Romana. Esta prueba expiró y el actual gobierno ha decidido abrir nuevamente estos contenedores. Esta acción ha generado opiniones divididas en los distritos implicados, el presidente de l’Associació de Veïns del Serrallo, David Martín manifiesta que «no entiende la motivación» y «no ha tenido una explicación clara del motivo por parte del ayuntamiento.

Martín reconoce que «es más cómodo ir sin tarjeta», pero considera que «la respuesta vecinal a la prueba había sido correcta». Cabe destacar que este barrio fue el que obtuvo mejores resultados con un 72% de recogida selectiva.

Miguel Cruz, representante de la mesa de limpieza de la Federación de Vecinos de Tarragona, es más contundente y considera la medida «un paso atrás», ya que «se había conseguido cambiar mucho la mentalidad y el comportamiento en Bonavista». Este barrio no alcanzó el nivel del distrito marinero, pero consiguió un sólido 59% de recogida selectiva, Cruz considera que «es una mecánica difícil de implementar, pero es cuestión de tiempo».

En el lado contrario se encuentra la opinión de Noly Carbonell, representante vecinal de Cala Romana. Carbonell ha celebrado la medida, ya que considera que «los contenedores cerrados no funcionaban». Estos habían conseguido cambiar la rutina de muchos vecinos, pero la alta presencia de visitantes en esta zona «dejaba bolsas de basura fuera del contenedor». Carbonell apuesta por «otras vías como las campañas de concienciación» para mejorar la recogida selectiva.

De momento, el actual gobierno municipal no tiene planes de dar continuidad a este proyecto. Según declaró la regidora de limpieza, Sonia Orts, esperaran a la obligación de la Generalitat para implementar los contenedores cerrados. Los vecinos que tengan acceso a esta tecnología pueden seguir usando la tarjeta de forma voluntaria para acceder así a las bonificaciones tributarias, sin embargo, los representantes vecinales coinciden en que «estas no son suficientes como para motivar a hacerlo».

El nuevo contrato de la basura, ahora en proceso de licitación, contempla la creación de contenedores cerrados en toda la ciudad, pero la obligatoriedad de su uso dependerá del ayuntamiento.

La fracción resto

Los datos arrojados por el departamento de Acció Climàtica también muestran una leve mejora en la cantidad de residuos destinados a la fracción resto. Este residuo habría disminuido unas 500 toneladas en 2022, una cifra pequeña si la comparamos con Santa Coloma o Mataró que han conseguido una reducción de más de 2.000 toneladas.

Destacar que, los residuos enviados a la incineradora suponen un agravio económico para el municipio, ya que Catalunya, grava un la incineración de residuos.

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