Viñuales asume hoy la alcaldía de Tarragona con el reto de situar la deuda en el límite legal en 2027

El PSC hereda un consistorio que, en cuatro años, ha bajado su pasivo en 24 millones. Hay dinero para inversiones, pero inestabilidad económica por un gasto del día a día muy tocado

16 junio 2023 21:11 | Actualizado a 17 junio 2023 07:00
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El nuevo alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales (PSC), toma hoy el mando de la Plaça de la Font con un claro reto a medio plazo: consolidar la senda de reducción de la deuda, situarla dentro del límite legal en 2027 y estabilizar unas arcas municipales muy tocadas en su día a día desde hace décadas.

El nuevo líder socialista recibirá este mediodía una herencia económica compleja por parte de Pau Ricomà (ERC), que desde 2019 ha descargado la mochila del pasivo financiero del consistorio a medio y largo plazo en un 13,6% pero que, sin embargo, sigue con un importante «equilibrio inestable» en el balance entre sus ingresos y gastos corrientes, lo que dificulta la operatividad ordinaria y obliga a la administración municipal a la concertación de préstamos y modificativos de crédito para poder llevar a cabo su actividad habitual.

De 176 a 152 millones

Hace cuatro años, el nivel de deuda de la corporación local era de 176,8 millones de euros, una cifra que suponía una ratio del 102%, muy lejos del límite legal del 75% que permite endeudarse sin pedir permiso a la Generalitat de Catalunya. En ese momento, además, el Ayuntamiento se encontraba tutelado por el Estado, a raíz de un plan de ajuste económico solicitado durante la crisis económica de 2008 por el exalcalde Josep Fèlix Ballesteros (PSC).

¿Qué comportaba toda esta situación? Pues que cada año el consistorio deba invertir casi un 8% de sus cuentas –unos 15 millones– para amortizar deuda a los bancos y pagar intereses, lo que reduce la capacidad municipal para destinar recursos para subvenciones, ayudas y actividades, limitando –además– las inversiones.

Por todo ello, la gran prioridad del anterior gobierno (ERC-JxTGN-CUP) fue la de ir reduciendo progresivamente la deuda, un hecho que finalmente se logró en más de 24 millones hasta situarla en los 152, según la estimación que tienen en estos momentos los técnicos para el próximo 31 de diciembre para llegar a una ratio a las puertas del límite legal: el 80%.

«Para no hipotecar el futuro, no es prudente que haya una deuda excesiva pese a que el tipo de interés sea cero, y tampoco lo es incrementarla cuando suben como ahora», afirma el ya exconcejal de Serveis Generals, Jordi Fortuny (ERC), quien enfatiza que «mientras que el PSC incrementó el pasivo en 43 millones entre 2007 y 2019, nosotros lo hemos bajado en 24 millones en cuatro años. Este es el mejor legado que dejamos». Entre las acciones que se han llevado a cabo destaca el hecho de que el Ayuntamiento ha abandonado la tutela estatal este año, después de liquidar un crédito de 12 millones.

Fortuny (ERC) alerta
que «fiscalizará» que se cumpla la senda prevista «para reducir la deuda»

Por todo ello, Fortuny recalca que, ya en la oposición, una de las principales batallas que librará Esquerra será con la contención y la rebaja de la deuda municipal. «Hay un plan estipulado para tener unas cuentas saneadas en 2027, que es cuando se dejan de pagar varios créditos y la situación mejora de manera ostensible para rebajar el 75%. Lo fiscalizaremos desde cerca», asegura el exprimer teniente de alcalde, quien señala que 29 millones de pasivo que aún faltan por amortizar se arrastran de solo dos proyectos: el no parking Jaume I y la reforma del Mercat Central. «El Mercat se justifica, está claro, pero lo del Jaume I no, de ninguna manera. Ahora tendríamos unas cuentas mucho más saneadas sin este desastre», afirma. Por ello, el caso ya está en manos del juzgado mercantil de Madrid para intentar recuperar parte de lo que, presuntamente, se habría pagado por duplicado.

Análisis hecho

El equipo económico de Rubén Viñuales coge hoy el timón con los deberes hechos, tras haber hablado ya con los departamentos que gestionan los números municipales. «Tenemos un serio problema en el gasto corriente. Hay capacidad de inversión, por lo que podemos construir el edificio pero, sin embargo, no podemos abrirlo porque no tenemos dinero para pagar su funcionamiento», indican de manera ejemplarizadora fuentes socialistas del gobierno municipal, que resaltan que desde 2019 «los gastos se han incrementado un 14%, pero los ingresos solo un 8%».

Otra de las herencias serán los 34 millones de euros comprometidos para inversiones, entre los que se encuentran proyectos ya adjudicados, otros por licitar y planes de actuaciones, además de seis millones para complementar las subvenciones Next Generation de la UE. «Se priorizarán las ayudas europeas y luego se analizará cada uno para ver cómo están y, de esta manera, no tener el dinero retenido pagando intereses», se afirma desde el ya nuevo ejecutivo local. Otro de los hándicaps de este próximo mandato será el hecho de que las reglas fiscales ya vuelven a estar en vigor, por lo que el superávit deberá volverse a destinar íntegramente a pagar deuda y no a gasto del día a día como ahora. Esto ya será, sin embargo, una batalla para 2024.

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