El problema catalán, un problema español
A causa de la miopía política de no saber tratar a tiempo el tema catalán hoy todavía no hay gobierno en España
Ciertamente se podrá decir, y es cierto, que este año ha menos gente que se manifiestaba, menos banderas esteladas en las calles y balcones, pero el independentismo sigue siendo muy potente, y el problema catalán sigue sin resolverse.
No preocupa tanto la gente en la calle, porque lo importante es lo que digan las urnas, pero la calle da fe de que el independentismo está ahí esperando respuestas políticas. También en el País Vasco hay y ha habido manifestaciones masivas de gente pidiendo la independencia, y la libertad para los presos, pero las urnas se resisten. Lo mismo ocurre en Catalunya: los independentistas están muy movilizados, mientras que los no independentistas –la mitad de la población- no lo están, pues son incapaces de aglutinar las propias fuerzas y formar una alternativa al independentismo, por tacticismos y renuncias a veces incomprensibles, como el PSC que ha sido partidario y contrario al dret a decidir el mismo año. España tiene cada vez más problemas. No solo el de Catalunya, sino que es posible que tenga otro problema en el País Vasco o en Galicia, digan lo que digan las encuestas. En Madrid no se hace política, sino que se vive del personalismo con una gran falta de visión de Estado: solo se miran al ombligo. ¡Qué mal se ve desde la periferia! ¿Y el Rey? Vive atado por la Constitución que todos quieren modificar. A causa de la miopía y de la estultez de no saber tratar a tiempo el tema catalán hoy no hay gobierno en España. Hubiera sido fácil hacer un Gobierno si Convergència no se hubiera pasado al independentismo. Mal va Catalunya y mal va España. Los centenares de miles de personas que salieron ayer a la calle, son una muestra más que el independentismo sigue y seguirá vivo, con la ley o al margen de la ley.
Y sin un gobierno en España el problema se anquilosará, y lo que se anquilosa acaba pudriéndose, para España y para Catalunya. ¿Pueden las ambiciones personales de uno o dos hombres, con sus camarillas, llevar a España a este punto? La historia les pasará factura.