Música
Robe es nuestra casa
El músico extremeño Robe Iniesta, líder de Extremoduro, ha fallecido a los 63 años. Sus canciones han pintado nuestro paisaje sentimental desde jóvenes

El 'Robe', líder y cantante de Extremoduro, durante el concierto que dio en Tarragona para las fiestas de Santa Tecla de 2004.
Recuerdo como momento casi epifánico el golpeo inicial de batería de 'Cabezabajo', del magistral álbum 'Agila', para empezar un concierto en Lleida. Fue la primera vez en directo. Segundos después aparecía Robe en el escenario y se nos revelaba con su figura escuálida, como un oráculo con aura de yonki fantasmal, deslumbrándonos a los veinteañeros que entonces éramos aquel rockero de lírica punk, un poeta del lado chungo de la vida, subversivo, capaz de mezclar un insulto muy bien puesto en una canción con la ternura o la mayor de las sensibilidades. Habrá mucho de mitificación juvenil, de sello generacional, pero lo cierto es que las canciones de Robe han pintado nuestro paisaje sentimental, son el mobiliario de nuestro mundo interior, íntimo. También forjó la amistad, sublimada en las noches de adolescencia donde cantábamos a pleno pulmón 'Jesucristo García', en la Antártida, el garito rockero de la resistencia marginal en el Port Esportiu, o finiquitábamos la madrugada en Scumm, otro local que ya no existe, donde para cerrar siempre sonaba 'Ama, ama, ama y ensancha el alma', ese himno casi hippie contra el orden establecido. Robe es la casa, la patria. Crecimos con conciertos en el Tinglado o en el Olímpic de Reus, en la época más progresiva, la de 'La ley innata', soñábamos quizás infantilmente con un anhelo de autenticidad y libertad (ese verso rebelde de «tengo claro que no quiero ser como tú» que fue icono del merchandising) y pensábamos que en aquellas letras que nos supimos de memoria estábamos comprendiendo mejor una vida que aún no había empezado a ir en serio.