Limón

Los cítricos me interesan mucho: en la cocina, en el arte, en medicina, en jardinería. Mis perfumes preferidos durante mucho tiempo han sido del mundo de los cítricos (el primero y antes que ninguno el de Eau d’Hadrien de Annick Goutal que me compré en un viaje a París hace una vida cuando ni me imaginaba que un día conocería mejor París que Tarragona ). Oler un límon es casi lo mejor que se puede hacer en un día complejo. Yo llego a casa cojo un limón y me evado con él y la vida es otra cosa. Hace unos días en Santa Maria Novella vi un perfume llamado Bizzarria, que se refiere al cítrico del mismo nombre (huele a cidra, limón y naranja amarga). Santa Maria Novella lleva haciendo perfumes, ungüentos y aceites desde hace más de 400 años y saben de qué va la cosa. Este círtrico estaba presente en los jardines originales de Villa Medici, y el mismo fin de semana leí que el arquitecto paisajista Bas Smets ha empezado una tarea de recuperación de uno de los jardines de la casa, el Giardino dei Limoni. Han plantado uno de la variedad Lunario, que florece cada luna llena. Eso son las variedades exóticas que sirven para una foto pero poco más. Yo prefiero lo local. El sencillo limón de toda la vida. Se lo rocío a todo. Cuando me entierren quiero que me incineren con limones. Por lo que pueda pasar.