La comedia del arte en Catalunya

13 octubre 2020 08:20 | Actualizado a 13 octubre 2020 08:33
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Las compañías italianas de la Commedia dell’Arte nacen en el siglo XVI y empleaban de una forma recurrente una serie de personajes estereotipados que se repetían y siempre eran los mismos: Il Signore Pulcinella (Polichinela), il Magnifico, il Capitano, Colombina, Pantalone, il Dottore, Doña Sirena, etc. Además, y por si fuera poco, estaban los divertidos y atolondrados Zanni, es decir, los criados, que se dividían en dos clases: Los principales como Arlequino y los secundarios como Brighella. Actuaban en plazas y calles sobre un pequeño tablado, casi sin decoración y solamente con un telón, símbolo del arte escénico, representando historias cómicas de la vida real, con una total improvisación ya que solamente existía un pequeño guión esquemático; pero solía suceder que estas representaciones no siempre terminaban de la misma manera, ya que si, por ejemplo, en Venecia la comedia terminaba de una forma, en Bérgamo terminaba de una forma totalmente distinta, lo que producía en ocasiones grandes protestas airadas y disgustos del respetable público.

La característica de todos estos personajes cómicos, con una clara intención de sátira social, es la exageración máxima en sus acciones agitadas, delirantes, sus planteamientos disparatados, la desproporcionalidad, la falta de objetividad, el enredo, el engaño, la trapacería, la farsa, la astucia y en ocasiones hasta las actitudes miserables.

En el siglo XVIII con el comediógrafo Carlo Goldoni estas representaciones de la Comedia del Arte ya se empezaron a realizar sobre la base de un texto escrito que se tenían que aprender de memoria todos los actores y actrices.

Las compañías de la Comedia del Arte vinieron en numerosas ocasiones a España y actuaron en las ciudades más importantes, como Barcelona, Madrid, Zaragoza y Valencia, pero como bien nos dice Melchor Gaspar de Jovellanos en su informe sobre espectáculos y diversiones las representaciones eran bastantes bastas, burdas y perdularias, e incluso hasta indecentes o inmorales, lo que producía gran escándalo, por lo que se tuvieron que prohibir en todo el Reino, y algunos de estos actores italianos expulsados.

Los personajes de la Comedia del Arte han sido utilizados, modernamente, por ejemplo, por nuestro Premio Nobel de Literatura 1922 Jacinto Benavente en su famosa farsa Los intereses creados, recuérdese el magistral prólogo de esta obra, que según Lázaro Carreter constituye una de las mejores páginas de la Lengua española, en el que se enaltece al Teatro y comienza así: «He aquí el tinglado de la antigua farsa, la que alivió en posadas aldeanas el cansancio de los trajinantes, la que embobó en plazas de humildes lugares…». En la música, Leoncavallo con su ópera Pagliacci, y Pablo Sorozábal con Black el Payaso. En la pintura, la figura del arlequín ha sido ampliamente representada por Picasso; pero principalmente ha sido nuestro gran pintor y muralista barcelonés José María Sert que en su obra hace una bella exaltación y enaltecimiento de la Comedia del Arte y de sus singulares personajes, etc.

Desde el año 1947 la compañía del Piccolo Teatro de Milano (reconocida como bien de la cultura italiana), con su director Giorgio Strehler ha ido recuperando la esencia de la deliciosa Commedia dell’arte, habiendo actuado esta maravillosa compañía en los Teatros Nacionales María Guerrero y de la Comedia, ambos de Madrid, a los que he tenido la suerte de asistir para presenciar sus actuaciones.

Cuando comenzó, ya hace años, el procés, siempre me ha parecido que algunos políticos y políticas catalanes, felizmente no todos, se comportan, accionan y argumentan como lo harían los mismos personajes de la Comedia del Arte del Renacimiento italiano, e incluso en algunos casos llegan notoriamente a superar. Estos políticos hablan empleando un catalán según el lugar de procedencia, puesto que no es lo mismo el que se habla en Barcelona, que el de Lérida o Tortosa, como así sucedía, también, en la Comedia del Arte en la que los actores se expresaban según su propio dialecto italiano. Llevaban también bellas máscaras venecianas, ausentes en estos políticos catalanes que en su lugar emplean la máscara de la tergiversación.

No citaré los nombres de los políticos/as, sino sus acciones, al igual que hice en mi reciente articulo publicado en este Diari Los malhechores del bien.

En algunas ocasiones se ha proferido una serie de frases bastas, burdas e insultantes a todos los españoles. Incluso, se insulta al presidente Pedro Sánchez llamándole tros de quónian (pedazo de alcornoque, necio) que es una expresión catalana-latina, que ya empleaban los estudiantes y los actores de la Comedia del Arte en el siglo XVI. Esta misma persona se comporta, también, como il Magnifico (que representaba la riqueza y el poder en la Serenísima República de Venecia) ya que coloca lazos amarillos y carteles de «libertad para los presos políticos y exiliados» en su palacio de la Generalitat vulnerando de esta forma con notoriedad el principio de neutralidad política de los poderes públicos.

Una diputada de forma contradictoria tilda a España como opresora cuando está siendo ya investigada por nuestro Tribunal Supremo por los presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación y falsificación documental, e intenta convencer a algunos catalanes incautos que la investigación judicial de los citados delitos es un acto de venganza.

Las alcaldesas de dos principales capitales de Catalunya están obsesionadas con la presencia de los militares en sus ciudades, teniendo que soportar nuestras Fuerzas Armadas sus infantiloides ocurrencias que el mismo Carlo Goldoni o Benavente no podrían imaginar ni por aproximación. Il Capitano, personaje de origen español, no compartiría esas ocurrencias. Ni menos il Dottore (que representaba la nobleza del pensamiento intelectual).

Una regidora del Ayuntamiento de Barcelona, prototipo de hada buena, protectora y beatífica, de bella Colombina, quiere la independencia per saltum, es decir, sin hacer una previa reforma de la Constitución española y no atiende los informes muy sensatos de los Letrados del Parlament de Catalunya. Todo ello ha sido y es una constante en los políticos independentistas.

Pero la mejor actuación estelar de la Comedia del Arte del procés, fue, sin duda alguna, la espectacular y teatral declaración efímera de independencia de Catalunya y la inmediata posterior suspensión que nos dejó a todos estupefactos. También hasta se llegó a abroncar al Cardenal-Arzobispo de Barcelona, en el templo de la Sagrada Familia, lo que nunca harían los personajes de la Comedia del Arte a un Príncipe de la Iglesia. Además, políticos que son unos verdaderos fugados de la Justicia, consideran de forma tergiversada que el Rey Juan Carlos es un fugado cuando no ha sido inculpado ni condenado y como el mismo ha dicho, por medio de sus abogados, está a disposición de la Justicia.

A todos ellos hay que añadir, el gran séquito que rodea a estos políticos/as, los Zanni, es decir, los criados y aplaudidores, con sus enredos, que en ocasiones demuestran ser más inteligentes que sus señores, pero que casi siempre se pliegan de inmediato, mecánicamente, a lo que ordenen sus príncipes y altísimos señores.

Juan Felipe Higuera Guimerá: Catedrático de Derecho Penal, Universidad de Zaragoza. Exfiscal del Principat d'Andorra.

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