En Periodismo se distinguía entre noticias importantes y noticias interesantes. Me temo que esta distinción está ya en desuso. Hoy es importante lo que es interesante. Y así resulta que el zafio beso de Rubiales ha sido la gran noticia de los últimos días.
Rubiales acabó como aquel atrevido capitán de la leyenda ‘El beso’, de Bécquer. En una iglesia de Toledo quiso besar una bella escultura que representaba a una noble de Castilla, que iba acompañada en el mismo conjunto de un guerrero de mármol. Termina así: «En el momento en que intentó acercar sus labios ardientes a los de doña Elvira, sus camaradas vieron al inmóvil guerrero levantar la mano y derribarle con una espantosa bofetada con su guante de piedra».
El guerrero de hoy es la opinión pública.
El beso y la bofetada
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