En las representaciones del Pesebre que tenemos en nuestras casas, junto a la Sagrada Familia, hay un buey y una mula. El Evangelio de Lucas dice que María «dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el hostal».
No habla de animales, pero tratándose de un establo, no se necesitaba mucha imaginación para que fueran incluidos en las representaciones del nacimiento. ¿Por qué un buey y una mula o un asno? Sin duda por remitir la escena a unas palabras del Antiguo Testamento, Isaías 1,3: «El buey conoce a su propietario y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no conoce, mi pueblo no comprende».
Quienes hemos visto bueyes y mulas en un establo, nos imaginamos fácilmente la escena. Ambos son animales de carga, representantes de los seres creados, trabajadores y pacíficos.