Tarragona

El precio de la gamba de Tarragona se desploma por los restaurantes cerrados

Las embarcaciones de arrastre están de veda biológica. Pese a ello, la actividad en la Confraria de Pescadors ha vuelto tras el parón por culpa de la Covid-19 y las capturas son buenas

La subasta en la lonja de
la Confraria de Pescadors.

La subasta en la lonja de
la Confraria de Pescadors.FOTO:PERE FERRÉLAS EMBARCACIONES LLEGAN
A PUERTO TRAS LA JORNADA DE AYER. FOTO: PERE FERRÉ

Núria Riu
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«Dentro de todas las crisis, la peor situación que podemos vivir es que no haya pescado y, por el momento, los indicadores son buenos». Son palabras del presidente de la Confraria de Pescadors de Tarragona, Esteva Ortiz, quien se muestra «optimista» sobre la situación del sector, a pesar de que ahora mismo se está trabajando a medio gas.

El pasado 1 de mayo las embarcaciones de arrastre empezaban la veda biológica de dos meses. Tan solo siguen saliendo cuatro o cinco barcas que se dedican a la gamba. Precisamente este es uno de los productos que se está viendo más resentido por el contexto actual. La gamba de Tarragona es un producto selecto, caro y que tiene salida básicamente en el sector de la restauración. Una parte muy importante la compran mayoristas de la costa valenciana que en una situación normal pagan unos 60 euros al kilo, incluso 80, cuando coincide con periodos como la Semana Santa. Con la restauración cerrada, a pesar de que algunos negocios ya han abierto para recoger pedidos, estos precios se han desplomado y ahora mismo prácticamente se paga a la mitad.

El presidente de la cofradía argumenta que esta pérdida se ve compensada con la bajada del precio de los carburantes. Asimismo, el pescado azul está consiguiendo buenas capturas en la costa tarraconense, después del parón de unas jornadas en las que la actividad se vio paralizada por completo.

A finales del mes de marzo, la Confraria de Pescadors de Tarragona se veía obligada a cesar su actividad después de que se detectaron dos casos de coronavirus entre la plantilla de trabajadores. El propio presidente fue uno de los afectados y tuvo que encerrarse en casa durante quince días. Los patrones de la totalidad de la flota decidían dejar amarrados sus barcos ya que consideraron que no podían cumplir con las medidas de prevención que se les exigía. Esto dejaba a las pescaderías de la ciudad sin producto local, obligándoles a buscar alternativas como Vilanova, Sant Carles y Mercabarna, para abastecerse.

Vientos favorables

Después de catorce días parados, el pasado día 3 de abril el sector volvía a ponerse en marcha. En un primer momento con diez embarcaciones, ahora, que el arrastre está de veda son cuatro, a las que hay que sumar las de la gamba. Y se prevé que a partir de la semana que viene se incorporen otras tres. «El horizonte que vemos en estos momentos es favorable», argumenta Ortiz.

El tiempo de las semanas anteriores no acompañó y la previsión de que pueda mejorar en adelante trae buenos augurios. Asimismo, el pescado azul se está pagando a unos precios que «no están nada mal», dice Ortiz. El hecho de que algunas cofradías de Catalunya sigan con una parte de su flota amarrada en los puertos compensa la caída en la demanda que supone el cierre de la restauración. «Cuando todos estemos en marcha, quizás los precios caerán, pero por el momento somos optimistas», añade el presidente.

El mejor desinfectante

Una de las principales preocupaciones para los patrones es poder seguir trabajando y que no se vean obligados a un segundo parón. En este sentido, aseguran que se intenta que dentro de las embarcaciones puedan mantenerse las distancias de seguridad y utilizar los EPI que marcan el momento. «De todas formas, el mejor desinfectante es el agua salada y estamos impregnados», concluye Ortiz.

La subasta en la lonja de Tarragona se ha retrasado estos días para que todo el mundo pueda organizarse y llegar a tiempo. Las mañanas en las pescaderías son más intensas y a partir de la tarde la afluencia de clientes es mucho más baja. Una treintena de personas se reunían ayer, a partir de las cinco de la tarde en las instalaciones de la Confraria de Pescadors. Los guantes y la mascarilla son indispensables para poder entrar. También puede comprobarse como ahora también se dejan distancias y los cálidos saludos han quedado atrás.

Los restauradores son los grandes ausentes, a pesar de que en la ciudad de Tarragona hay muy pocos negocios que compren directamente a lonja, y lo hacen en el Mercat Central o directamente a los mayoristas. Ayer, uno de estos, que no quería identificarse, aseguraba que «la normalidad es relativa». Se ha disparado la venta a domicilio y la hostelería tardará en recuperarse, aunque a partir del lunes ya podría entrarse en la fase 1. «Todos tenemos problemas de ERTE y esto no se ha superado», decía. Espera que en unos quince días, si la pequeña y mediana empresa puede ponerse definitivamente en marcha pueda restablecerse una cierta «normalidad».

Crece la venta ‘on-line’

Sofía Martínez acostumbra a no perderse ninguna subasta. La responsable de la pescadería Alzomar, de La Granja, se iba después de haber comprado tan solo un pulpo. Previamente había repostado mejillones, almejas, salmón y merluza. «Esperamos y confiamos que todo empiece a moverse», manifestaba. Las ventas estas semanas de confinamiento no han sido malas. «La gente no sale a comer en los restaurantes y se ha vendido más», argumentaba.

También han incrementado las ventas que la Confraria de Pescadors hace a través de internet. Restauradores de toda Catalunya, Andorra y el País Valencià utilizan esta plataforma, que en las últimas semanas ha pasado del 30 al 40% del total de las ventas. Algunos de los pedidos han llegado desde Francia, donde ya conocen la gamba tarraconense.

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