Una activista contra Putin en Tarragona: «Si vuelvo a Rusia iré a la cárcel o me matarán»
La influencer Svetlana Sokova malvive refugiada en Segur de Calafell. Es perseguida por denunciar la corrupción en su país y la invasión a Ucrania

Svetlana, en capturas de sus vídeos en la plataforma Tik Tok.
Svetlana y su familia duermen con una pata de cabra bajo la cama. También hay martillos repartidos en las estancias. «No nos sentimos seguros. La puerta de nuestra casa no cierra. Por eso tenemos tres perros, pero igualmente nos da miedo», asegura desde Segur de Calafell (Baix Penedès). Ahí se guarece de la persecución que sufre en Rusia. No puede volver sin ser encarcelada o algo peor. «Ya entraron en casa y nos robaron. Por cualquier cosa nos desvelamos y nos levantamos. Putin tiene manos largas y al gobierno no le gusta lo que digo. Ha matado a muchísimos activistas y a periodistas hasta fuera de Rusia», cuenta.
«Las amenazas son comunes y me llegan al correo y por redes»
Su discreción en las calles no es tal en las redes, esas mismas que le han censurado en su país. Su cuenta de Tik Tok (‘okypaspainn’) supera los 106.000 seguidores y algunos de sus vídeos acumulan millones de visualizaciones. Ahí tiene un formidable pero también delicado altavoz para seguir denunciando los abusos del régimen ruso, ahora desde la distancia. Esa ha sido siempre su motivación de voz incómoda hasta la disidencia. «Empecé subiendo contenido explicando los problemas en el territorio ruso sobre corrupción, también sobre nóminas y pensiones muy mal pagadas. Explicaba la situación de abuelas que tienen que buscar comida en contenedores de basura, y todo ello en el país de más recursos», narra ella, que no deja de cosechar adeptos, ahora más que nunca desde la invasión a Ucrania. «Tendría a mucha más gente que me apoya si en todo este tiempo no me hubieran bloqueado la cuenta. En Tik Tok esta es mi cuenta número 12 y la cuarta en YouTube», reconoce.

Sokova, junto a la bandera de Ucrania, en su canal.
Svetlana Sokova tiene 35 años y está embarazada. Reside en Segur de Calafell con su marido y sus dos hijos, de 16 y cinco años. Con ellos vive en «una situación difícil», sin agua ni calefacción, a veces de la caridad y beneficencia: «Mi marido trabaja en la obra. A veces no tenemos suficiente dinero. Yo, por el embarazo, no puedo trabajar de momento. Los trabajadores sociales saben de nosotros, aunque no hay ninguna ayuda».
Llegaron aquí el 25 de enero de 2018. Primero vivieron en Calafell. «Luego se nos acabó el dinero para alquilar una vivienda y hemos encontrado una casa sola y ahora vivimos aquí», dice. Según relata, es solicitante de protección internacional y está a la espera de una resolución que le podría dar cobertura: «Estamos esperando para obtener el asilo político y poder estar tranquilos y seguros. Llevamos tres años esperando pero aún no tenemos la respuesta».
«Me buscan y me acusan de terrorismo. Me enfrento a 20 años de prisión»
¿Qué les trajo aquí a Svetlana y los suyos? Todo comenzó tras denunciar en YouTube un supuesto caso de fraude administrativo en que una jueza les quitó el piso que habían comprado en San Petersburgo. Aquello hizo que muchas personas se pusieran en contacto con ella para denunciar situaciones similares: «En Rusia las autoridades empezaron a perseguirnos por protestar contra la corrupción. Nos quitaron el apartamento que compramos, privaron de registro a nuestros hijos, sacaron nuestras cosas, nos quedamos sin nada».
«Intentaron prendernos fuego»
A partir de ahí el relato se sume en una historia de persecución y amenazas que se alarga hasta hoy: «Venían de noche y tocaban puertas, intentaron prendernos fuego, nos fuimos», cuenta. Decidieron marcharse de Rusia, en principio de forma temporal hasta que se calmara la situación, y nada más llegar a España un abogado les llamó para decirles que habían entrado en la casa y la habían vaciado: «Nos quedamos sin hogar».
Todo se ha ido recrudeciendo. Ninguno de esos obstáculos amilanaban a la joven en su empeño de denunciar todos esos agravios y abusos. «Me pusieron en la lista federal de buscados y me acusaron de tres artículos criminales por llamar al terrorismo, a una revolución y al derrocamiento del poder y de Putin». A pesar de estar tan lejos de su país, los peligros siguen acechando. «Las amenazas son comunes. Me llegan al correo electrónico y por redes. No siento que mi familia esté protegida, por eso espero la respuesta de asilo político. España no me la da y no sé qué pasará mañana», se sincera.
Regresar es imposible. ¿Qué pasaría si lo hiciera?: «Ahora me buscan y me acusan de terrorismo, me enfrento a 20 años de prisión, pero a la gente como yo ni siquiera se le permitirá ir a la cárcel, simplemente me matarán».
De momento, Tarragona es un cobijo: «En España estamos tranquilos y aquí no me preocupo por el futuro que puedan tener mis hijos, la educación, la medicina, el clima... lo único que me inquieta es que no tenemos el asilo político». Svetlana habla con temor pero con la firmeza y el convencimiento de hacer lo que debe: un activismo viral contra los discursos del Kremlin y las políticas del presidente Vladimir Putin. «Los diputados rusos tienen miedo a que la gente sepa la verdad y están intentando bloquear cualquier tipo de contenido como el que yo tengo. Sigo teniendo fuerzas para grabar, para pensar en libertad y en cómo de libres serían mis hijos y toda la gente de Rusia», añade.
«Estoy en la lista federal de buscados por llamar a la revolución y al derrocamiento del poder y de Putin»
Desde su rincón del Baix Penedès, y no sin padecer amagos de rusofobia, los mensajes de apoyo que le llegan le dan ánimos para seguir. No se va a callar. «Cada persona tiene que luchar por sus derechos y mis seguidores comparten el mismo pensamiento. Casi toda la gente de Ucrania se sorprende cuando ve que aún quedan personas buenas en Rusia preparadas para ayudar y hacer el bien para el país», relata. No es sencillo despojarse de esos temores para alzar la voz: «Toda la gente está esperando algún cambio de gobierno en Rusia pero todos tienen miedo de salir a las calles».
«En Rusia hay gente esperando un cambio pero tienen miedo de salir a la calle»
Y, por si a la influencer no le sobraran los motivos, la invasión de Ucrania se ha erigido en otro frente para lanzar más consignas contra los dirigentes rusos. «Todas las personas normales y razonables están del lado de Ucrania», asume. Sokova tiene la teoría de que «Rusia quiere volver atrás en el tiempo, para ser de nuevo la Unión Soviética, intentando ampliar sus territorios mientras Ucrania mira al futuro acercándose a Europa». Habla de otras víctimas de Putin como Chechenia o Georgia. «No es la primera vez que Putin inicia las guerras. En otros sitios ya ha matado a gente del pueblo. Yo voy contra la guerra, contra las muertes y el terrorismo de Putin».
La activista lamenta que «después de la guerra a todos los rusos les tienen odio en todos los países, pero eso tampoco es bueno, porque aún queda gente dentro que no tiene miedo a salir e ir contra el sistema de Putin».
Su militancia la lleva a defender a su país y a separarlo de sus mandamases: «No hemos elegido a Putin, él ha conquistado el gobierno. Ha robado a su propio país. A la gente en contra la mete en la cárcel y y la mata. Así es como tenemos que sobrevivir ahora».