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En busca de fresco: los tarraconenses apenas usan los refugios climáticos

Este es el tercer año que Tarragona tiene una red municipal de espacios donde refrescarse. Algunos todavía no están sañalizados y muchos solo abren en horario de oficina

La OMAC de Ponent es refugio climático y hay un cartel que lo anuncia.Marc Bosch

Norián Muñoz

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Son las diez de la mañana y en la calle ya hay 31 grados. En la entrada de la Oficina Municipal d’Atenció Ciutadana de Ponent, un cartel naranja anuncia que allí hay un refugio climático. Preguntamos a la persona de la entrada si sabe de qué hablamos y, enseguida, nos hace pasar a una salita climatizada con capacidad para unas doce personas. Le preguntamos si tiene agua potable y nos responde que no, «pero si hace falta, la buscamos». Lo cierto, no obstante, es que lo nuestro es una excepción; aquí nadie ha venido expresamente pidiendo refugio.

Unos minutos en ese remanso bastan para recuperarse de unas temperaturas que son el único tema de conversación. En la puerta, un hombre le pregunta a su mujer: «¿Este calor convalida para el infierno?».

Hemos decidido recorrer la red de refugios climáticos que el Ayuntamiento de Tarragona pone a disposición de la ciudadanía por tercer año consecutivo. Son 19 espacios interiores (uno más que el año pasado) y 14 al aire libre. A diferencia del primer año, esta vez en la mayoría de los establecimientos que aparecen en el mapa elaborado por el Departament de Protecció Civil, saben de qué hablamos.

Entre los equipamientos que forman parte de la red hay polideportivos municipales, centros cívicos y una biblioteca, entre otros. Según explica la web municipal, un refugio climático es «un espacio interior o exterior accesible que, durante episodios climáticos extremos, proporciona confort térmico, descanso y seguridad a la población», Debe cumplir con ciertas condiciones: confort térmico (27 ºC en verano y 19 ºC en invierno). También debe ofrecer acceso a agua potable.

Lo primero que hay que revisar antes de aventurarse, no obstante, son los horarios. Ocho de los refugios ubicados en edificios solo abren por la mañana y otros dos solo por la tarde. Consultadas sobre si se plantea una ampliación de horarios, fuentes municipales explican que «de momento se mantiene el horario estipulado», aunque apuntan que por las tardes y también durante el fin de semana, los centros deportivos municipales están abiertos de 9 a 21 h.

Lo otro que queda claro al observar el mapa es que hay zonas de la ciudad, como Llevant, donde no hay ningún refugio.

¿Cuánto de fresco?

En el Centre Cívic de Torreforta tampoco han recibido a ningún ciudadano pidiendo acceder al refugio climático. Los trabajadores explican, sin embargo, que mientras el centro está abierto, los vecinos entran eventualmente en la zona de recepción, que está climatizada. Aquí también está el cartel, aunque hay que entrar al centro para verlo.

La siguiente parada es el polideportivo de El Serrallo. Es mediodía y, desde luego, el ambiente no está precisamente fresco. Basta con observar a la persona en la recepción: está sudando a pesar de tener un ventilador de gran tamaño justo detrás. La trabajadora sabe que son refugio climático, pero este es uno de los lugares donde no hay ningún cartel que lo indique. (Lo colocarían después por la tarde)

La estación de autobuses también es refugio, pero con el calor cuesta creerlo.Norián Muñoz

En el camino decidimos observar el panorama en el Parc de la Ciutat, uno de los refugios al aire libre. A las 12:15 del mediodía, solo nos cruzamos con unos operarios de jardinería que buscan sombra. Nos explican que no tenían idea de que existieran refugios climáticos en la ciudad.

En el Institut Municipal d’Educació de Tarragona (IMET), ubicado junto a una de las entradas del parque, sí está el cartel y los trabajadores están informados. Pero, otra vez, nadie ha pedido refugio. Tampoco tienen agua potable.

Cerca de esta zona se encuentra uno de los refugios del mapa con mayor horario de apertura: la estación de autobuses. Aquí el cartel también se instaló ayer mismo, y al comentar el tema con algunas personas que esperan —muchas de ellas abanicándose como pueden—, no lo pueden creer. «Sombra sí, pero ¿refugio?...», exclama una joven que explica que evita venir a la ciudad en verano porque el calor es «terrible».

Decidimos terminar el recorrido en la sede del Ayuntamiento, en la Plaça de la Font. Tampoco aquí hay un cartel que indique que es un refugio, y cuesta que el guardia de seguridad entienda de qué le hablamos. Finalmente, nos deja pasar al Pati de Jaume I. No hay dónde tomar agua, pero nos explica que los baños están disponibles.

En resumen, aunque la experiencia de años anteriores ha hecho que cada vez más trabajadores en los equipamientos sepan qué es un refugio climático, el conocimiento por parte de la ciudadanía sigue siendo casi inexistente. Las mismas fuentes municipales confirman: «Se ha pedido información a responsables de diferentes servicios y edificios municipales, y no tienen constancia de que ningún ciudadano haya solicitado utilizar estos espacios como refugio climático».

En el mapa elaborado por Protecció Civil también se señalan las fuentes de agua potable. A lo largo del recorrido, todas las que encontramos funcionaban correctamente, aunque en algunos casos se debería mejorar la limpieza. La fuente refrigerada de la Plaça Imperial Tàrraco también funciona, pero el agua ya no sale fría.

Cabe decir, además, que no todo el recorrido lo hicimos a pie. Lo cierto es que todos los autobuses que tomamos estaban perfectamente climatizados, toda una alegría.

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