Tarragona

La guerra sube el pan y toda la cesta de la compra

Algunos hornos y panaderías tarraconenses elevan los precios entre un 5 y un 10% por el encarecimiento de las materias primas y el alza de la energía, desbocada tras la invasión rusa

Encarecimiento de productos y servicios en Tarragona según el INE

Encarecimiento de productos y servicios en Tarragona según el INE

Raúl Cosano
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La guerra ya sube hasta el pan. El coste energético y el encarecimiento de las materias primas han incrementado el precio que paga el consumidor final. Y eso que apenas han pasado tres semanas del inicio del conflicto. Diversos hornos tarraconenses han aumentado entre un 5 y un 10% los precios, un alza que se añade a la espiral inflacionista que se arrastra ya meses. «Hace unos días hemos tenido que subir cinco céntimos la pieza, lo que son por ejemplo barras individuales. También hemos subido los precios de los otros productos, a razón del peso, pero aproximadamente entre un 5 y un 10%», admite Jordi Andreu, del Forn Andreu, y presidente del Gremi de Forners de Tarragona.

Andreu reconoce que «el trigo se ha encarecido entre un 35 y un 40% en un margen de dos semanas», lo que repercute en un producto fundamental para el sector como la harina. «Nosotros gastamos mucho, y eso se añade a la subida de la luz o del gas. Algunos hornos ya han subido y otros lo harán en breve», dice Andreu. El horno Alqueza, un nombre histórico con varios puntos de venta en Tortosa, también ha hecho lo propio. «Hemos subido esta misma semana los precios entre un 5 y un 7%, porque nos afectan claramente gastos como la electricidad», explican.

«Un 5% y nos quedamos cortos»

En Cal Tullet, horno de pan en L’Espluga de Francolí (Conca de Barberà), «subimos el precio este pasado lunes un 5%, y aún nos estamos quedando cortos, pero no tenemos más remedio, porque se incrementa desde el aceite hasta la gasolina, la luz o los envoltorios de papel de las magdalenas», explica Gerard Griñó, que expone el ejemplo más flagrante: «Hemos pasado de una factura de la luz de 1.800 euros mensuales a una de 3.000».

Otros están estudiando una subida inminente. «Ya hicimos una revisión de precios en noviembre y queremos ser cuidadosos, así que vamos a esperar un poco», explica Xavier Pàmies, del Forn Sistaré. Antes de ese incremento de hace unos meses, llevaban seis años sin tocar las tarifas. Pàmies sostiene que la harina ha pasado de 37 céntimos a unos 60 y la factura energética de 1.800 a 3.200. Pero cree que la guerra de Ucrania sirve para algunos como una excusa. «No entiendo cómo el trigo que compré en julio tiene que verse repercutido por la guerra si ya está vendido. Eso quizás quiere decir que hay especulación, brokers que retienen el trigo. ¿O por qué sube ese trigo si es de aquí, si es del mes de julio y si sigue una economía circular, de Santa Coloma de Queralt hasta Ascó y ya está?», se pregunta Pàmies.

«El trigo se ha encarecido entre un 35 y un 40% en dos semanas» Jordi Andreu. Presidente del Gremi de Forners de Tarragona

A Julio Solanes, del Forn Tarraconense, la factura energética se le ha encarecido un 40%. «La luz es un factor más. Aún no he subido precios, pero revisaré y tendré que hacerlo. El aceite de girasol, la harina, la azúcar… todo sube. Cada semana recibo los correos de mis proveedores y veo cómo todo se encarece. No quiero subir precios, nadie quiere, pero me veo obligado para aguantar, para que el negocio siga siendo sostenible. Hace unos meses ya subí entre cinco y 10 céntimos la unidad».

Ese ‘in crescendo’ impacta en un género tan básico como el pan pero va más allá y muchos negocios ya avisan con carteles al cliente. Lo hace el mismo Jordi Andreu en su horno, que advierte de que la subida de «la harina y otros suministros» obliga a ajustar tarifas.

La hostelería también se resiente. El restaurante japonés Oita Tarragona ha puesto un mensaje en su puerta informando de que «por la reciente subida de precios de las materias primas nos vemos obligados a subir los menús del día a 12,95 y los menús de noche a 17,95 temporalmente». El establecimiento sostiene que «nos afecta mucho, en la mayor parte de productos, desde el aceite al salmón, el atún o el arroz». Además, lamentan que también sufren «escasez de algunos productos».

Lo cierto es que, en los supermercados, los suministros de la mayor parte de bienes están garantizados, aunque el alza de los precios se nota también.

«Se incrementa todo. No tenemos más remedio que subir los precios» Gerard Griñó. Responsable Cal Tullet

El IPC provincial del mes de febrero, que recoge parcialmente el impacto del inicio de la guerra, subió un 8,1%, el mayor incremento en más de 30 años, superando incluso el récord del 7% que se alcanzó en diciembre de 2021. La principal subida, claro está, es la electricidad. El gasto en este concepto, que incluye también el gas y otros combustibles, se ha disparado un espectacular 62,3% en el último año. En enero, antes de la guerra, la subida había sido del 40,7%, según el dato provincial ofrecido por el INE.

La leche (2%), la fruta (3,8%), las bebidas (7%) o la alimentación en general (5,1%) han firmado las subidas más notorias. «La evolución de los precios es una barbaridad. De 130 referencias que nos han llegado, en 81 hay cambios de precios, y son al alza», explica Joan Poch, responsable de un supermercado Coviran en Tarragona.

Los costes, que ahogan tanto a empresas como a familias, son generalizados, pero no hay, por el momento, un peligro de desabastecimiento. «Únicamente cuesta que lleguen los camiones de la fruta, que vienen de fuera, pero el resto de cosas sí que vamos teniendo», aclara Poch. Eso sí, la guerra también afecta en otros aspectos, como la escasez del aceite de girasol, cuya compra por cliente ha sido limitada por algunas cadenas. En medio de tan convulso escenario, también ha habido tiempo para la histeria y los nervios. «El jueves y el viernes de la semana pasada fue una auténtica locura. La gente compró en masa conservas, garbanzos, pasta o judías, quizás por el bulo que corrió del desabastecimiento. Ahora la situación se ha estabilizado», dice Poch.

Una subida «muy preocupante»

Plataformas como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han puesto el grito en el cielo. Advierten de que «esta subida de los precios de los alimentos en febrero resulta muy preocupante en varios productos básicos, como son la fruta fresca, las legumbres secas o en conserva y, sobre todo, los alimentos para bebés».

«El incremento es una barbaridad. De 130 referencias en mi súper, en 81 hay cambios de precios al alza» Joan Poch. Responsable Coviran

La entidad dice que «otros productos básicos afectados, aunque en menor medida, son los platos preparados (4,5%), la leche entera (1,9%), la desnatada (1,6%), el pescado congelado (1,3%), el pan (1,1%) y el queso (1,1%)».

OCU recomienda adquirir productos de temporada y priorizar los supermercados más baratos. La organización añade que «eligiendo bien el lugar donde se hace la compra, pueden obtenerse ahorros muy relevantes: unos 1.000 euros al año de media (más de 3.500 euros en algunas ciudades)». Además, recomienda usar la aplicación gratuita OCU Market, que permite comparar el precio de más de 150.000 productos de alimentación y droguería en los supermercados del barrio.

Algunos comercios avisan al cliente de la subida de precios. En la imagen, el Forn Andreu, en Tarragona, que advierte de que se ha visto obligado a encarecer tarifas por el alza de los suministros.

Algunos comercios avisan al cliente de la subida de precios. En la imagen, el Forn Andreu, en Tarragona, que advierte de que se ha visto obligado a encarecer tarifas por el alza de los suministros.Foto: Pere Ferré

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