Clase social, origen, género, barrio donde se vive... A muchos jóvenes de la ciudad lo único que les une es estar en una misma franja de edad. Justamente con la intención de hacer un retrato lo más fidedigno posible de esa masa heterogénea, el Ayuntamiento de Tarragona ha encargado un detallado estudio a propósito del Pla Local Tarragona Jove 2028.
El trabajo de campo se ha basado en 1.300 encuestas a jóvenes de 15 a 17 años de distintos perfiles de la ciudad, así como en una veintena de entrevistas en profundidad y en las valoraciones de 500 personas usuarias de servicios como la Oficina Jove, entre otros.
El profesor de Sociología, investigador y colaborador de la Càtedra d’Inclusió Social de la URV, Àngel Belzunegui, explicaba que en las entrevistas en profundidad, y pese a la diversidad de perfiles, se encontraron algunos aspectos comunes, como el hecho de que la familia sigue siendo un pilar central en la vida de los jóvenes, aunque no esté exenta de conflictos. En la encuesta a los adolescentes, un 26 % decía no tener suficiente apoyo familiar para compartir sus problemas.
Una de las características de esta generación de jóvenes ya no es solo el retraso de la emancipación, sino lo que los investigadores denominan «emancipación condicionada», es decir, quienes han conseguido emanciparse siguen teniendo algún grado de dependencia de sus familias, no solo en lo económico, sino también en lo práctico y en lo emocional.
Enganchados a las redes
Los investigadores también han constatado que las redes sociales juegan un papel central en la vida de los jóvenes (todos los entrevistados hacían un uso intensivo, que se incrementaba mientras más jóvenes eran). Pese a ello, a los chicos les preocupa la superficialidad de las relaciones y el impacto en su autoestima.
En la encuesta a jóvenes de 15 a 17 años, un 33 % de las chicas y un 25 % de los chicos tenían un uso problemático de internet.
Hay también una desvinculación religiosa. Incluso quienes dicen tener una religión no tienen relación con la Iglesia como institución. Son tolerantes, eso sí, con las creencias que profesan otros.
Uno de los aspectos más destacados es que la mayoría percibe la política como algo distante y poco representativo de sus necesidades, pese a que ninguno ha tenido ningún tipo de militancia. En la encuesta se encontró, además, que hay una escasa participación en asociaciones.
En cuanto a la situación de la ciudad, consideran que tiene potencial, pero faltan opciones de ocio accesibles y espacios de encuentro que no dependan del consumo.
El profesor lector del Departament d’Infermeria y codirector de la Càtedra d’Inclusió Social de la URV, Francesc Valls, señalaba que la salud es una de las preocupaciones de las personas jóvenes. De hecho, las consultas sobre este tema representaron el 52 % de las 11.119 que se realizaron en la Oficina Jove del Tarragonès en 2024. Y es que, aunque la mayoría tiene un buen estado físico, empeora su bienestar emocional. Según la encuesta, un 27 % de los adolescentes en Tarragona presenta malestar emocional. Las diferencias entre géneros son llamativas: este malestar afecta al 38 % de las chicas y al 14 % de los chicos.
Hoja de ruta
A estos estudios se han sumado sesiones específicas para que los jóvenes pudieran realizar sus propuestas para el Pla Local Tarragona Jove. El concejal del área, Guillermo García de Castro, explicaba que este plan, el séptimo con el que cuenta la ciudad, deberá servir para guiar las acciones hasta 2028.
Los espacios juveniles, como el Espai Jove Kesse o la Oficina Jove, tienen una valoración media superior a 9 puntos sobre 10, con más de 3.000 personas usuarias al año. Aun así, el estudio demuestra que es necesario mejorar su accesibilidad territorial y hacerlos más conocidos entre el conjunto de jóvenes. Una de las prioridades es la descentralización de actividades y servicios. El proceso ha comenzado con la Oficina Jove prestando sus servicios en barrios fuera del centro algunos días a la semana, y con la programación de actividades en distintos barrios.
El plan también plantea contar con personas que hagan de nexo entre los centros educativos y Joventut; se potenciará la orientación laboral y se ampliarán los recursos dedicados al bienestar emocional.