JxCAT se eclipsa en Tarragona

Junts per Catalunya vive una etapa de transición en la ciudad de Tarragona. A la espera de las elecciones Municipales de mayo de 2023, la formación de Carles Puigdemont –ahora ya liderada por Laura Borràs– prácticamente ha desaparecido de los plenos de las corporaciones locales que tienen sede en la capital de provincia, sufriendo un eclipse ante el PDeCAT que no se corresponde con los resultados de los comicios en el Parlament de Catalunya de febrero de 2021.

Tras concurrir conjuntamente en las autonómicas de 2019 –bajo la marca Junts pero con los derechos electorales del PDeCAT– las siglas del espacio de la antigua Convergència i Unió logró tres concejales en la Plaça de la Font, siete representantes en el Consell Comarcal del Tarragonès y ocho cargos electos en la Diputació de Tarragona. Tras la cita con las urnas de hace tres años llegó el divorcio entre Junts y el Partit Demòcrata, que se presentaron por separado hace un año en unas elecciones en la cámara legislativa en las que los de Puigdemont sumaron 32 escaños para ser tercera fuerza, mientras que los de Àngels Chacón se quedaron fuera de la institución del Parc de la Ciutadella tras sumar solo el 2,7% de los sufragios, por el 20% del antiguo socio.

Solo 1 de 18 escaños

Pese a la clara diferencia en el número de apoyos entre ambas formaciones, lo cierto es que el poder y la representación política municipal no se corresponde, para nada, con los resultados del 14F. Varios son los motivos.

En el Ayuntamiento, la candidatura de Junts per Tarragona se presentó con dos representantes del PDeCAT encabezando la lista –Dídac Nadal y Cristina Guzman–, mientras que la ‘3’ fue la independiente Elvira Vidal y, el ‘4’, Eusebi Campdepadrós, de Junts per Catalunya. La formación sumó solo tres ediles, por lo que el representante de Junts no pudo tomar posesión. Ya en septiembre de 2020, Nadal y Guzman se dieron de baja del Partit Demòcrata, pero sin afiliarse a Junts per Catalunya.

A raíz de los resultados electorales, la marca Junts se ganó el derecho de contar con ocho diputados provinciales en el Passeig de Sant Antoni, de los cuales solo uno fue de Junts per Catalunya tras la división de 2020: Marc Ayala (Valls). El resto fue o bien del PDeCAT (Carles Pellicer, Quim Nin, Pere Segura, Juanjo Garcia y Marta Blanch) o de ninguno de los dos (Pere Granados). Sin embargo, a raíz de la detención y posterior dimisión de Ayala, la formación juntaire se ha quedado sin cargo electo en la Diputació porque el relevo del exedil vallense fue Marc Rovira, que es del Partit Demòcrata.

A todo ello, la situación no mejora mucho en la tercera corporación con pleno político en la ciudad: el Consell Comarcal del Tarragonès. En la calle de Les Coques los de Borràs solo tienen al alcalde de Creixell, Jordi Llopart, entre los siete integrantes que hay en el grupo institucional. Por todo ello, a un año de las Municipales, Junts solo dispone de un único cargo electo entre el Consistorio, la Diputació y el Tarragonès pese a que el espacio político con el que se presentó en 2019 cuenta con 18 escaños.

«Muchos representantes ahora no son militantes de Junts ni del PDeCAT, pero varios ya nos han hecho saber que en 2023 sí que concurrirán con Junts per Catalunya», afirma el coordinador comarcal del Tarragonès de los de Borràs, Joan Plana, quien destaca al Diari que «es lógico que muchos políticos hayan querido mantener la afiliación con la que empezaron el mandato». En un año, pues, los juntaires tienen el reto de ver la luz, consolidarse a nivel territorial y acabar con el eclipse y la travesía por el desierto de este mandato municipal.