La plataforma Stop Creuers denuncia que la actividad crucerista del Port de Tarragona genera una contaminación superior a los límites que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la nueva directriz europea sobre calidad del aire.
La entidad hace esta afirmación tras un estudio realizado entre los meses de octubre y noviembre del año pasado en el que se medían los niveles de monóxido y dióxido de carbono, tanto en la zona más próxima al Moll de Balears –donde atracan los cruceros– como en la parte del Moll de Costa.
Las mediciones demuestran, según la entidad, que las concentraciones de dióxido de nitrógeno varían entre 27.916 microgramos por metro cúbico, en el parque infantil del barrio marinero, y 50.344 en el espigón del Moll de Balears. Unas cifras que, en este último caso, multiplican por cinco el límite que fija la OMS. Las mediciones se hicieron de forma simultánea en el Port de Barcelona, donde estos índices incluso son más elevados, alcanzando los 53.541 microgramos por metro cúbico.
«Si Tarragona aspira a duplicar los cruceros, la imagen que tenemos de Barcelona la trasladaremos a aquí», afirmó Misael Alerm, portavoz de Stop Creuers Tarragona. Para ello, el colectivo considera que es urgente la prohibición del fuel oil y que se avance hacia la electrificación de los muelles, que es obligatoria para 2030. «Ahora empiezan a hablar de ello como si fuera una iniciativa suya, cuando están obligados por ley», lamentaron.
La plataforma Stop Creuers también pide transparencia en cuanto a las emisiones y cuestiona los resultados de los informes que ofrece el Port de Tarragona, que son a partir de las mediciones que hace la Universitat Rovira i Virgili. «Responden a mediciones que no podemos contrastar, por lo que estaría bien que los hiciera un organismo independiente, como quiere hacerse ahora con el estudio de la calidad del aire».
La entidad apunta que, en su caso, el análisis se ha hecho en colaboración con la entidad alemana NABU, que instaló un dispositivo pasivo que capta la contaminación ambiental y que analizó un laboratorio de Suiza.
Port: «No se superan los límites»
Por su parte, el Port de Tarragona hacía público un comunicado en el que se apunta que desde 2002 cuenta con diferentes equipos de control atmosférico para controlar la calidad del aire tanto en el recinto portuario como en el entorno. Actualmente, dispone de tres equipos de control de contaminantes mayoritarios, siete de partículas y tres de compuestos volátiles orgánicos.
Los datos son monitorizados por el puerto y el grupo de investigación Croma de la Universitat Rovira i Virgili. «Los resultados de 2024 evidenciaron, un año más, que la presencia de contaminantes atmosféricos se sitúa por debajo de los límites establecidos por la legislación vigente». Asimismo, el puerto también asegura que entre 2026 y 2028 se invertirán más de 33 millones en la electrificación de los muelles.