El coche despertó sospechas a los agentes de la Policía Local de Calafell que realizaban una patrulla vigilancia por el municipio.
El vehículo, en el que iban dos hombres, llamó la atención y de manera discreta se realizó un seguimiento mientras se solicitaba información de las placas de matrícula por si pesaba algún delito sobre el coche.
Cuando el vehículo comenzó a realizar maniobras extrañas se procedió a pararlo.
En el interior se descubrió que había diversos bidones de gasolina llenos, gomas y una batería. Un material empleado habitualmente para el robo de combustible de motores.
Aparcamiento
La investigación policial certificó que los dos individuos eran los presuntos responsables del robo de gasolina en vehículos en un aparcamiento de camiones de una empresa de construcción.
No es la primera vez que en ese aparcamiento se producen robos de combustible por valor de miles de euros. Un depósito de camión lleno puede llegar a contener hasta 3.000 euros de diesel.
Los dos hombres quedaron detenidos. Además se comprobó que acumulaban hasta una decena de antecedentes por hechos similares.
Mercado negro
La gasolina robada suele colocarse en el mercado negro ya que se vende a precio más barato que el que deben pagar los camioneros y las empresas en las gasolineras.
El precio del combustible ha disparado los robos de combustible especialmente en camiones y vehículos industriales por la gran capacidad del depósito y causando grandes pérdidas a las empresas y particulares.
Los ladrones fuerzan la tapa del depósito, introducen una goma y con una batería succionan el combustible con el que llenan las garrafas.