Vecinos de Calafell viven armados con matacucarachas por una plaga

Señalan a los solares sin edificar y llenos de maleza que flanquean su finca como el origen de la proliferación de los insectos. Piden al Ayuntamiento una acción de emergencia

19 mayo 2017 18:04 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:15
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Lo han probado todo. Desde colocar hojas de laurel que, dicen, ahuyenta a las cucarachas, a aspirar tras los electrodomésticos y armarios. Pero no logran librarse de ellas. Así que los vecinos de una comunidad en pleno paseo marítimo de Calafell van permanentemente armados con botes de insecticida.

Explican que desde hace meses habían notado un incremento de estos insectos correteando por sus casas, en algunos de los locales de los bajos del edificio y en sus balcones. Fina, una de las vecinas afectadas, explica que «hace unos días nos asustó ver una de las palmeras de la entrada infestada de cucarachas». Desde entonces la plaga se ha extendido sin control.

Los vecinos señalan como responsables de la situación a la suciedad que se acumula en las alcantarillas y a los solares que hay sin edificar, que están llenos de ramajes y que flanquean sus casas. Fina señala que piden al Ayuntamiento «que limpie esos solares ya que los propietarios no lo hacen».

Problema de salud

Pero de momento nadie hace nada. «Es un problema de salud pública. En las casas que tienen jardín los insectos aparecen por todos los lados». Por mucho que los dueños limpien sus casas, esos insectos permanecen allí.

La responsable de un comercio en los bajos de la comunidad afectada siempre tiene el insecticida a mano. «Encima de la mesa del despacho, pero en casa en casi todas las habitaciones», explica. Lamentan la falta de respuesta de las autoridades ante un problema que han hecho público y señalan que también puede verse a los insectos correteando por la acera de Segur de Calafell, en el límite con Cunit.

Según relatan los habitantes de esta zona, el Ayuntamiento se ha comprometido a realizar una intervención, pero los vecinos ven que no llega y que cada vez sufren más la presencia de los insectos. De momento viven con el insecticida en la mano y temen que con la llegada del invierno y las humedades los insectos encuentren un clima propicio para seguir criando en el subsuelo de sus casas.

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