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'Orgia' en Tarragona: por qué tenemos lecturas sexualizadas sobre los cuerpos

Estreno mundial en el Teatre Tarragona del espectáculo de la compañía Cia. Miquel Barcelona

Ensayo de la Cia. Miquel Barcelona en el Teatre Tarragona.

Ensayo de la Cia. Miquel Barcelona en el Teatre Tarragona.Marc Bosch

Glòria Aznar

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El escenario del Teatre Tarragona acoge el viernes 3 de octubre (20 horas) el estreno mundial de Orgia, de la Cia. Miquel Barcelona, una obra que combina las danzas contraculturales con una mirada crítica hacia el capitalismo, la heteronormatividad y la sexualización de los cuerpos.

En colaboración con el Ayuntamiento de Tarragona y el Mercat de les Flors, Orgia arranca la temporada de otoño-invierno de artes escénicas. La compañía se encuentra alojada en Tarragona desde hace diez días, sumergida en los ensayos, para llevar a cabo este estreno descentralizado que el bailarín y coreógrafo Miquel Barcelona considera «una cosa totalmente exótica en Catalunya, un modelo que podría aplicarse en muchos teatros. Sería muy bueno para compañías de cualquier disciplina poder hacer este uso de recursos públicos para crear piezas escénicas con una infraestructura detrás tan potente».

Orgia forma parte del proyecto de investigación Contracultura, que sitúa el cuerpo en el centro para cuestionar la mirada sexualizada. Pero, ¿qué es contracultura? «Es el motor cultural de cualquier territorio», dice Barcelona. «Hace un tiempo, en Chile, una persona me dijo que sería el hecho de permanecer. Y me dio una imagen de alguien en un río, donde hay una corriente que se te lleva, pero lo único que hace es estar». Como ese río, «en un momento en el que hay tanta corriente de información, solo el hecho de parar, observar, decidir y vincularse es quizás la contracultura que podemos hacer como generación». Y una de las preguntas que se hace la compañía es si la danza es contracultura. «Sobre todo porque es un arte, no solo invisible, sino invisibilizado y totalmente marginado del resto de disciplinas. No porque el resto esté bien, sino porque la nuestra aún está peor», sostiene.

El compromiso

La investigación coreográfica de Orgia se basa en herramientas de diferentes danzas como el voguing, waacking, twerk y dancehall. Para ello, hace más de un año que la compañía recibe clases de danzas contraculturales que, «de alguna manera, tienen una lectura sexualizada sobre el cuerpo». En cuanto al término, Barcelona manifiesta que «sabemos que orgía es una palabra con mucho contenido, con mucha expectativa, con mucho prejuicio y, en el fondo, etimológicamente, lo que quiere decir es ritual», que ha ido sumando connotaciones a través de la historia. Entonces, lo que hace la pieza es cuestionar cómo miramos los cuerpos y por qué tenemos lecturas sexualizadas sobre ellos a través de estas danzas».

La de Miquel Barcelona es una compañía comprometida, con una mirada hacia los márgenes. «Esta pregunta que está tan presente ahora con Gaza, por ejemplo, de si los artistas debemos ser altavoces, creo que responde a una esencia mucho más básica de lo que es dedicarse al arte. Es decir, tú trabajas sobre la necesidad, sobre lo que tienes ganas o no de expresar, no sobre una corriente y como todo lo que está pasando nos interpela, es inevitable vincularse políticamente. Me genera una pregunta muy grande sobre los que no lo hacen y, por tanto, me pregunto desde dónde crean y a quién se dirigen. Los artistas que no se vinculan políticamente me ponen en duda sobre si realmente están haciendo alguna cosa de interés artístico o no».

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