Santi Donaire expone en Tarragona 'Hasta que la tierra aguante'

Omar Mellioui, de 43 años y procedente de Marruecos, falleció tras dos días aplicando productos químicos sin ninguna protección, en el invernadero donde trabajaba desde hacía tres años. Su familia conserva la sudadera que llevaba aquel día con la esperanza de que la policía la analice como prueba de un crimen y reclama justicia. Según su relato, cuando Omar se desmayó intoxicado, su jefe le cambió la ropa, lo llevó al centro de salud más cercano y lo abandonó a la entrada del recinto. Cuando la Guardia Civil acudió a su lugar de trabajo, su jefe aseguró no conocerlo.

Este estremecedor relato es uno de los que integran Hasta que la tierra aguante, una investigación periodística y visual de Santi Donaire, que se puede visitar en el vestíbulo de la Estación de Autobuses de Tarragona hasta principios del próximo año. Es una iniciativa del colectivo Photo KM0 en el marco del Festival SCAN. 

«La exposición es un resumen de 16 fotos del proyecto Hasta que la tierra aguante. Una investigación con numerosas patas, pero que básicamente intenta ver cuáles son las consecuencias tanto en el medioambiente como sociales en los seres humanos del modelo de producción agrícola que tenemos en este país», explicó Donaire en su visita a Tarragona. «Somos el tercer productor y exportador de fruta y verdura del mundo, solo después de EEUU y China y los terceros productores de carne porcina del mundo, primeros de Europa. Un país tan pequeño produciendo y comparándose con monstruos como China, ya te da una idea de hasta qué punto estamos forzando los recursos y los cuerpos, la máquina», continúa el periodista y fotógrafo, reconocido este 2025 con el Mejor Libro de Fotografía del Año en PhotoEspaña Madrid con Punto Ciego, que trata de las heridas de la Guerra Civil, publicado por Phree, la misma editorial especializada en fotografía con la que verá la luz a principios de 2026 Hasta que la tierra aguante.

El fotógrafo y editor de Phree, Juan Valbuena, también visitó Tarragona para celebrar el 15 aniversario de la editorial y presentarla a los tarraconenses. «El mundo del fotolibro es muy pequeño y siempre necesitamos presentarnos, una y otra vez, para conseguir que la gente sepa que los fotolibros existen, que merecen la pena, que cuentan historias y que son unos artefactos narrativos muy poderosos que conviene que alguna vez tengamos alguno en casa», manifestó Valbuena en la Llibreria El Soterrani, que cuenta con los «artefactos» de Phree. 15 años que han recorrido la historia de ETA en sus asesinatos, la migración, la inmobiliaria o la memoria histórica. En definitiva, «intentar comprender por qué España es diferente», dice Valbuena.

Porque te llamas Fátima

Donaire ha invertido cuatro años en la investigación, a partir de una beca Joana Biarnés. Hasta que la tierra aguante arranca en Tarragona, en el Port, a donde llegan los cereales desde distintas partes del mundo. Desde aquí, ha recorrido 22 provincias y más de 20.000 kilómetros. «Se reparten las culpas por todo el Estado, pero hay una L que es todo el Levante y Andalucía, que soporta la presión. Cuanto más al norte, una presión más enfocada a la industria cárnica, Catalunya y Aragón, que ha llegado a Murcia. Y la zona del sur del Levante y toda Andalucía, la agricultura intensiva», cuenta Donaire, quien revela que siempre hay quien tiene muchas ganas de hablar. Es el caso de las fosas comunes, de Punto Ciego, pero también de personas que llevan diez años cogiendo fresas «que están muy enfadadas por cómo las han contratado, cómo las han engañado, porque cuando llega se encuentran con algo que no les han dicho, que para volver al día siguiente a trabajar tienen que acostarse con el jefe, que les pagan la mitad de lo prometido... Hay una violencia sistémica a base de racismo puro y duro que tiene muchas caras».

Y en ese racismo, Donaire se sorprende cuando «Almería y Huelva, por ejemplo, son dos lugares turísticos muy fuertes y para llegar a la playa tenemos que pasar por esos invernaderos, pero no miramos. O sí miramos, pero lo interiorizamos dentro del paisaje del camino para llegar a un destino que no queremos que nadie nos estropee». 

Las presiones también existen en forma de amenazas. «Hay un tema que no hemos querido incluir que son aquellas personas que desde diferentes colectivos denuncian la contaminación de los suelos, del agua o la explotación de los derechos humanos. Recuerdo cómo una de ellas me enseñaba una bala enviada anónimamente».