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    Laura Anguera: «Aún tengo que dar explicaciones de por qué no me he casado»

    La novelista y abogada hace en ‘Nadie me habló de ti’ un retrato de los años sesenta entre la rigidez de la burguesía, los sueños del proletariado y el glamour de las estrellas de Hollywood

    06 junio 2022 19:18 | Actualizado a 06 junio 2022 19:25
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    Nadie me habló de ti (Planeta) es una novela de Laura Anguera. Escritora y también abogada, Anguera pasa largas temporadas en Coma-ruga, donde tiene residencia. Como abogada, ha sido directora legal del F. C. Barcelona y como novelista presenta una intriga familiar que transcurre durante tres generaciones de mujeres. Su primera obra, Boom, abordaba el estallido de la burbuja inmobiliaria, que la dejó sin trabajo.

    Se ha ido de la crisis inmobiliaria a la burguesía catalana.

    En aquel entonces trabajaba en la promotora de un banco, ladrillos y finanzas. Y todo el mundo me preguntaba qué había pasado. ¿Qué podía fallar? Pues todo. De ahí surgió la necesidad de contar lo que ocurrió. No obstante, Nadie me habló de ti ya tiene una ambición literaria y la alta burguesía catalana en los años 60, en Barcelona, es un marco perfecto para escribir una buena historia.

    Una de sus protagonistas rompe con las normas de la época.

    Sí, aunque ella lo paga muy caro. Le cuesta el matrimonio y la familia. Elena, una de las protagonistas, es una mujer que ha sido educada para ser la perfecta esposa burguesa, madre de familia, para lucirse en los bailes de gala, en los estrenos del Liceu, para veranear en S’Agaró y llega un momento en que se revuelve contra todo. Ella quiere hacer otras cosas, le encanta leer, la filosofía, le gustaría ir a la universidad y no la dejan y todo ese poso de rebeldía, al final explota.

    En realidad, a la mujer siempre le cuesta salir del rol para el que fue preparada.

    Es verdad que todavía nos educan para ciertas cosas. En mi caso, por ejemplo, yo no me he casado ni tengo hijos y todavía tengo que dar muchas explicaciones de por qué. Como si las cosas no me hubieran ido bien en la vida, como si hubiera fracasado. Y ha sido un acto completamente voluntario. Pero creo que todavía esto pesa mucho. Quizás en las nuevas generaciones no, pero en la nuestra todavía había existía. Podías tener tu carrera profesional, eso estaba muy bien, pero era casi como para entretenernos.

    ¿S’Agaró fue un pequeño Hollywood?

    En los años 50 y 60 era la precuela del Marbella o de la Ibiza actual. Era un lugar de absoluto glamour donde no solo veraneaban las familias burguesas. Al Hostal de la Gavina, que fue el primer hotel que construyeron de gran lujo de toda la costa, iban príncipes, reyes, altos mandatarios como Churchill y muchísimas estrellas de Hollywood. Allí estuvo Liz Taylor con su marido, como explico. Pero si hubiera escogido otro verano, habría sido Ava Gardner con Frank Sinatra, que además tuvieron una trifulca sonada.

    ¿Celos?

    Sí. Ella rodaba en Tossa Pandora y el holandés errante con Mario Cabré, torero y actor, con el que tuvo un romance. El tema llegó a oídos de Frank Sinatra, que entonces era su esposo, quien pasó por Tiffany’s, le compró el brillante más grande que encontró, cogió un avión y se plantó en S’Agaró, donde se montó una buena, de la que todavía se acuerdan en el Hostal de la Gavina. En aquel momento había paparazzis continuamente en la puerta del hotel, en verano. En aquellos años era el epicentro del glamour en España.

    No todo era alta sociedad. Tiene a Gabriel, que no pertenecía a la alta burguesía.

    La sociedad de principios de los 60 tenía unas clases sociales muy marcadas con una alta burguesía, la Iglesia y finalmente, el pueblo llano. Había una diferencia brutal. Y justo en esos años, especialmente en Barcelona, con el desarrollo económico, surgió una nueva clase media que hizo que esos valores, esos parámetros, esa estética de la burguesía fuera quedando desfasada. Lo guay ya no era ir a un estreno del Liceu, sino a un concierto de rock. De repente fueron cambiando todos los gustos y esto se nota en los personajes. Era una clase social que emergía y que imponía sus gustos. Estaba arrinconando, haciendo que se fuera desintegrando esta imagen de la alta burguesía, que era quienes habían sido los influencers hasta el momento, por decirlo con palabras actuales. Y de repente dejaban de serlo, dejaban de marcar el paso.

    ¿Escondería un libro erótico o feminista entre las páginas de una biografía de Primo de Rivera?

    No creo que tuviera una biografía de Primo de Rivera en casa. Pero pensé que era un libro que le podía venir muy bien a Ricard Planadevall, que era muy de derechas o se hicieron de derechas porque era lo que convenía en aquel momento. Adoptaron el régimen sin ningún problema. Ahora, por suerte, podemos leer lo que queremos y no necesitamos esconder nada.

    Tiempos de censura.

    Familiar, básicamente.

    Y de malos tratos...

    En aquel momento se justificaban. El código penal recogía que una mujer que le era infiel a su marido estando casada, podía ir a la cárcel. Sin embargo, en caso contrario, no le pasaba nada y si el marido pegaba a su mujer, no se podía ir ni a denunciarlo. A la policía aquello le parecía lo más normal del mundo. Era una situación de desamparo absoluto. La novela recoge cómo hemos ido superando todos los corsés de los años 60, aunque todavía quedan muchos.

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