'Kokoro y el mar', de María Belón: Basta con existir

Hace unos días pude disfrutar de la Feria del Libro de Madrid y descubrir algunos tesoros. Una tarde, estaba paseando y ojeando las casetas rodeadas de gente cuando a lo lejos, algo me llamó mucho la atención. Rápidamente, me hice un hueco y fui a investigar de qué se trataba. Colocado entre un montón de libros, la sensibilidad de la cubierta de uno de ellos me atrapó desde el principio: Kokoro y el mar, y es de este álbum ilustrado de lo que me gustaría hablar hoy aquí.

Su autora es María Belón, superviviente del tsunami que asoló Asia-Pacífico en diciembre de 2004. Según sus propias palabras, Kokoro nació un día en que le hicieron una gran pregunta: ¿qué has aprendido tras una experiencia tan difícil? Qué complejo responder, ¿verdad? Ella lo hizo con este emotivo cuento.

«Kokoro es pequeña, diminuta, aunque ella preferiría describirse como insignificante (…). Estaba hecha de paja fresca y madera noble y sencilla (…). Sus ojos eran grandes, de un azul inmenso, que todo lo querían ver y aprender». Me encanta cómo la autora describe a la protagonista al principio, y también el detalle de quién es el narrador de esta historia (que se descubre más adelante): un gusano, otro diminuto personaje que se convertirá de forma inesperada en el mejor compañero de viaje de Kokoro.

Cuando un día alguien habla a Kokoro del Mar, ella se lanza a querer descubrirlo. Así, se prepara su balsa sin prisa, y elige todas esas cosas esenciales que cree necesitará en su travesía. Sin embargo, un imprevisto hace que se precipite todo y que acabe siendo arrastrada por la corriente del río, subida a un viejo tronco, que poco puede sostener, y con la espontánea compañía del gusano-narrador. Cuando Kokoro llega al mar resulta ser mucho más grande de lo que esperaba, y también más bravo… «una ola de agua negra y monstruosa» los arrastra a las profundidades y por poco no logran salir. Pero sí lo hacen, los dos personajes diminutos hacen frente al inmenso Mar, y logran regresar a casa sanos y salvos.

Entonces, las lágrimas saladas hacen que el azul de los ojos de Kokoro sea menos azul y brillante, y que un velo comience a cubrirlos. ¿Por qué? Su familia le pregunta y es que ella no tiene palabras para describir lo que siente tras su aventura. Al final, acaba tomándolas prestadas de un poeta, de Fernando Pessoa, nada menos, representado en la figura de un afinador tuerto. Él es quien la ayuda a comprender que a partir de ahora todo lo verá diferente, que la realidad hay que celebrarla tal cual es, sin adornos, sin buscar sentidos ocultos, porque lo realmente importante es existir. Y que ella ha vuelto para seguir haciéndolo.

Título: Kokoro y el mar; Autora: María Belón; Editorial: Libre Albedrío; Precio: 16.00 €

Toda la narración va orientada a transmitir un sentido profundo e íntimo, que viene reforzado por la ilustración de Sol Ruiz, llena de expresividad y emotividad, con esos tonos azules, rosados cálidos, que crean atmósferas concretas para acompañar a la protagonista en ese viaje que no es solo físico. Con una técnica basada en la naturalidad de las texturas, del trazo grueso que ofrece el lápiz de cera, el pincel de acuarela (muy en la línea de ese poema naturista de Pessoa), Kokoro toma forma a la vez que lo hacen los demás personajes, todos animales, y también el Mar, el cielo, los árboles, porque todos están conectados entre ellos y con el mundo. Como ves, una preciosa historia para leer en voz alta a los peques de a partir de 3 o 4 años.

Ana Punset es escritora.