¿Qué podemos hacer frente al hambre emocional?, o ¿Es más importante la dieta o el ejercicio? A estas y otras cuestiones responde la farmacéutica, nutricionista y divulgadora, la Dra. Marián García ‘Boticaria García’, en su último libro Tu cerebro tiene hambre (Planeta).
Ofrece soluciones prácticas para perder grasa y ganar salud.
La obesidad y el sobrepeso se han multiplicado por tres en los últimos cincuenta años. Mi idea es que la gente entienda qué es lo que pasa en su estómago, músculos y cerebro. Toda la vida nos han dicho que menos plato y más zapato, pero está claro que esto no ha funcionado. Por ello, quiero ofrecer soluciones prácticas para gestionar el hambre emocional y para cuidar la microbiota y la alimentación, así como entrenar el músculo, que es el gran olvidado.
El estómago es nuestro segundo cerebro.
Realmente, en el intestino vive un universo de bacterias -microbiota- que es capaz de generar compuestos que viajarán hasta el cerebro en una autopista de doble sentido, porque en el cerebro también hay neurotransmisores que viajan hacia el intestino. Pero en este eje intestino-cerebro, también hay que tener en cuenta el músculo, desde donde se generan otros compuestos que viajan al intestino y que ayudan a generar otros compuestos que, a su vez, llegan al cerebro, donde son capaces de generar más neuronas.
Después de entre 6 y 9 meses, el 90% de las dietas agresivas y monotemáticas fracasan
Por todo ello, propone los ejercicios ‘TRIS-TRAS’.
El ‘TRIS’ hace referencia al tren inferior y tren superior, y el ‘TRAS’ corresponde al trabajo del abdomen. El sistema viene a recordarnos que en un ‘tris’, es decir, entrenando a diario 15 minutos, hay evidencia de que podemos mejorar nuestro estado metabólico.
Nunca es tarde para empezar.
Correcto, pero cuanto antes lo hagamos mucho mejor. Para ello, existen ejercicios muy sencillos como sentadillas, zancadas, flexiones o utilizando bandas elásticas. Pasamos al día unas seis horas en internet, por lo que 15 minutos de entrenamiento, no para el espejo, sino para sentirnos bien cuando envejezcamos, son necesarios y un regalo para nuestra salud.
Sobre las dietas, plantea un semáforo que alerta de aquellas peligrosas para la salud.
Clasifico en rojo, ámbar y verde las dietas más populares. En el rojo tenemos dietas muy agresivas y monotemáticas, como las détox. Claro que funcionan, pero la evidencia indica que después de entre 6 y 9 meses el 90% fracasan. En cambio, el modelo mediterráneo propone pautas nutricionales avaladas por la evidencia científica y porque los alimentos y preparaciones que se proponen son los propios de nuestra tierra y de nuestras tradiciones gastronómicas
¿Qué papel tiene la dopamina en la saciedad y qué podemos hacer para no dejarnos llevar por el hambre emocional?
La dopamina es el neurotransmisor de la anticipación del placer, que se libera cuando vemos u olemos una palmera de chocolate; es el responsable del hambre ambiental o el que yo llamo ‘culo veo, culo quiero’. Cuando se libera en el cerebro, genera la necesidad de seguir comiendo. Por ello, debemos buscar el placer en otras fuentes de dopamina saludables, como las relaciones interpersonales, la música, hacer ejercicio físico...
Actualmente, el SIBO es un trastorno digestivo ‘de moda’.
El SIBO es el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, es decir, las bacterias que deberían vivir en el colon lo hacen en el intestino delgado. Cuando dichas bacterias se comen los azúcares, se generan unos gases que, a su vez, provocan una distensión de los intestinos y malestar. Por ello, el SIBO debe ser diagnosticado por un especialista, para no caer en dietas y hábitos que no sean beneficiosos para el intestino.
Entrenando a diario 15 minutos, hay evidencia de que podemos mejorar nuestro estado metabólico
Los medicamentos contra la diabetes que ayudan a adelgazar gozan de popularidad.
Tanto para combatir la obesidad como el sobrepeso son una herramienta fantástica, siempre que sea prescrita por un profesional médico. En estos casos, se consigue reducir el peso entre un 10-15%. Estos fármacos generan saciedad en el cerebro, es decir, lo hackean. De esta manera, las personas comen menos y se consigue el déficit calórico necesario para perder grasa.
Seguimos buscando atajos.
Nos gusta creer en la magia y que la píldora quemagrasas existe, pero no es cierto. Muchas personas se lucran de la frustración que genera el sobrepeso, la obesidad y la insatisfacción corporal.
¿Qué podemos hacer?
Recordar la importancia del eje intestino-cerebro-músculo que es lo que nos hará sentir bien toda la vida.